Gracias por visitar este blog. Sé bienvenido/a al blog de las buenas vibraciones. Espero que lo enriquezcas con tus buenas vibraciones. Pensamiento para estos días: "El que sabe pensar, pero no sabe comunicar lo que piensa, está en el mismo lugar del que no sabe pensar" PERICLES (495-429 a.C) estadista y orador griego.
Mujeres invisibles
Habíamos comido en la terraza del bar. A la fresca sombra de unos gigantescos pinos que alegraban y dominaban el paisaje.
-Mientras tú pides la cuenta, nosotras nos vamos a pasear un poco a “Lluna”- Dijo mi mujer mientras ella y mi hija, que llevaba de la correa a su perrita, se levantaban de sus sillas.
Me quedo solo. Las dos camareras que atienden las mesas van y vienen. Estoy a gusto. No tengo prisa. Se ha levantado una olorosa brisa que refresca y alimenta mis pensamientos. Me recuesto con fruición sobre el respaldo de mi asiento y miro con desidia a mi alrededor. El repentino silencio que me ha invadido al quedarme solo hace que lleguen a mis oídos, casi sin querer, palabras y frases sueltas de la clientela del bar. Dos chicas que tengo a mi espalda están charlando animadamente. Oigo la conversación de forma entrecortada. Por inercia intento escuchar. Una de las chicas, por el tono de voz, parece preocupada. Me giro con disimulo. Las dos estarán frisando los cuarenta años. Una es morena, la otra, la que lleva la voz cantante, es una chica guapa, resuelta, de tez muy blanca y cabello rojizo. Y de pronto, oigo claramente que le dice: “… si es que es lo que yo te digo, las mujeres a partir de los cuarenta nos volvemos invisibles para los hombres…” . La chica sigue hablando pero no alcanzo a escuchar lo que dice. Me quedo pensando en la frase. ¿Será eso verdad?. Está claro que la juventud es un tanto a favor, pero me pareció un tanto lapidaria aquella sentencia. Hay hombres y mujeres de más de cuarenta años que tienen mucho atractivo. Yo también miro a las chicas maduras. Y a muchas las encuentro muy sensuales, tanto como a las jovencitas.
Sigo pensando. Y encuentro hasta normal que una muchacha sea más apetecible a los ojos de un hombre que una mujer madura. Y no pasa nada. Pero, aquello de “invisibles” me parece muy fuerte. Tal vez aquella chica tuviera un problema de autoestima, no sé. Y en eso estaba cuando se acerca la camarera, una chica joven, y le pido la cuenta.
Las dos chicas siguen hablando, pero ahora no logro entender qué dicen. Pago y, mientras me levanto, les echo una última ojeada. Han callado. Se están encendiendo un cigarrillo cada una. Ninguna de las dos ha sido invisible para mí.
Me encantó lo de "Ninguna de las dos ha sido invisible para mí".
ResponEliminaUn saludo.
Miguel, sólo una mujer puede entender el significado del comentario que escuchaste, y todas lo suscribimos, lo suframos o no. Para nosotras es terrible perder el atractivo físico, acumular kilos, sentir la decadencia inexorable, aunque nos cuidamos mucho y estamos bastante bien, más serenas y equilibradas que a los veinte años, más seguras de nosotras mismas, más expertas, pero, ay, la experiencia nos dice que ante una jovencita escultural que lleva minishort con total descaro (porque puede, claro) no tenemos nada que hacer. La publicidad, el cine, las revistas, todo se confabula para hacer prevalecer la apariencia física sobre cualquier otra virtud. Las actrices maduras, excelentes en su mayoría, se quejan de la escasez de papeles para ellas. Salvo excepciones, pasada la cuarentena dejan de interesar a los productores, por eso a veces resultan patéticos sus esfuerzos por mantener un aspecto falsamente juvenil a toda costa. El resto de las mortales soportamos otras presiones, ya sabes que encontrar trabajo siendo una mujer madura es misión casi imposible. Con esto no quiero decir que los hombres os fijéis sólo en el físico, a menos que sean tontos, superficiales y machistas, pero es un factor importante para muchos. Yo tengo la suerte de conocer muchos hombres estupendos que no miden a la mujer sólo por su cintura, y ya hace tiempo que soy consciente de mis limitaciones, pero asumir que ya no estoy, ni volveré a estar, "divina de la muerte" no es fácil, te lo aseguro. Por eso aprecio a los hombres que aman a las mujeres, parafraseando a Larsson, sea cual sea nuestra talla y edad. Y por la misma razón no soporto a las mujeres esclavas de su físico o a las que se sirven de él para sus fines, a falta de otros talentos. No sabes lo aburrido que es aguantar mil consejos sobre cómo estar delgada, las sesiones de estética o las conversaciones sobre moda, un horror. Cuesta salirse del molde, te lo aseguro.
ResponEliminaGracias por dedicar tu post a las mujeres con tu sensibilidad habitual. Un abrazo, colega.
He oído el mismo comentario referido a los hombres a partir de edades parecidas. Y es cierto que cuando se entra en esa franja dejamos de ser objetos de deseo, hombres y mujeres, para ser sujetos de otros intereses humanistas o existenciales tal vez. Y estoy de acuerdo con Yolanda en que una muchacha con short arrastra todas las miradas, pero desde mi perspectiva ignoro si a las mujeres de otras edades les agrada sentirse miradas o lo considerarían una impertinencia totalmente inadecuada. Yo desde luego me sé invisible, pero ya me he acostumbrado a ello. Hubo otro tiempo en que era diferente. Pero todo pasa. No tiene importancia.
ResponEliminaSomos invisibles para los que no nos quieren ver, así en general... que busque hombres que la quieran ver, y se hartará de tener citas :)
ResponEliminaCuestión de buscar...
Besicos
Cristal: Y es que es verdad. Yo miro a las mujeres con ojos que escrutan más allá del físico.
ResponEliminaYolanda: Estupendo comentario. Nada más que añadir porque yo no soy mujer, y tú sabes bien de qué hablas. Te doy la razón en todo.
Joselu: Pues mira Joselu, yo te diré que no me siento invisible (del todo). Tal vez sea vanagloria, pero no me siento invisible para las mujeres. Tendría que preguntarles a ellas. Pero, referido a mujeres, tiene toda la razón Yolanda.
Belén: Es verdad. Hay hombres de todas clases. Sólo hay que encontrarlos.
Holaaa Miguel,
ResponEliminaTu post es impresionante. Tienes una delicadeza especial y la transmites.
El comentario de Yolanda es excelente; da mucho que pensar.
Siento no poder añadir nada a esta estupenda entrada.
Mil abrazos pra ti y TODA la family!
Bueno, invisibles invisibles... No sé yo. Yo paso desapercibía cuando yo quiero, y cuando no, pues ya me hago notar. Si lo sabré yo...
ResponEliminajajajajajaja
Ahora en serio, sí que parece que cuando se llega a cierta edad, se pierde el atractivo y dejas de ser visible. Tanto hombres como mujeres.
Pero vaya, que eso depende de la persona que mire. Que a mí la gente me sigue llamando la atención, por decirlo así, aunque hayan cumplido 60 años.
Besos, Miguel!!
Lujo: Gracias por tu comentario. Por sí, yo pienso que Yolanda tiene mucha razón.
ResponEliminaLourdes: A mí me pasa algo parecido. Yo creo que el que se quiere hacer notar, se hace notar.
Buen análisis, amigo. A mí la verdad, ahora que voy por la treintena, no me disgustan las mujeres ni de 40 ni de 20. Será porque estoy a medio camino, jeje. Un abrazo, amigo.
ResponEliminaCreo que depende mucho de cómo se manifieste tu alrededor, amigos, pareja si la tienes, familia...me refiero a que si se te valora, estima y de vez en cuando te dicen algún cumplido tal vez tengas algún día que si que sufres esa sensación, pero en general consigas estar satisfecha contigo misma.
ResponEliminaEs una historia que me invita a reflexionar y tener más en cuenta mi alrededor..POR SI ACASO.
Un abrazo.
didi.
Ya ves Miguel,pues yo las entiendo perfectamente.
ResponEliminaPuede que lo de ser invisible sea tajante en exceso,pero lo cierto es que sentimos algo así como que nos deslucimos....
Es difícil de explicar a un hombre...
Y aunque para ti no fuesen invisibles, la mayoría de las personas de género masculino se pierden por las jovencitas, por mucho que les cueste reconocerlo.
De todas formas, para nada creo que una mujer madura no atraiga, que también es aún imán para muchos ojos.
A lo mejor es lo que dices y la chica se tenía en baja estima, o había pasado por un mal trago, o ¡qué se yo!
La vida no se acaba a los cuarenta como se suele decir :)
Besos y gracias por verlas.
hola Miguel, primero qué foto tan encantadora!!es alegre y simpática. El relato me ha parecido fantástico, qué detalles...en cuanto al tema, pienso que depende de cómo se vea cada cual y como ande de seguridad o inseguridad, tiene mucho que ver con la autoestima como dices. Besos para los cuatro, incluyo a "lluna" jeje
ResponEliminaLa franja de los cuarenta ya hace tiempo que dejó de ser frontera. Tanto hombres como mujeres alcanzan con esta edad una suerte de madurez que les hace mucho más interesantes en todos los sentidos. Nadie debe tener complejo y menos aún creerse ese tópico de la crisis y tal....
ResponEliminaPersonalmente, temo más a la vejez de espíritu que se traduce en perder la curiosidad por las cosas de este mundo y por seguir aprendiendo...
Un abrazo, Miguel
Chiriveque: Puede que sea eso, pero ya me contarás cuando llegues a mi edad (camino de los cincuenta y tres)
ResponEliminaDiana: Es cirto, creo que las personas más próximas son las que te hacen tener una valoración de ti mismo correcta, o al revés.
Marinel: Yo creo que en el fondo era un problema de autoestima lo que tenía.
Rachel: Gracias por tu comentario. Ya ves, madre e hija. Una von veintitantos y la otra con cincuentaitantos, y ahí están...
Luís Antonio: Yo, es que admiro mucho la experiencia, y esto me atrae, pero a otros hombres, esto no les atrae y sólo van a lo de fuera, ya me entiendes.
Seguramente se dieron cuenta en tu mirada de su "visibilidad"...
ResponEliminaBesos
Miriam: Tal vez fuera así. No lo había pensado..., pero es cierto que el mirar a una persona de una manera u otra, hace que au estima aumente o disminuya.
ResponEliminaSupongo que el comentario que citas es propio de esta sociedad volcada en imágenes postizas de mujer, casi extraterrestres. El canon de la belleza del siglo XVI, por ejemplo, encajaría más con nuestras 'jóvenes de 40' que con las modelos de pasarela, a quienes los clásicos tacharían de frías, flojas, feas (las tres efes). En cualquier caso, coincido contigo en que las mujeres maduras tienen tanto encanto como lo puedan tener las jóvenes, y para nada me resultan invisibles.
ResponEliminaSubscribo al 100% el comentario de Yolanda. Desde luego, hay que estar en la franja de edad y en las circunstancias específicas para entender el significado real de la frase y reconocerse en él. Hay un gran paso entre los treitaitantos y los cuarenta. Nosotras lo sabemos bien. Y no te digo nada cuando cruzas la línea de los 45... Eso ya sí que es duro. Por dos lados: primero por el nuestro personal... Notas tantos cambios, tan evidentes, en tu cuerpo.. La pre-menopausia (o menopausia entera), con todos sus efectos, la decadencia física que conlleva la edad, que es igual para hombres y mujeres, pero que parece que a las mujeres se nos "perdona" mucho menos, el darse cuenta de todo esto, que te afecta a la mente y que de rebote, se refleja en tu actitud física al exterior... Es como si asumiéramos que ya somos "mayores" y ya no procediera de ninguna manera por ejemplo el usar ropas con las que hasta entonces nos veíamos bien pero que no nos parecen apropiadas para esa edad.... Es como si una actitud global estuviera en el aire, como un "complot" casi, y nosotras mismas lo aceptáramos y asumieramos... Es muy complicado no dejarse envolver por esa forma de tomarse la cuarentena....
ResponEliminaUn beso, Miguel
Bueno, mi querido MIGUEL,
ResponEliminadesde luego las tuyas, no lo son para nosotros :))
Pero un poco, puede que tengan razón, tus compis de restaurante. Normalmente al primer golpe de vista, sólo se aprecia el exterior y salvo excepciones, en general a partir de los cuarenta. la belleza explosiva deja paso a algo mucho menos llamativo, lo cual, no tiene por qué ser malo, simplemente es diferente y a lo mejor arrastra ojos que miran distinto de lo que lo hacen los ojos que miran a chicas más jóvenes.
Cada edad tiene su encanto y su atractivo. Pero hay algo muy cierto. Un hombre es atractivo o muy atractivo a partir de los cuarenta, en una mujer salvo excpeciones, que por cierto hay muchas, tienes que fijarte un poquito más para vérselo :-) pero lo tiene...¡¡naturalmente!!
Un beso muuuuy grande MIGUEL
PD
También para tus preciosa chicas visibles:))
Antonio: A lo mejor todo es cuestión de "edades" y de maneras de ver la vida. Es difícil que a un chico de quince años le resulte atractiva una mujer de cincuenta, pero a un hombre de cincuenta, puede resultarse perfectamente atractiva una mujer de cuarenta.
ResponEliminaNovicia: A parte de todo, creo que también puede haber un problema de autoestima en las mujeres. Porque si ellas supieran que hay infifnidad de hombres maduros que se pirran por las cuarentonas, no pensarían así...
María: Claro que tiene atractivo una mujer mardura. Claro. Lo que pasa es que la televisión y la prensa nos muestra unos estereotipos que no hay quien los aguante. Pero la realidad, por suerte, es bien distinta.
Nadie se vuelve invisible con la edad. Sólo quien lo cree, consigue que los demás se vuelvan ciegos para sí. Luego están los demás.
ResponEliminaMi exnovio me saca 16 años, así que hace ya cinco que pasó los cuarenta, y de invisible, nada. Pero porque él no quiere serlo. Sin más. Y porque siempre hay quien se dedica a ver -sin duda mucho más interesante- en lugar de a mirar -que resulta tornarse bastante aburrido-.
Tal cual lo pienso, pero será porque es lo que yo veo :)
Saludos, Miguel.
V: Pues yo pienso como tú. La edad no es la que nos hace invisibles, sino nuestra mente y nuesta baja estima.
ResponEliminaEs cierto que la edad cuenta, y la juventud es siempre más atractiva, pero... yo creo que la edad también lo puede ser, se valoran otras cosas más a parte de la belleza.
ResponEliminaBesines
Vane: Totalmente de acuerdo, hay cosas que no son el físico que también cuentan.
ResponEliminaEl detalle del cambio de tiempo verbal del primer párrafo al resto del relato, le dota de mucha proximidad.
ResponEliminaRaúlo: Gracias por esta observación. No había caído en ella.
ResponEliminanadie es invisible, quien menos te lo esperas te alegra la vida. Besos.
ResponEliminaYo creo que nadie somos invisibles a los ojos ni tampoco al alma, porque todas las personas nos hacemos notar de alguna manera.
ResponEliminaUn beso, Miguel.
Yo creo que nadie somos invisibles a los ojos ni tampoco al alma, porque todas las personas nos hacemos notar de alguna manera.
ResponEliminaUn beso, Miguel.
Fernando: Todos tenemos alguna cosilla que llama la atención.
ResponEliminaMaría: Efectivamente, cada cual tiene su manera de hacerse notar.
Suscribo al cien por cien el comentario de Yolanda, después de una reflexión tan acertada y madura no me queda añadir nada más.
ResponEliminaOjalá los hombres y las mujeres no nos quedáramos en la apariencia de las personas, en la edad.., y fuéramos capaces de ver más allá, pero los medios de comunicación nos recuerdan cada día que no somos nada sin juventud y sin belleza.
Un abrazo, Miguel.
¿Te animas a participar en la iniciativa del día 8 de octubre en tu blog con el tema de la convivencia?
ResponEliminaBesos.
Cristal: Pues sí, es verdad, los medios de comunicación nos dan una imagen que no tiene nada que ver la realidad. Como si envejecer fuera un delito.
ResponEliminaMaría: Ya veré si encuentro el modo de participar.
HARÉ UNA METÁFORA: LA VIDA ES COMO UNA PELÍCULA, EN DONDE NOSOTROS SOMOS LOS PROTAGONISTAS ABSOLUTOS; A MEDIDA QUE NOS VAMOS HACIENDO MAYORES, NUESTRO PAPEL PROTAGÓNICO SE VA HACIENDO CADA VEZ MÁS Y MÁS ESCASO. POCO A POCO SE VA ACERCANDO EL FINAL DE NUESTRA PELÍCULA Y CON ELLA, EL FINAL DE NOSOTROS MISMOS. DE AHÍ VIENE LA IDEA DE TRANSPARENCIA, INVISIBILIDAD. POCO A POCO NOS VAMOS ALEJANDO DEL MÁS ACÁ Y NOS VAMOS ACERCANDO AL MÁS ALLÁ.
ResponElimina