La chica que escribía nombres en la arena


La chica que escribía nombres en la arena era una chica espigada. Esbelta. Tal vez, delgada. De largo cabello castaño suelto al incipiente viento matinal de agosto.
La chica que escribía nombres en la arena mojada me pareció una chica solitaria. Su juventud, casi una niña, me hizo volver la vista por descubrir a sus padres, a sus amigas…, pero no había nadie, estaba sola. Sola como un adulto solitario.
La chica que escribía con un palo nombres en la orilla de la playa tenía una cámara fotográfica en una mano. Cada vez que escribía un nombre, se apresuraba a fotografiarlo. Y siempre era el mismo nombre: “Marvi”. Un nombre que escribía una y otra vez; y una y otra vez, las golosas olas marinas se lo engullían. Aquella chica quería, aquella luminosa mañana de verano, fotografiar su nombre grabado en la húmeda arena. El destinatario, quise pensar, sería alguna persona querida, quizá su amor. Pero las cadenciosas olas, con su armonioso y rítmico vaivén, le robaban la grafía para sí. No es justo, pensé. El mar tendría que comprender, no ser tan avariento, respetar los sueños humanos, que al fin y a la postre no son más que sueños, ejercicios mentales sin ninguna maldad que a nadie hacen daño, y menos a la mar…
Seguí mi matutino paseo y dejé a la chica que escribía nombres en la arena atribulada en su ¿infantil? propósito.
Cuando volví, ella ya no estaba. Miré la arena. Y allí donde escribía el nombre, carcomido por las saladas aguas, aún se adivinaban unas renqueantes letras: “Marvi”.
Seguí mi camino a casa ufano y tremendamente feliz…

29 comentaris:

  1. Desde luego, aunque sabía que se borraría, lo seguía escribiendo en la arena una y otra vez. Quizás porque de todas formas, lo tiene escrito a fuego en su corazón, y le daba igual que se borrase de la arena...

    A lo mejor la muchacha tiene un blog y estaba pensando en hacer una entrada dedicada al tal Marvi. Y se le ocurrió que la fotografía que encabezase dicha entrada, sería el nombre escrito en la arena.
    No sé. Se me acaba de ocurrir.
    jejeje

    Besos, Miguel!!!

    ResponElimina
  2. Es un claro ejemplo de que la perserverancia te lleva siempre (o casi siempre) a donde quieres llegar.
    Marvi consiguió su objetivo aunque más tarde, cuando subiese la marea, el mar borrase su nombre para siempre....

    ¡¡¡Como me apuntaría yo ahora a un paseo de esos por la orilla del mar¡¡¡

    Un beso, Miguel.

    ResponElimina
  3. El mar propicia los sueños y también los engulle... Ahí está su encanto y su misterio un tanto tenebroso.

    Un abrazo, Miguel

    ResponElimina
  4. Lourdes: A lo mejor sería así. No sé, porque ella lo escribía, una y otra vez, y el mar se lo llevaba para él... Pero al final lo consiguió. Hizo la fotografía con el nombre en la arena.

    Novicia: Quizá esta simple, simplona, tonta, anécdota, nos sirve para recapacitar y pensar que la constancia y los sentimientos fuertes pueden luchar contra las olas del mar.

    Luís Antonio: Un comentario muy, pero que muy ajustado a la realidad. Así lo creo yo.

    ResponElimina
  5. Hola Miguel,
    Sabes que a mi padre le llaman "Marvi" de mote, también a mi abuelo, su padre y según quién llama a mi hermano también le dice "Marvi". Me ha hecho gracia tu historia.
    didi.

    ResponElimina
  6. Y si... el mar no podía ser tan malo con los sueños de esa niña... algo dejó para que alguien lo lea.
    Besos

    ResponElimina
  7. Quizás intentaba mantener en la memoria alguno que ya estaba borrado, al igual que lo hace el mar con sus letras.
    Besines

    ResponElimina
  8. Miguel deberías recopilar tus relatos y publicarlos. Son geniales, emotivos, sensibles y cariñosos. Un abrazo.

    ResponElimina
  9. Una chica luchando con el mar, y sin ser marinera...¡Estas son las cosas del amor!
    Besos.

    ResponElimina
  10. ¿Por qué escribimos en la arena aunque sepamos que el mar lo engullirá todo? Sencillo y bonito.

    ResponElimina
  11. Así pasa con los sueños Miguel,uno los dibuja y son efímeros en el principio,pero si creemos lo suficiente en que los podremos alcanzar y perseveramos qunque después se borren los podemos hacer reales,disfrutarlos y dejar que se los lleve el mar! ella lo logró hizo su foto,la alcanzó,y eso ni el mar se lo quita!
    Un abrazo querido amigo!!!!!

    ResponElimina
  12. Diana: Me alegro que mi pequeña historia te haya acercado a tu vida.

    Miriam: El mar no es malo, es aviento, goloso, pero siempre nos deja algo.

    Vane: Supongo que aquellas letras, aquella muchacha las tenía grabadas en el corazón.

    Chiriveque: Gracias por tus ánimos. No te digo que algún día me lo replantee.

    Vanessa: El amor marinero siempre ha sido de los más fuertes.

    Recuerdos perdidos: Tal vez nos guste ver cómo el mar se come y se relame borrando nuestros nombres.

    Hada Isol: Yo crea que aquella chica logró lo que quería, venció al mar.

    ResponElimina
  13. Si publicas tus relatos me avisas que quiero ser de las primeras en tenerlo.Me chiflan tus historias son preciosas y siempre lleva una enseñanza.

    MUCHISIMAS GRACIAS POR TUS PALABRAS ME LLEGAN AL ALMA .

    MIL BESAZOS

    ResponElimina
  14. Ostras! que historia tan sencilla y a la vez tan bonita, en serio que si!!!

    Besicos

    ResponElimina
  15. Loli: Gracias por tus palabras, si algún día se me ocurre embarcarme en esta aventura de publicar mis pequeños relatos, me gustaría que tú los leyeras....

    Belén: Me alegra que te haya gustado esta simplona y poco aventurera historia de la muchacha que escribía nombres en la arena. A mí me llamó la atención. Y por eso la escribí.

    ResponElimina
  16. Al fin,el mar escuchó tus palabras,aunque seguramente sólo hasta que tú supieses...
    El mar es tan hermoso como despiadado en su inmensidad.
    Quizá sea esa ambigüedad lo que le haga mágico.
    Bonito texto e historia.
    Un beso.

    ResponElimina
  17. Yo que vivo fascinado por el mundo de las imágenes fotográficas, pienso que aquella muchacha estaba experimentando con su cámara y tomando fotos de aquel nombre escrito en la arena pero que iba a ser borrado poco después por cada latido del mar. Es una idea brillante que pienso llevar a cabo algún día. Imágenes de lo efímero, de la transitoriedad, de lo impermanente...

    ResponElimina
  18. Marinel: Esta ambigüedad es lo que le hace ser algo mágico, y ser algo que es muy difícil de atrapar...

    Joselu: Tal vez quería hacer eterna una cosa efímera...

    ResponElimina
  19. Quizá era su sexto año de vacaciones en la playa: "Mar VI"

    ResponElimina
  20. Antonio: Muy sutil... podría ser, ¿por qué no?

    ResponElimina
  21. Sabia lo que hacía, consciente de que el mar todo lo engulle y difumina. La persistencia en la escritura expresaba su deseo de que el nombre perviviera el tiempo que tardaba en ser borrado para rebelarse de nuevo contra la desaparición de la escritura insistiendo en ella. Una lucha titánica en la que, a la postre, la joven escribidora se sintió triunfante, ya que, aunque el mar eliminaba los trazados en la arena, jamás podría diluir la tenacidad de su mente. Coincido con Luis Antonio, aunque pienso que no siempre el mar gana.

    ResponElimina
  22. hay sentimientos que nunca serán borrados de nuestro corazón. un abrazo.

    ResponElimina
  23. Fernando Manero: Muy acertado tu comentario. En esta lucha contra la persistencia, creo que el mar tiene uan dura lucha contra la tenacidad humana.

    Fernado: Efectivamente, hay sentimientos que ni todas las olas ni todas las mareas del mundo podrán borrarlas de nosotros.

    ResponElimina
  24. El deseo de permanecer, de dejar huella, de hacernos notar es un deseo humano que empezó probablemente en las cavernas.

    Los adolescentes más que nadie necesitan reafirmarse, hacer notar que existen y llamar a menudo la atención de todos los que le rodean.

    La chica de la playa deseaba dejar constancia de algo muy importante para ella y deseaba que alguien lo leyera.

    Un abrazo fuerte, Miguel.

    ResponElimina
  25. Cristal: Seguro que era eso, por eso luego lo fotografió.

    ResponElimina
  26. Hola Miguel, yo creo aunque se borre el nombre, siempre queda algo, se establece un vínculo, yo perdi una cosa muy valiosa para mí en una playa de aquí de ibiza, tenía mucho valor sentimental y en un descuido el mar, la arena, se lo engulló, desde entonces quiero pensar que siempre estaré ligada a ese lugar. Pienso que a esa chica le pasó lo mismo. Un beso, Rachel

    ResponElimina
  27. Rachel: El mar engulle todo cosas materiales y sentimentales.

    ResponElimina
  28. ¡¡Qué cielo eres MIGUEL!!

    Seguramente, como tú, un montón de gente vería a esa chica y ni se fijaría en ella...

    Puede que efectivamente fuera una chica solitaria o simplemente fuera una chica enamorada...¿Quien no ha escrito el nombre de su amor, mil veces en la arena? y... no importa que las olas lo borren, es algo como mágico, alguien lo ve siempre, como tú en esta ocasión y si no, el mar guardará el secreto.

    Otro beso gigante y ¡¡FELIZ DOMINGO!1

    ResponElimina
  29. María: Era una chica enamorada... seguro.

    ResponElimina