Jorge siempre había considerado a
Esteban un hombre parco en palabras. Cuando a la hora del almuerzo se reunía en el bar con los compañeros del taller, casi nunca decía nada. Esteban
escuchaba las bravatas y los comentarios más o menos chistosos de los demás y
se limitaba a sonreír o reír abiertamente si la ocasión se terciaba.
Esteban, en cambio, había
observado Jorge, solía dirigirse a quien tenía sentado junto a él e
intercambiar largos pareceres. La presumible timidez de Esteban desaparecía por
completo cuando se trataba de conversar con alguien tête à tête.
Un día coincidieron en el bar
Esteban y Jorge en sillas contiguas. Tuvieron una conversación muy densa y
fructífera al margen de la que se estaba llevando en el grueso del grupo. No
parecía el mismo. Ocurrente, dicharachero, atrevido, locuaz…
Jorge se lo hizo notar a Esteban.
Y este le contestó lacónico:
-Es que yo prefiero las
distancias cortas…
…Y vosotros, ¿preferís como
Esteban las distancias cortas…?
Buuufff en mi caso sin ninguna duda, meeencanta charlar, lo que más en el mundo, pero me pierdo en los barullos, no sé seguir las conversaciones a cinco bandas tipo vacile, de hecho a veces debo dar la sensación de estar medio atontada porque es que encima no pillo nada, eso de una retahíla de chistes fáciles que jamás comprendo me mata ...sonrío, disimulo que me aburro como una ostra y solo pienso ¡cuando podré salir disparada de aquí! jaja Mmuaaaaaaaakss! gigante MIGUEL
ResponEliminaMaría: Pues a mí me pasa como a ti. Me pierdo en los barullos. Me gusta la propuesta directa y la respuesta directa.
ResponEliminaMucho mejor sin duda la cercanía a la hora de mantener una conversación, de prestarse a ser una misma. Con el grupo es como que todo el mundo dice, todo el mundo a la vez, y acabas por opinar de soslayo a lo que llegas.
ResponElimina:)
Besos.
Pues a mí me gusta mucho hablar. Y si somos muchos, soy la más follonera del grupo. Eso sí, para intercambiar impresiones, conocer a alguien, "arreglar" el mundo, pues me gusta más una conversación más "en silencio". De hecho, últimamente estoy conociendo a alguien y cuanto más hablamos los dos, tranquilos y sin barullos, más interesante me parece. Suele pasar, no?
ResponElimina:)
Si me gustan las distancias cortas, pero si hay muchos más, aunque no diga ni mu, disfruto escuchando me gusta bastante escuchar y, sobre todo ir pillando.Algo que me enerva es el que acapara todo el tiempo...porque ya se convierte en un monólogo y, no en una tertulia.
ResponEliminaUn abrazo Miguel.
De entrada huyo de los grupos.
ResponEliminaEso para empezar. Me hartan, me aturden y me cansan.
Desde luego prefiero hablar con una persona a solas.
Saludos.
Siempre. Es la respuesta a tu pregunta. Siempre prefiero las distancias cortas.
ResponEliminaPeeeeeeeeeeeeeeero, para mí prima la comunicación entre las personas, así que, si por las circunstancias que sean, las distancias son largas, pues nos conformamos.
Pero tengo claro que si puedo elegir, me quedo con el face to face.
Un beso, Miguel.
Marinel: La verdad es que en la intimidad uno se presta más a ser uno mismo. Y además, así solo tienes que tener en cuenta la empatía con una sola persona. Y si la conoces,ya sabes cuáles son sus puntos flacos.
ResponEliminaLou: Si es que la clave está en las cortas distancias. Ahí es donde se lleva a conocer de verdad a la persona.
Bertha: Yo odio que haya alguien que monopolice la conversación y que esté todo el tiempo pegando la paliza. La verdad.
Toro: Estoy contigo. Me encantan las distancias cortas.
Novi: Yo pienso como tú. Me gusta la intimidad, qué le voy a hacer...
Si, está muy bien una charla íntima y desde luego para intimidad distancias cortas, pero también me gusta conversar con el grupo, bromear, participar de sus ideas y aportar las mías. No creo que a nadie le guste escuchar a un monologuista fuera de un escenario, aunque me parece todos lo hemos soportado sin decir nada :D
ResponEliminaBesos, Miguel.
Gemma: Yo creo que lo mejor es el diálogo, la interacción. A nadie le gusta escuchar discursos. Lo que pasa es que yo me siento más a gusto cuando este diálogo tiene intimidad.
ResponEliminaSiempre que sea para compartir con alguien agradable, las distancias cortas son mejores con mucho. Sin embargo, si enfrente (o al lado) me toca alguien desagradable, cuanto más larga sea la distancia, mejor.
ResponEliminaEn resumen, que por algo soy gallega: depende.
En todo caso, me siento más cómoda en una conversación más privada que en grupo.
Un beso
Solo tolero las distancias cortas a las personas que me agradan en uno u otro sentido. Cuando alguien la invade, sin las condiciones mencionadas, me siento muy incómodo y doy un paso hacia atrás...
ResponEliminaUn abrazo
Alís: Por supuesto que todo depende de la compañía. En esto estamos de acuerdo.
ResponEliminaLuís Antonio: A mí me pasa lo mismo. Las distancias cortas son muy delicadas.
Yo prefiero las distancias cortas cuando es posible, Miguel. Me gusta el gran grupo para algunas cosas, pero a la hora de disfrutar de cine o teatro y hablar tranquilamente me inclino por dos o tres personas, cuatro si acaso, para poder llevar una conversación común y no hacer grupitos. En el tú a tú se conoce a las personas y se descubren aspectos del otro que suelen pasar desapercibidos. Yo tardo meses en conocer a mis nuevos colegas y lamento no tener más tiempo para relacionarme con ellos. A veces descubro demasiado tarde auténticas joyas y apenas conocidos ya deben marcharse. El maldito ajetreo nos impide profundizar en las relaciones. Hace años no era así, estábamos más relajados y rendíamos más. Ahora trabajamos muchísimo pero los resultados distan mucho de ser satisfactorios. El contacto entre compañeros es fundamental, no puede reducirse a reuniones formales, tan odiosas, o a encuentros esporádicos tomando un café o comiendo a toda prisa. Por eso aprovecho cualquier ocasión para compartir un rato con alguien, cuantos menos mejor.
ResponEliminaSupongo que disfrutarás de las próximas vacaciones en tu residencia veraniega, qué suerte tienes... Un fuerte abrazo, colega.
Yolanda: Tienes mucha razón en lo que dices. A las personas se les conoce de verdad en las distancias cortas. Pero hay ocasiones en que ello no es posible, y nos quedamos sin conocer a la otra persona. En grupo se puede interpretar, pero en pequeño grupo, no.
ResponEliminaPues aquí ya se atisba el buen tiempo. Ya empieza a hacer calorcito y en vacaciones seguramente iremos a pasar algunos días en la playa. La verdad es que me encanta estar cerca del mar...
Yo soy igual, prefiero las distancias cortas y así soy yo misma y es como se me conoce. En grupo no soy de las que destaco por hablar.
ResponEliminaBesoss
PD: Aunque me encanta estar en grupo rodeada de gente!
ResponEliminaYo soy un desastre en grupo. No sé hablar. No tengo sentido del humor, no sé qué decir que suponga algo para esa efervescencia natural de las congregaciones de personas en un restaurante, en una sala, en un party. Me temo que no soy nada en esas circunstancias. Solo me gusta la distancia corta, muy corta, casi con nuestras almas rozándose, pero son distancias muy peligrosas. Lo he comprobado en mi vida. Por eso me va la comunicación a distancia a través de internet. Todo debe ser una timidez muy acentuada.
ResponEliminaSaludos.
Vanessa: A mí también me encanta estar en grupo, pero siempre que puedo, busco las distancias cortas.
ResponEliminaJoselu: Tienes razón. Internet es una buena ocasión para acercarse al alma de quien quiera escucharte. A mí Me gusta esta posibilidad porque así me siento a gusto. En el grupo, me pasa como a ti, prefiero escuchar a llevar la voz cantante.
Yo tiendo a las distancias cortas, Miguel. En las cortas siempre se cuecen cosas más interesantes. Ahí hay selección así que hay más conexión, cada uno aporta mucho más.
ResponEliminaLa verdad es que las distancias me gustan tan cortas, tan cortas, que a veces hablo conmigo misma, y fíjate que, frecuentemente, discrepamos.
¿Por qué has hecho eso? Porque me ha salido así. ¿Pero no era que..? Ya, pero ya ves... O sea, que hay días que pedir opinión a un tercero me da miedo por si le da la razón a la otra. Jeje.
Lo que tampoco llevo bien es las fotos de orla con los alumnos. ¿No habrán tenido bastante con aguantarme dos años que tienen que tenerme colgada de la pared toda la vida? Ahí, entre ese mogollón de cabezas.
Besos, Miguel.
Angie: O sea, que eres de distancias cortas, esto está claro. Y lo de la orla, pues eso, al final solo será un recuerdo para los alumnos.
ResponEliminaDepende del momento, hay días, que me encanta el bullicio, la gente, los grupos, otras veces, me aturden, y prefiero charlar más intimamente con una o dos personas, todo depende del momento, otras veces, prefiero estar en soledad.
ResponEliminaUn beso.
Marìa: Pues sí, las personas no siempre estamos para distancias cortas...
ResponEliminaTotalmente. Me agobian las multitudes. Ni salgo en fallas por esta razón, por ejemplo. Los grupos los soporto, pero no son lo mío. Hablan mucho y al final dicen poco... más que chorradas.
ResponEliminaBesos, Miguel.
V: Pues te pasa lo mismo que a mí. Prefiero las distancias cortas.
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