Pequeña historia de un gran malentendido



Había aquel día en el periódico dos anuncios que no tenían nada que ver el uno con el otro. Uno era de una casa que se alquilaba, y el otro era de una chica que pretendía entablar relaciones (serias) con un hombre de buena posición y buenas intenciones. Lo que confundió a Bernardo, el protagonista de nuestra historia, fue la dirección. La primera era: Calle del Suspiro número 69- 2º; y la segunda era, también Calle del Suspiro, pero número 96-2º.
Total, que Bernardo, hombre de buena posición y buenas intenciones, no dudó en acudir a la cita de aquella mujer que pedía relaciones. Pero con las prisas, le bailaron los números, y en vez de ir al número 96, fue al 69, que era donde se alquilaba la casa.
Llamó al timbre y le abrió la puerta un hombre de unos cincuenta años, gordo, calvo,  de refinado bigote y sonrisa fácil.
-Buenos días, venía por lo del anuncio.
-Buenos días. Pase usted, pase.
El dueño de la casa le condujo hasta la salita, donde se sentaron en sendos sillones.
-Pues, eso, que he leído el anuncio y he venido a ver si llegamos a un acuerdo. Antes que nada me gustaría saber cómo se llama. Y cuántos años tiene.
-¿Años…? No muchos… déjeme que me acuerde, fue allá por los ochenta… tal vez el 86, luego, saque usted cuentas… Y ¿El nombre…? Ah sí, Lolita, por mi esposa, ya sabe usted…pero si no le gusta el nombre, lo cambia, no hay ningún problema.
-No, no, si me gusta el nombre, me gusta-contestó visiblemente extrañado Bernardo.
-Pues nada, nada –le cortó el dueño- hablando se entiende la gente. Yo estoy convencido de que cuando la vea, le gustará. Solo con mirarla por fuera, ya quedará prendado de su belleza. Y no le digo nada cuando la vea por dentro…
-Ja, ja, ja- rió Bernardo sonrojándose- cada cosa a su tiempo….-acertó a decir tímidamente.
-Claro, claro. Bueno, sigo. Lo que más valoro yo son los bajos. Aquí puede meter la nariz todo lo hondo que quiera y aspirar fuertemente que no encontrará ninguna mala olor. Y además está bien ventilada.
-No le entiendo- contestó Bernardo medio aturdido.
-Pues eso, que tiene dos entradas, una por delante, y otra por detrás. Si le apetece penetrar por delante, pues adelante, que entre otras cosas, es lo normal, ya me entiende. Pero si quiere hacerlo por detrás, pues nada, sobre gustos…
-Un momento- Bernardo estaba empezando a desorientarse- pero…pero… ¿qué me está usted diciendo…?
-Yo no le cuento mentiras. Yo le digo lo que hay. Y también le digo que espero que la trate bien… porque el último me la dejó hecha un asco…
-O sea, que no soy el primero…
-¡Qué va! Si ha tenido muchos…el peor fue el torero.
- ¿El torero…? – balbuceó Bernardo.
-Sí, porque como era un torero de poca monta, la utilizaba para entrenar las suertes del toreo. Ya me entiende, la espada, las banderillas, la puntilla… y me la dejó para el arrastre.
-¿Y usted cómo podía consentir semejante barbaridad?
-No, si yo no lo sabía, fueron los vecinos, que oían los gritos…
-Bueno- dijo Bernardo con determinación- Yo quiero verla.
-Pues nada, cuando le apetezca vamos y se la enseño.
-No, que venga. Que aquí la espero.
-¿Cómo dice?- espetó el dueño totalmente extrañado.
-Pues eso, que aquí la espero.
-Un momento…- ahora era el dueño el que no entendía nada- Yo no puedo…
-Pero ¿usted no es su padre?- atajó ya fuera de sí Bernardo.
-¿Cómo que su padre, está usted de broma? Yo soy el dueño, el amo y señor de esa joyita que yo pretendía dejarle a muy buen precio, pero que a este paso…
-¿Cómo? ¿Qué me está usted diciendo…? ¡Que la pretende vender…!
-¡No! Lo que quiero es alquilarla…
-¡¡Qué….!! ¡¡Que pretende alquilar a su hija…!! ¡¡Usted es un negrero!! ¡¡Y voy a poner una denuncia ahora mismo por esclavizar a su propia hija!!
-Un momento, un momento, pero ¿que me está diciendo de mi hija? si yo no tengo ninguna hija…
-¿Y entonces, esta Lolita que me pretendía alquilar…?
-Esta Lolita que usted dice es la villa que yo iba a alquilarle. La “villa Lolita” que venía en el anuncio…

(libre adaptación de un sainete de teatro valenciano)

17 comentaris:

  1. Los malentendidos dan mucho juego en obras cómicas, Miguel. Hoy mismo me han enviado un episodio de una serie sudamericana que cuenta algo parecido. Pero yo te voy a contar uno verídico. Ya sabes que muchos padres ignoran no sólo el curso en el que está su hijo sino el nombre de su profesor o incluso cuántos años tienen. Pues bien, hace unos años se presentó un padre en Secretaría diciendo que le habían llamado porque su hijo se había torcido un pie. La secretaria le preguntó el nombre de su hijo y el curso en el que estaba: Fulanito de Tal, 1º. La secretaria buscó el nombre del niño y, efectivamente, estaba en 1º B. Amablemente acompañó al padre a la clase y cuando llamaron al niño el padre dijo: "Pero éste no es mi hijo,mi hijo tiene trece años". Atónita, la secretaria le dijo: "Entonces estará en el Instituto, ahí enfrente". Y el padre contestó, tan pancho: "Ah, no sé, yo le traigo por las mañanas y no sé en qué edificio se mete". ¿Malentendido o ignorancia?
    ¡Disfruta del sol, pero no te fíes, que así se cogen gripes como la mía! Un fuerte abrazo, colega.

    ResponElimina
  2. Yolanda: Pues eso, que la vida está llena de malentendidos, unas veces por una causa y otras, por otra... Y la verdad es que siempre dan pie a situaciones cómicas...
    ...Cuídate, colega...

    ResponElimina
  3. jajaja
    Qué risa me he pasado, está genial tu entrada, me troncho¡
    He leído el comentario de Yolanda,me he reído un montón, aunque luego, pensándolo bien...
    Bss.

    ResponElimina
  4. Anda que no... Y eso de ponerte a hablar, y cada uno estar hablando de una cosa, y que ya al final la historia no te cuadre por ningún lado... -"¿Pero de qué estás hablando?"-.... -"No, ¿de qué estás hablando tú?"-.
    jajajajajajaajaja
    Sí, yo tb he tenido algún malentendido de estos.
    :)

    Besos!

    ResponElimina
  5. Tiene miga este malentendido jajaja Tienes razón que aveces se generan situaciones cómicas pero tambien pueden generar problemas.

    Gracias Miquel por esta entrada tan simpática.

    Un abrazo.

    ResponElimina
  6. Mar, Lou, Bertha: Me alegro de que hayáis pasado un ratito alegres. Pero cuidado, que los malentendidos también pueden acabar mal...

    ResponElimina
  7. Ja,ja,ja
    Caramba si hasta yo me he hecho un lío monumental conforme iba leyendo!
    La dislexia númerica es un pelín peligrosa...
    Léase esta versión del divertido y equívoco sainete.
    :)
    Besos.

    ResponElimina
  8. Yo tengo escaso sentido del humor y este texto no me ha hecho ninguna gracia, plagado de lugares comunes fácilmente previsibles, pero reconozco que una vez fui a ver a Pepe Rubianes a un gran teatro de Barcelona con dos mil espectadores por lo menos. Salio Rubianes y empezó con su colección de chistes de berberechos y el teatro se caía de las carcajadas del respetable. Todo el teatro reía menos yo que no le encontraba la gracia a aquello. Menos mal que al final nos ofreció un par de número dramáticos que me convencieron de que realmente tenía presencia el cómico.

    Sin embargo, una vez vi a un grupo ruso llamado Pokatuka cuyo sentido del humor me sedujo y me conmocionó y no me quitó la sonrisa de la cara durante toda la representación. Aquel humor sí que era mío. Lo que daría por volverles a ver, pero era algo excepcional que estuvieran allí. No sé si el resto del público se sonrió como yo que esta cautivado y divertido por aquel humor absurdo y mágico. Fue genial.

    Lo que quiero decir es que este tipo de humor es fácilmente esperable y no sorprende, al menos a mí no. Pero soy un bicho raro, como he dicho.

    Un abrazo.

    ResponElimina
  9. Marinel: Es lo que tiene el no fijarse bien en los negocios... y si esta vez ha resultado algo cómico, puediera ser todo lo contrario.

    Jelu: Bueno, cada uno tiene su punto de sentido del humor, pero tienes que estar conmigo que la situación tiene pelín de gracia ¿no...?

    ResponElimina
  10. Este malentendido es cómico (visto desde fuera, claro), pero los hay mucho más serios que pueden tener consecuencias nefastas eh???
    Me he reído un montón, Miguel. Gracias :D
    Un beso

    ResponElimina
  11. Novi: Es verdad. Esto es cómico, pero los malentendidos pueden traer consecuencias nefastas.

    ResponElimina
  12. Muy logrado Miguel.
    Buen sentido del humor.

    Saludos.

    ResponElimina
  13. Toro: Me alegro de que te haya gustado.

    ResponElimina
  14. Jajaja me ha gustado MIGUEL y salvando lo esperpéntico de la situación que obviamente se ha acrecentado con la explicación de la casa más que rebuscada por cierto jajaja porque decirle a alguien a quien le vas a vender una casa que puyedes olerle los bajos y que tiene dos entradas y puedes penetrarla por donde quieras jajaja sí, ya... seguro que la gente habla así:-)

    Pero lo que yaaaaaa es impensable es que alguien de buena posición y buenas intenciones acuda a los ofrecimientos de una mujer en el anuncio de un periódico .. en fin, da igual, me he reído mucho, cosa nada rara en mi, entre mi imaginación disparada y que soy de risa floja, a veces me río sola solo pensando en algo:-)


    Mil graacias, cualquier disculpa es buena para sonreír..pobre Lolita se ha quedado compuesta y sin novio:-)


    Muuuchos muuchos besos y muuy feliz finde MIGUEL.

    ResponElimina
  15. María: Gracias por tu comentario, y me alegro de que hayas pasado unos minutos alegre, pues este post no tenía otra pretensión más que esta.

    ResponElimina
  16. ¡jajajajajaja está muy bueno!

    Me has sacado una sonrisa, Miguel.

    Besos

    ResponElimina
  17. Myriam: Pues, la verdad, me alegro. Esto es lo que pretendía este post.

    ResponElimina