Se acaba el invierno. En estas largas tardes crepusculares el sol suspira por colgarse lánguidamente del horizonte. Los días se alargan, el espíritu se ilumina. Pronto vendrá la primavera. Y todo se llenará de color.
Algunas bandadas de pájaros vociferantes corretean por los aires que saben a campo florido. El caminante los mira y sigue su camino sin más. No hay maldad en esta indiferencia, sino sosiego y bondad. El alma, cuando atisba en el templado aire de marzo el vuelo juvenil y alegre de las claras aves volanderas y observa los tibios rayos solares atravesando sus desplegadas alas, siente respeto y admiración por la naturaleza.
El caminante no afloja su marcha, sino que, firme el paso y resuelto el ademán, avanza con primorosa precisión bajo un sol ansioso por quedarse.
Si no fuera por miedo, el caminante se acercaría hasta un pequeño zarzal que brota junto al camino y cogería un ramillete de hierbas frescas y algunas zarzamoras. Pero no se atreve. Es una prudencia vana y excesiva. Pero definitiva.
Considera que, tal vez, ha llegado el momento de ponerse a evocar tiempos pasados. Siempre lo hace. Cuando se siente arropado y tranquilo, como ahora, suelen venirle a la memoria añejas sustancias de su mente. Y él las recibe con alegría y acomodo.
El caminante no tiene claro si cualquier tiempo pasado fue mejor. A veces piensa que sí, y a veces piensa que no. Pero le gusta recrear vivencias infantiles y juveniles. Seguramente soñará con aquellos lejanos días en que el mortecino invierno susurraba con voz muy queda vagas letanías a los naranjos prestos a reventar en mil flores blancas, mientras él transitaba con su pequeño ciclomotor, la cara al viento, el pelo revuelto, por los caminos de los naranjales. Y será feliz.
El caminante cree que para ser feliz basta con proponérselo. Es una filosofía simple y concluyente. Y a ella se acoge siempre que viene al caso. Hoy es feliz porque ha sentido la calidez del sol sobre las montañas azules, y ha notado el incipiente aroma de azahar en el aire, y porque sabe que el mes de marzo, como todos los años, fiel a su cita, se llevará los fríos invernales y traerá la benevolente primavera.
Algunas bandadas de pájaros vociferantes corretean por los aires que saben a campo florido. El caminante los mira y sigue su camino sin más. No hay maldad en esta indiferencia, sino sosiego y bondad. El alma, cuando atisba en el templado aire de marzo el vuelo juvenil y alegre de las claras aves volanderas y observa los tibios rayos solares atravesando sus desplegadas alas, siente respeto y admiración por la naturaleza.
El caminante no afloja su marcha, sino que, firme el paso y resuelto el ademán, avanza con primorosa precisión bajo un sol ansioso por quedarse.
Si no fuera por miedo, el caminante se acercaría hasta un pequeño zarzal que brota junto al camino y cogería un ramillete de hierbas frescas y algunas zarzamoras. Pero no se atreve. Es una prudencia vana y excesiva. Pero definitiva.
Considera que, tal vez, ha llegado el momento de ponerse a evocar tiempos pasados. Siempre lo hace. Cuando se siente arropado y tranquilo, como ahora, suelen venirle a la memoria añejas sustancias de su mente. Y él las recibe con alegría y acomodo.
El caminante no tiene claro si cualquier tiempo pasado fue mejor. A veces piensa que sí, y a veces piensa que no. Pero le gusta recrear vivencias infantiles y juveniles. Seguramente soñará con aquellos lejanos días en que el mortecino invierno susurraba con voz muy queda vagas letanías a los naranjos prestos a reventar en mil flores blancas, mientras él transitaba con su pequeño ciclomotor, la cara al viento, el pelo revuelto, por los caminos de los naranjales. Y será feliz.
El caminante cree que para ser feliz basta con proponérselo. Es una filosofía simple y concluyente. Y a ella se acoge siempre que viene al caso. Hoy es feliz porque ha sentido la calidez del sol sobre las montañas azules, y ha notado el incipiente aroma de azahar en el aire, y porque sabe que el mes de marzo, como todos los años, fiel a su cita, se llevará los fríos invernales y traerá la benevolente primavera.
27 comentaris:
Espero que el caminante aprenda a convivir con el sol... y que espere paciente el regreso del proximo marzo... =)
Un saludo
Marzo a mi me hace el bien de llevarme tanto sol y traerme un poco de frescura! mientras a tí te alivia del frío y te aproxima un cálido sol ,una suave brisa,flores en el paisaje y en el cielo maravillas,aquí y allá marzo es una bendición!
Que lindo es caminar tranquilo,hace tanto Miguel que no podemos caminar completamente relajados por aqui,pues siempre al acecho hay algun delincuente violento,por lo que este acto tan bonito,ahora es una prueba y una ejercitación a todos los sentidos,pero,cuando voy al campo me doy ese gusto de caminar y caminar disfrutando de la paz más perfecta del mundo! tu texto es muy bello,como escribes de lindo,me transmites emociones suaves,bellas,sensacines de paz,y mucha primavera!
Un abrazo y que disfrutes mucho de los días que vienen!
Me encanta como escribes Miguel transmites mucha paz y cariño...la primavera es el renacer de la naturaleza y como ella renacemos las personas y amamos con mas intensidad...muchos besitos y bona nit querido amigo
PD: no se si te invite a mi blog de poesias...si te gustan las poesias de amor...espero que te guste...
http://luzdelunaarwen.blogspot.com/
Anda me suena esa foto!! jeje esa es mi casa!!!
Como te gusta venir a pasear por mi zona eh!
Se nota que ya alarga el día, y la semana que viene se notará más... La verdad ese cambio hace que el día te cunda más y no sé porqué, pues el día sigue teniendo 24h.
Un beset! i avuí a la traca final!
que lindo homenaje a la primavera!!!!!!!!
imagino la alegría que deben sentir después de tanto frío!!
nosotros entrando en el otoño para que nos alivie tanto días de calor..........
me encanta visitarte por tu positivismo y sentir el amor que das en cada entrega.
felicitaciones, amigo!!!!!!!!!!
un fuerte abrazo y buen domingo
Zully Ellyane: Claro que aprenderá a convivir con el sol, porque el caminante ama el sol.
Hada Isol: En Castellón hay un camino (es el de la foto) que bordea media ciudad, lejos de los semáforos y los coches, pero a la vez, cerca de la ciudad. Es una maravilla pasear por ahí. Siempre está lleno de gente caminando. Es un lugar muy tranquilo y relajado. Yo suelo ir tres o cuatro veces por semana. La gente de aquí a este camino le llama "la ruta del colesterol" porque muchos vienen aquí a hacer ejercicio y bajar el colesterol.
Arwen: La primavera nos incita a vivir, y amar, con más intensidad. Tomo nota de tu blog de poesías.
Marta: Siempre que paso por ahí echo una miradita hacia tu casa. Está en un sitio idílico. Tan cerca y tan lejos. Hoy la traca.
Adrisol: Es verdad, para vosotros los que estáis en el hemisferio sur, no os dice lo mismo el mes de marzo, allí camináis hacia el otoño y aquí hacia la primavera...
"El caminante cree que para ser feliz basta con proponérselo. Es una filosofía simple y concluyente. Y a ella se acoge siempre que viene al caso".
Me gusta mucho esa frase de tu texto, es preciosa y, para mí, verdadera. Creo que la primavera ya la tenemos aquí. Hoy he estado haciendo fotos de todas las flores que han brotado en mi campico, preciosas, diminutas y humildes, pero me han dado esa misma sensación de paz y conformidad que tú transmites en tu texto.
Son palabras de sabiduría. Saludos.
Clares: A mí también me gustaría tener un campo con flores, y verlas nacer y crecer... es como ver la vida brotar.
Joselu: Muchas gracias por tu comentario.
Y viste alguna amapola ??
para mí ese anuncio del cambio de estación llega al ver colorearse de motitas rojas el campo.
Un saludo
muy lindo !!! Marzo es un mes bonito, pero me gusta más mayo. Un abrazo.
Cuando llega la luz y el aire huele a verano, siempre pienso en quitarme la gruesa piel del invierno, y no hablo de abrigos. El calor del sol hace que respire de nuevo, el día es más largo y da para más actividad. He plantado verduras por primera vez en mi "huerto" y tengo ganas de que venga el verano, de ir a la playa y de tomar "claritas" con mis amigos¡¡¡ Sí que huele a sol, sí¡¡¡
Un abrazo
Amig@mi@: No vi ninguna amapola. La primavera está siendo muy pudorosa este año y va llegando poco a poco. Pero ahí está.
Fernando: A mí también me gusta más mayo. Es el esplendor de la primavera.
Verònica: ¡Qué agradable sensación la de quedarnos con la piel al aire y al sol! es que es una sensación de libertad extrema.
La primavera con su colorido y luminosidad, es en principio sinónimo de alegría, aunque a veces, no sé por qué, se torna en melancolía.
Lo importante es seguir caminando, aceptar lo que cada estación traiga y esperar siempre que lo mejor está por llegar, el pasado, pasado está.
Así que ahora, disfrutemos de esta preciosa primavera.
Un abrazo, Miguel, y feliz primavera.
Irene: Tienes razón. Lo mejor está por llegar. Vamos a disfrutar de lo que la Naturaleza nos ofrece.
Gracias por tu visita y consejo! Sólo fue un momento de flashback en el que me ví agobiada y decidí plasmarlo.
El problema es que el haber cambiado de vida se debe a una baja por larga enfermedad.... Ahora ya he aceptado que mi vida NUNCA volverá a ser como antes, pero de vez en cuando....
Lo bueno que tengo es que vivo a un paso de la naturaleza, aquí todas son rutas del colesterol. Te gustaría este Marzo gallego. Nos vemos.
Un saludo.
No dudes, que un día abrirás la puerta por la mañana y la señorita primavera te regalará una flor en homenaje a esas palabras que como nacidas del sol esparces por estos lares, sujetando suavemente las alas de esa mariposa que ya comienza a poblar el campo de flores...
La primavera debe estar orgullosa de que en estos tiempos que corren,una persona se fije en que ha llegado y le dedique unas palabras, unas palabras sin duda maravillosas.
Un abrazo
Hola Miguel,
La primavera está haciendo estragos por la comunidad blogger.
Me encanta la visión que das sobre ella y ese caminante.
Caminar y observar lo que acontece alrededor, es algo mágico que nos recarga de buenas vibraciones. La primavera es como un renacer; hasta del alma.
Me encanta la fotografía que has colocado...muy significativa.
Muchas gracias por cada una de tus palabras. No creí que mi entrada pudiera interesar demasiado. Dudé mucho en publicarla.
Un abrazote enorme.
Bona setmana!
Marieta: Seguro que me gustaría ver la primavera gallega. Un paisaje tan florido como el gallego seguro que recibe a la primavera con los brazos abiertos.
Esther: Preciso comentario, como todos los tuyos, ya he visto revolotear alguna mariposa por el campo... seguro que luego vendrán más...
Lujo. Los pisos que se ven en la fotografía es donde vive mi hija, Marta (la de Cositas mías), es un placer pasear por sus alrededores.
Me identifico con ese caminante, que pasea sus anhelos entremezclados con los recuerdos de un pasado feliz o no.
Y ese ambiente perezoso que se va instalando para aposentarse y que se sabe, es cas mágico en tu descripción.
¿La sientes, verdad?
Pues es que ya está aquí,caminante...
Besos.
Marinel: Veo que también tú eres caminante que pasa sin pasar, caminante que piensa y sueña, caminante en tu imaginación desbordante.
La primavera ya llegó!!! A ratos parece... Muchas gracias por tu visita!!! Seguiré tu blog, bonito sitio!
Ramon de Mielina: Sí, ya llegó la primavera, aunque aún le falta un poco, aún han de brotar más flores y el aire aún se hará más oloroso.
un abrazo y feliz fin de semana
Hola Miguel!
Vine a agradecer la visita que realizò a mi rinconcito, es muy amable...
He encontrado muy interesantes sus blogs, y este post ha sido muy lindo, la verdad es que aca en esta parte del planeta, vivimos casi sin considerar como transcurre el tiempo y leer algo como lo descrito, ayuda mucho a recordar que todos los dias estan llenos de magia...
Un saludo especial y hasta pronto,
Fatima.
Fernando Sánchez postigo: Igualmente te deseo un buen fin de semana. Gracias por pasarte por aquí.
Fattyec: La magia está en todos los días y en el paso del tiempo. Es magia recordar después lo vivido, porque los recuerdos nunca mueren, son eternos.
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