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Elogio de la cama



Mi abuela Francisca era persona de sano humor y fácil sonrisa. No era su imaginación la mayor de sus virtudes, por eso repetía una y mil veces sus graciosas cantinelas y sus mismos chascarrillos, que ella misma reía aun antes de acabar de contarlos. Mi abuela Francisca fue una mujer buena.
Entre sus ocurrencias hoy me viene a la mente una. Y es que hoy estoy debilucho, y pienso que donde mejor estaré es en la cama. Porque la verdad es que a estas horas no me tengo de pie ¡maldito catarro…! Y cuando pienso en esta simple necesidad siempre me acuerdo de aquella máxima risueña y clara que mi abuela a modo de sentencia solía soltar de vez en cuando “¡Qué inteligente debía ser aquella persona que inventó la cama…!”
Y es verdad. La cama, si uno lo analiza bien, es algo intrínseco al proceso de vida humana. No se puede concebir una vida sin una cama. Las personas estamos adscritas a las camas. Una persona, una cama. Esto es un hecho.
Somos concebidos (normalmente) en una cama. Nacemos en una cama (ya sea en casa o en un hospital). El niño pequeño cuando se siente solo o cuando huye de alguien, se refugia en su cama. En la adolescencia se busca la complicidad de la almohada a las lágrimas de amor, rabia o incomprensión. Todas las noches vamos a la cama a dormir (nos pasamos un tercio de nuestras vidas arrebujados en la cama). No todas las noches (quién lo quisiera…) pero muchas noches hacemos el amor en la cama. Cuando estamos enfermos, nos acostamos en una cama. Algunos, entre los que me incluyo, nos pasamos un par de horitas haciendo la siesta en la cama siempre que podemos. Y ya para finalizar este elogio simple de la cama, me pondré serio, y diré que nuestras últimas horas, nuestros últimos alientos vitales los solemos exhalar confinados en una cama…

28 comentaris:

Joselu ha dit...

Recuerdo en mi niñez los días en que estaba enfermo y el médico ordenaba guardar cama. Una vez estuve casi dos meses por mor de una hepatitis. Hoy no se trata así, pero en aquel tiempo la cama era una terapia bastante frecuente. Recuerdo aquel tiempo de inactividad como profundamente aburrido y a la vez como interesante. El día se hacía interminable, pero cundía la lectura. ¡Maravillosas horas de lectura! Veía la televisión, comía incluso en la cama, y dormía tras la comida. El día se hacía elástico y mágico. Desde entonces no he guardado cama por este motivo. Desde luego tu apología tiene gracia hacia esa cama que nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte, pasando por los momentos más prodigiosos del día que son nuestros sueños nocturnos en que volamos, nos metamorfoseamos, nos hacemos protagonistas de historias oníricas que nos seríamos capaces de realizar en nuestra vida normal. Sí, sin duda, Miguel, la cama es un gran invento donde sucede de lo más apasionante (!) en nuestras vidas.

TORO SALVAJE ha dit...

La mayor parte de la vida la pasamos en la cama.
Y que bien que es está.

Que te mejores.

Saludos.

Gemma ha dit...

Es verdad, pero mi abuelo también decía que la cama se come a los enfermos...yo creo que la cama se ve muy diferente desde una dolencia aguda que desde una crónica como la que él padeció, tan fuerte fue su lucha que murió sentado en lugar de estirado en una cama como hubiera cabido esperar en sus últimas horas muy limitado ya de movilidad...

A mí me encanta el momento siesta y no hay nada como mi cama y mi almohada...qué gustazo esa morriña dulce con la que nos abrazan nuestras sábanas, aunque el sofá tampoco está mal eh? con una peli del oeste con aquellas voces entrañables de la caja tonta de antes amenizando el baile con morfeo al son de una de indios :D

Lo dicho, que te mejores muy pronto y que la disfrutes a pierna suelta ahora que no hay clases :D

Un besote

María ha dit...

Hacía tiempo que no venía a tu blog, y es que últimamente pierdo el tren en los blogs.

A lo largo de la vida pasamos muchas horas en la cama, es allí donde, en la almohada, cobijamos nuestros miedos, o sueños, o pesadillas que nos acechan.

No me gusta la siesta, nunca me suelo dormir de día, yo pienso que el día está para vivirlo, y la noche para dormir.

Un beso, Miguel.

Miguel ha dit...

Joselu: Entrañable comentario. Sí, estamos de acuerdo: la cama es un gran invento.

Toro: Gracias. La cama nos atrae en los momentos en que nos vence el sueño, la enfermedad, o el deseo...

Gemma: Esta tarde he hecho una siesta que me ha sentado de maravilla. Ahora estoy un poco mejor.

María: Pues a mí me encanta la siesta, María. Y en la cama, mejor que en el sofá.

VANESSA ha dit...

Este elogio lo tiene bien merecido la cama! Nunca me había parado a darle tanta importancia, pasa siempre con las pequeñas cosas diarias de la vida, que las vemos tan normales que estamos acostumbrados y no le damos importancia. Y bien se la merece!!
Yo ahora, de hecho, me voy a ir a la cama. Buenas noches!

Marinel ha dit...

Pues tu abuela era un aglo como mi madre,que también elogiaba a quien inventó la cama,pero ella además añadía la lavadora,que tanto trabajo le quitó a sus machacadas manos de juventud lavando ropa en el río.
Y yo siempre asentía a ese elogio,porque amigo...
¡Qué maravilla es la cama!
Para todo,cierto,para todo.
Me encanta de manera especial cuando las sábanas recién cambiadas desprenden ese aroma a suavizante,a limpieza que es como un señuelo para meterse en ella y no salir.
Cuídate el dichoso catarro,que con estos tiempos nos tienen apabullados.
Así,metidito en cama.
:)
Besos.

Miguel ha dit...

Vanessa: Es verdad es algo tan usual, tan normal, que casi nos pasa desapercibido, pero fíjate la importancia que tiene, es vital.

Marinel: Pues sí, todos los inventos han servido para superarnos, pero esto de la cama, es que es otra cosa, es una maravilla vital.

Yolanda ha dit...

Las costumbres actuales no tienen nada que ver con las de hace años, pero recuerda, Miguel, el importante papel que desempeñaba la cama en el ajuar de las nuevas parejas. Es, desde luego,un gran invento. Una anécdota referida a no sé qué rey y a su consejero decía más o menos así: El rey se quejaba: "Tengo frío". "Acuéstese vuestra majestad, que no hay lugar más caliente en invierno ni más fresco en verano que la cama". Hízolo el rey, y pidió al consejero que le leyera algo para dormirse. Al rato, el consejero paró la lectura y el rey se quejó: "No me duermo". "Yo sí, señor". Y se fue.
Si estás pachucho, lo mejor es acostarte, sin duda. Hay quien prefiere el sofá, pero al rato se convierte en un lugar incómodo. Es poco usual que ahora los médicos recomienden guardar cama, enseguida te mandan andar y beber mucha agua, y ¡hala! a llenar los arcenes de gente en chándal y zapatillas botella en mano.
Que te recuperes pronto, colega. Un abrazo.

Angie ha dit...

Pues sí, Miguel, la cama es muy importante en nuestra vida, bueno, sobre todo un buen colchón. Y si es grande mejor, que dé juego para alejarse y acercarse, si es el caso.

Además en una cama grande te tumbas en un extremo y girando sobre ti mismo puedes dar fácilmente dos vueltas - con cuidado para no caerte por el otro lado.

¡Y la pereza que da separarte de ella a las 7 de la mañana, cuando suena el despertador!

Depositaria muda de nuestros sueños, siempre estará esperando, segura de que volveremos.

Que te mejores.

Belén ha dit...

No, si ahora caigo porqué me gusta tanto dormir...

;)

Besicos

Miguel ha dit...

Yolanda: La cama, cuando uno no está al cien por cien, es decir, cuando está pachucho, le atrae. Por algo será. Es que es el refugio perfecto (para todo), sin duda.

Angie: Desde luego, hay camas que son mejores que otras. Yo, modestia a parte, amo mi cama...

Miguel ha dit...

Belén: Es que a una cama bien hecha y bien estructurada, no hay quien se le resista...

cristal ha dit...

Sí, Miguel, no cabe duda de que le debemos mucho a la cama y que gran parte de nuestra vida la pasamos en ella, en algunos momentos para disfrutar y en otros para sufrir; pero no cabe duda de que hasta los malos momentos se pasan mejor arrebujados en ella.

Qué te mejores, Miguel y pasa tu catarro lo mejor posible.

Un abrazo.

Miguel ha dit...

Cristal: Gracias. Ya me encuentro mejor, hoy ya he ido al instituto. Pues sí, la cama es un gran alivio para muchas cosas.

Lourdes ha dit...

A mí me mola mi cama tb, es verdad.

Anda, que te mejores, Miguel!


Besos!!

María ha dit...

Me parece que esta vez voy a ser la nota discordante en este elogio tuyo a la cama, mi querido MIGUEL ... yo, rotundamente le tengo medio alergia a la cama jajaja será que soy de poco dormir, será que siempre tengo la sensación que pierdo el tiempo cuando duermo y desde luego, creo que en mi vida he dormido una siesta, menos aun en una cama... jajaja

Mis mejores momentos en ella, sin duda cuando me acurruco o porque me da pereza levantarme o porque necesito esconderme bajo el edredón...pero si quieren torturarme, nada mejor que ordenarme reposo en cama... creo que se me harían los segundo horas, terminaría sintiéndome como en una cárcel blandita, pero cárcel al fin...

En fin, es seguro que soy yo la rara en esto... supongo que me han colocado un motor demasiado revolucionado para aparcarlo en el garaje:-)


Me alegro que tú la disfrutes tanto y deseo que esa debilidad y ese catarillo esté más que superado.


Un beso grande MIGUEL.

Anònim ha dit...

Que razón tenía tu abuela! Que gran invento ese de la cama y más en esos momentos en los que estás tan súmamente cansado que no te da el día para hacer ninguna otra cosa.
Espero que estés mucho más recuperado.
besines

Vivian ha dit...

Hola Miguel
¡Qué buen análisis sobre la cama! Algunos detalles no los tenía tan presentes, pero visto desde todos los ángulos…¡La cama es un gran invento!
Dejando a un lado la cama, lo que sí me ha llenó de ternura es la descripción de tu abuela (al comienzo), esa imagen que quedó de ella en tu memoria.
Un abrazo, espero estés recuperado (aunque ya leí por ahí que sí)

Miguel ha dit...

Lourdes: Al final he tenido que ir al médico. Bueno, a ver si con esta medicación se me va el catarro...

María: Es que hay que aprender a amar la cama...

Vane: Pues eso, que donde esté una buena cama...

Vivians: La verdad es que cuando recuerdo a mi abuela me pongo tierno y es que era tan buena persona... como mi padre, que era su hijo.

MAR ha dit...

No me había parado a pensarlo nunca...pero cuanta razón tienes y tenía tu abuela...
Besos a ambos¡

Recuerdos perdidos ha dit...

Una cama, una persona, dos, sueños, lloros, miedos, infancia, fin. Bonito, te ha quedado bonito.

Miguel ha dit...

Mar: Es verdad, tenía mucha razón. Me reafirmo en sus pensamientos.

Recuerdos Perdidos: Gracias por tu comentario. A ti también te ha quedado bonito.

Miguel ha dit...
L'autor ha eliminat aquest comentari.
LOLI ha dit...

Por eso invertir en un buen colchón es esencial ;)

BESAZOS ♥

Miguel ha dit...

Loli: No te quepa la menor duda...

MAR ha dit...

Miguel: lo primero decirte que te mejores.
lo segundo,no entiendo porque no sale en mi blog, tus entradas( rabia, que me da)
Es muy bonito lo que nos has contado
Cuanta razón, tienes.
Lo peor de todo, es que hay que hacerla todos los días
Bss y amjorarse¡

MAR ha dit...

A mejorarse¡ quería decir.

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