Como todos los años, llegado el mes de junio, nos vamos al apartamento que tenemos en Benicàssim. Allí estaremos hasta finales de septiembre. Esto supone en principio que por unos días (espero que sólo sean unos días) no tendré acceso a Internet desde mi casa. Pero este año vamos a intentar arreglarlo para tener Internet en el apartamento. Con lo cual no tendré que despedirme de vosotros hasta pasado el verano como pasó el año pasado. Ya veremos si ello es posible.
Yo vivo en Castellón y en el verano me voy a la playa, a Benicàssim, como hacen todos los años millares de castellonenses. Si consideramos que Castellón está a poco más de un cuarto de hora en coche de la playa del Grao de Castellón (que es una playa magnífica en todos los aspectos) no se entenderá muy bien que en Castellón haya la costumbre de tener dos casas, una para el verano y otra para el invierno. La verdad es que no es muy comprensible. Pero tiene su explicación.
Hace mucho tiempo, allá a finales del siglo XIX, la gente de Castellón empezó a acercarse a la playa en verano. Hay que recordar que la playa está cerca de la ciudad de Castellón, a sólo cuatro kilómetros. El moderno uso de tomar los baños hizo que muchas alquerías que había (y hay) en el marjal cercano a la playa del Grao se llenaran en el estío de castellonenses para estar cerca de la playa.
A la par, en el vecino Benicàssim, situado a 13 kilómetros de Castellón, empezaron a construirse villas frente al mar. Eran chalets lujosísimos, de personas adineradas, no sólo de Castellón, sino también de Valencia. Hoy aún se pueden ver estas villas majestuosas en la zona llamada del “Voramar”, es lo que se conoce como “les villes velles” (las villas viejas).
Pasaron los años, y los veranos veían cómo muchos castellonenses de a pie, con los calores, se iban hacia su modestísima alquería a pasar los meses de canícula. Al tiempo que la zona de las villas de Benicàssim se llenaba de ensombrerados burgueses y enjoyadas señoronas que paseaban por la playa del “Voramar”.
Cuando a finales de los años cincuenta del pasado siglo empezaron a llegar turistas a nuestras costas, todo empezó a cambiar. En la costa de Benicàssim, espoleados por este turismo, se empezaron a construir apartamentos. Y los castellonenses, que a estas alturas del siglo, ya empezaban a sacudirse las penurias de la postguerra, se sintieron atraídos por estas novedosas construcciones, mucho más modernas que las vetustas y primitivas alquerías. Y así hicieron. Compraron apartamentos para utilizarlos en verano y siguieron con la costumbre de tener dos viviendas. Una en invierno, en Castellón, y otra, en verano, en Benicàssim. Hay que decir que las alquerías del Grao siguieron siendo lugar de veraneo, pero el auge que representaron los nuevos apartamentos en la costa de Benicàssim las eclipsó casi por completo.
Y es de ahí, de esa práctica de ir a veranear al mar de nuestros antepasados de donde surge este hábito tan arraigado por esta zona de tener dos viviendas. Una para el verano y otra para invierno. Hay quien no lo comprende. Que le parece una burrada tener que afrontar los gastos de dos casas estando tan cerca del mar, pero a veces, la costumbre es más fuerte que la razón.
Yo vivo en Castellón y en el verano me voy a la playa, a Benicàssim, como hacen todos los años millares de castellonenses. Si consideramos que Castellón está a poco más de un cuarto de hora en coche de la playa del Grao de Castellón (que es una playa magnífica en todos los aspectos) no se entenderá muy bien que en Castellón haya la costumbre de tener dos casas, una para el verano y otra para el invierno. La verdad es que no es muy comprensible. Pero tiene su explicación.
Hace mucho tiempo, allá a finales del siglo XIX, la gente de Castellón empezó a acercarse a la playa en verano. Hay que recordar que la playa está cerca de la ciudad de Castellón, a sólo cuatro kilómetros. El moderno uso de tomar los baños hizo que muchas alquerías que había (y hay) en el marjal cercano a la playa del Grao se llenaran en el estío de castellonenses para estar cerca de la playa.
A la par, en el vecino Benicàssim, situado a 13 kilómetros de Castellón, empezaron a construirse villas frente al mar. Eran chalets lujosísimos, de personas adineradas, no sólo de Castellón, sino también de Valencia. Hoy aún se pueden ver estas villas majestuosas en la zona llamada del “Voramar”, es lo que se conoce como “les villes velles” (las villas viejas).
Pasaron los años, y los veranos veían cómo muchos castellonenses de a pie, con los calores, se iban hacia su modestísima alquería a pasar los meses de canícula. Al tiempo que la zona de las villas de Benicàssim se llenaba de ensombrerados burgueses y enjoyadas señoronas que paseaban por la playa del “Voramar”.
Cuando a finales de los años cincuenta del pasado siglo empezaron a llegar turistas a nuestras costas, todo empezó a cambiar. En la costa de Benicàssim, espoleados por este turismo, se empezaron a construir apartamentos. Y los castellonenses, que a estas alturas del siglo, ya empezaban a sacudirse las penurias de la postguerra, se sintieron atraídos por estas novedosas construcciones, mucho más modernas que las vetustas y primitivas alquerías. Y así hicieron. Compraron apartamentos para utilizarlos en verano y siguieron con la costumbre de tener dos viviendas. Una en invierno, en Castellón, y otra, en verano, en Benicàssim. Hay que decir que las alquerías del Grao siguieron siendo lugar de veraneo, pero el auge que representaron los nuevos apartamentos en la costa de Benicàssim las eclipsó casi por completo.
Y es de ahí, de esa práctica de ir a veranear al mar de nuestros antepasados de donde surge este hábito tan arraigado por esta zona de tener dos viviendas. Una para el verano y otra para invierno. Hay quien no lo comprende. Que le parece una burrada tener que afrontar los gastos de dos casas estando tan cerca del mar, pero a veces, la costumbre es más fuerte que la razón.
miguel!!!!!!!!!
ResponEliminaojalá puedas solucionar el tema de internet dónde te vas a vacacionar, así podemos seguir en contacto!!
que hermoso lugar por lo que cuentas, y en cuánto a las dos casas,me pareció interesante la historia de cómo empezó todo y si puedes mantenerla....bienvenidas las dos!!!!!!!!!!!
te deseo lo mejor para este verano!
disfruta de la playa y la brisa del mar por mí...aquí hace 3º!!!!!!!!
un gran abrazo, amigo
Miguel:
ResponEliminaTe dejo el Premio Violeta en mi blog porque el violeta, es el color de la mentalidad pensante, de la lógica y de la razón. Es el color de la madurez avanzada, del equilibrio, del razonamiento concreto. Sus vibraciones provocan un mayor rendimiento de la actividad mental, y esto es algo que nos hace crecer espiritualmente, nos indica respeto, dignidad y amor por uno mismo.
Te lo dejo con mi reconocimiento a tu amistad, a tu aprecio, a tu persona.
Un beso y un fuerte abrazo. Hasta la vuelta.
Hola Hola Miguel,
ResponElimina1. Es genial que puedas disfrutar de esa compañía tan linda que proporciona el mar.
Seguro que os vendrá super bien un cambio de aires. Espero que a Marta le sirva para llevar con un poquito más de calma su recuperación.
2. Gracias por explicar de dónde viene esa costumbre. Me ha resultado curioso ese pedacito de historia que nos has contado.
3. En todo caso nos decimos hasta muy prontito ;). Disfrutad todo lo posible para recargar energías.
Cuidaros un montonazo, ¿ok?
Abrazotes enormes para ti y toda la family
Pd: Achuchones para Marta. (Seguro que pronto se termina de reponer ;) )
Que suerte os vais a Benicassim, ademas que buen ambiente ahi por alli y que preciosidad de lugar, he estado varias veces y estoy enamorada de sus playas...pasaroslo muy bien y espero que tengais internet en el apartamento para no perdernos tus bellas entradas, muchos besitos para Marta que espero que este bien y para ti...
ResponEliminaYo lo comprendo perfectamente, Miguel, porque en Murcia pasa lo mismo, pero no siempre es en la playa, también puede ser en Sierra Espuña, o en los campos de por aquí. Lo que no se puede es estar en Murcia, sobre todo en el mes de agosto. Vamos, se puede, pero no se debe ni se quiere, porque la ciudad es un verdadero infierno. Los pocos que se tienen que quedar están refugiados durante el día en los aires acondicionados del trabajo o de los locales públicos, y sólo salen de noche como animalicos, pero son pocos. Ahora hay más gente en según qué barrios, por la inmigración. Hay murcianos que vienen a la capital a trabajar y al salir se van para la playa donde les espera la familia y al día siguiente lo mismo. El caso es salir del infierno de los cuarenta grados.
ResponEliminaNosotros nos iremos al campo y ten la seguridad de que en agosto colgaré el cartel de cerrado por vacaciones hasta septiembre. En julio, algo haré.
Miguel:
ResponEliminaTe deseo unas felices vacaciones, disfrútalas todo lo que puedas, y si tienes que estar sin internet, pues así desconectas por tu tiempo, que tampoco viene mal, relajarse del todo.
Por lo que veo, vas a disfrutar las vacaciones a un lugar maravilloso.
Felices días.
Un beso.
Adrisol: Aquí estamos entrando en el verano y apretece dejarse acariciar por la brisa marina. Espero solucionar el tema de internet.
ResponEliminaMarga Fuentes: Muchas gracias por el premio. Comentarios como el tuyo elevan la moral.
Lujo: Gracias por tus palabras. Espero que pueda conectarme sin ningún problema. Me alegra que te haya gustado mi pequeña historia de mi ciudad.
Arwen: Me alegro de que conozcas Benicasim y de que te guste este sitio. A mí me encanta.
Clares: Así que en Murcia ocurre algo parecido a lo de Castellón. Es que tienes razón, las ciudades en verano, si no están junto al mar, son francamente calurosas.
María: Pues tampoco está mal de vez en cuando desconectar. Luego se cogen las cosas con ánimos renovados.
Me parece sugerente lo de las dos viviendas, una para el verano y otra para el invierno. Yo si pudiera me iría a vivir en verano y en invierno a una islita de Lanzarote llamada La Graciosa, pero eso es soñar. Me queda la ciudad pura y dura y luego en verano salir a alguna parte. Este año quisiera hacer parte del camino de Santiago, pero me gustaría llevarme un notebook portátil y contar la experiencia, aunque tal vez vivir sin internet es una experiencia todavía más sorprendente. Y es que soy un adicto. Buenas vacaciones en Benicassim, tú que puedes.
ResponEliminaPasa una buenas vacaciones:)
ResponEliminahe estado un pelin ausente por los ultimos examenes...pero vengo con muchas mas fueza
espero que cuando regreses nos cuentes alguna historieta :)
un besin
En verano me muevo bastante por la marjal de Castelló (asuntos de familia) y suelo pasear con la bici desde el aeródromo hasta el torreón (o el Voramar). A pesar del urbanismo excesivo, es una gozada disfrutar de la brisa, los olores y los colores de la playa.
ResponEliminaQuizá nos crucemos algún día sin darnos cuenta. Un saludo.
Hace años estuve en Castellón y me contaron con detalle lo que Benicassim ha supuesto en la sociedad y en la cultura castellonense. Se aprecia muy bien la evolución de esa villa que resume la historia del turismo en el mediterráneo. Tu descripciíon es espléndida y muy ilustrativa. Disfruta del merecido descanso y no te obsesiones con Internet. Seguro que tienes fórmulas para aprovechar del tiempo de ocio sin depender de la aldea global. Un cordial saludo
ResponEliminasiempre he querido vivir siguiendo el verano.
ResponElimina¡Qué envidia tu casita en la playa! Disfruta mucho de ella, afortunado tú que puedes gozar del mar tantos meses seguidos. No conozco esa zona, sólo de pasada. Estuve hace muchos años en un pueblo llamado Cuevas de Vinromá, en el interior. Es un lujazo tener vivienda de invierno y de verano. Termina bien el curso a la orilla del Mediterráneo.
ResponEliminaUn abrazo, colega.
qué envidia marítima..
ResponEliminaPues nada, ya quedamos para una horchatita... Nos vemos el jueves en la presentación de mi libro! Un abrazo.
ResponEliminaJoselu: Pues, nada, anímate y nos cuentas tus experiencias en el viaje. Seguro que serán jugosas.
ResponEliminaLauryna: ¿Cómo te han ido los exámenes? Ya me contarás. Por cierto, por fin me he podido conectar a internet en Benicàssim. Seguiremos en contacto.
Antonio: ¡Seguro que nos hemos cruzado más de una vez! porque este es mi lugar preferido para ir con bici. La verdad es que es una delicia pasear junto al mar.
Fernando Manero: Aquí hay una cultura muy particular sobre el veraneo, y Benicàssim es absolutamente protagonista de ello. Por cierto, me he conectado a internet aquí en el apartamento, o sea, que no me desligo de la red.
Ramón de Mielina: Y es que el verano tiene algo... en mi tierra (Castellón) hay un refrán que dice: "A l'estiu tot el món viu" (En el verano todo el mundo vive)
Yolanda: Pues sí, corregiré los últimos exámenes, y haré la memoria de fin de curso en la terraza, frente al mar. La verdad es que es un lujo esto de tener dos residencias.
Jordim: La verdad es que es una maravilla poder vivir junto al mar.
Verónica: El jueves estaremos los tres en la presentación.
Me encanta Benicàssim.
ResponEliminaY he veraneado en más de una ocasión allí.
Mi hermana se iba para allá y yo con ella.Después con la panda de amigos nos íbamos a algún camping de aquella zona y lo pasábamos genial.
Es una costumbre,quizá incomprensible para muchos,pero yo, la entiendo perfectamente y me parece una estupenda idea.
Que disfrutéis mucho del verano, y espero que podáis solucionar ese problema de internet.
Besos.
Marinel: Así que tú también has venido a veranear a Benicàssim. Yo, hace más de veinte años que veraneo en Benicàssim. Y me encanta. ¡Ya tengo internet en el apartamento!
ResponEliminaVenía a gradecer tu intervención de ayer en mi blog, como habrás observado había mucha marejada y no quiero comentar por ahora más en él, para no dar pie a más tormentas.
ResponEliminaEstoy contigo, las lenguas son un regalo, ojalá dejemos de pelearnos y de etiquetarnos al usar unas u otras y podamos finalemnte usarlas con libertad y en paz.
Disfruta mucho de tu casa de verano,
¡Pero, qué afortunado eres!
El resto achicharrándonos y trabajando...
Un beso.
Papi he vueltooooooo............
ResponEliminaBajamos a la playa? jejeje
besitines
María: Creo que estamos de acuerdo. Gracias por pasarte por aquí.
ResponEliminaMarta: ¡Es ella, ha vuelto! me alegra mogollón que vengas por aquí, esto quiere decir que la cosa va bien.
He pasado por allí, pero no he parado. tomo nota de tu post. un abrazo.
ResponEliminaFernando Sánchez Postigo: Para los que nos gusta estar en contacto con el mar, Benicàssim es un sitio ideal.
ResponEliminaEspero que no te quedes sin internet! porque se te vá a extrañar!
ResponEliminaQue lindo, verano!!!!!!Que lo disfrutes mucho! yo opino que no está mal tener dos casas porque aunque estés cerca no es lo mismo cambiar de casa toda la temporada! debe ser un buen cambio de aire,se debe sentir muy bien,la historia que cuentas es muy interesante y las costumbres de un pueblo cuando se mantienen (aunque otros no los entiendan)es genial porque es lo que nos diferencia y dá matices especiales a cada lugar.
Miguel que disfrutes mucho este verano!que la vida te llene de gratos y unicos momentos,lo mereces!
Hada Isol: Por suerte me he podido conectar a internet, así es que estaremos el verano comentándonos. La verdad es que aquí en Benicàssim junto al mar se esta divino.
ResponElimina