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La persona idónea para gobernar


Desde los albores de las primeras civilizaciones se ha planteado el problema de quién era la persona más indicada para dirigir o gobernar a la gente.
En un principio no había duda. Esa persona era la más fuerte. Y nadie lo discutía. En todo caso, se ponía a prueba, y quien salía vencedor, ese era el jefe.
Pasaron los milenios, se formaron los primeros países y las primeras ciudades-estado y apareció el germen de la actual política: la democracia. Estamos en la Atenas de Pericles, en el siglo V a. C. En el ágora se oyen comentarios de todo tipo. Hay quien cuestiona este novedoso sistema. La democracia es una farsa. No siempre nos gobierna el más capacitado, dicen algunas voces. Los votos no son expresiones de ningún dios, son el resultado de las imperfecciones humanas…
Hoy, más de 2.000 años después, nos podemos plantear la misma cuestión. ¿Cómo podemos saber quién es la persona más indicada en cada momento y situación para gobernar un país? ¿Cómo saberlo? Por eso me gustaría compartir con vosotros un cuento zen que leí no hace mucho. Más o menos dice así:

La cola de una serpiente, cansada de ir siempre a donde la cabeza quería, un día,  le dijo que quería dirigir ella la marcha. Y la cabeza le contestó:
-Las cosas como son. Algunas veces no las podemos cambiar.
La cola no se contentó con esta respuesta y decidió pasar a la acción. Así, cuando la serpiente estaba a punto de cazar un pájaro y ya había abierto la boca para comérselo, la cola se aferró fuertemente a la rama del árbol donde estaba la serpiente y la presa escapó.
La cabeza se giró indignada hacia la cola y le recriminó su actitud. Y la cola le respondió que ella quería guiar a la serpiente
La cabeza accedió. Que por unos días ella guiara a la serpiente. Y así hicieron.
Y como la cola no tenía ojos, un día cayó en un pozo y se murió…


¿Qué os sugiere este cuento? Me gustaría conocer vuestra opinión.

22 comentaris:

Joselu ha dit...

¿Quién debe gobernar, cuál es el sistema más justo, más eficaz? Buena pregunta. Está claro que la cola de la serpiente no era la más indicada para hacerlo y la cabeza razon en que hay cosas que no se pueden cambiar. Lo curioso es que este cuento podría entenderse como perteneciente a una filosofía conservadora no dialéctica. Sin embargo, el comunismo habló de crear un sistema en que sería el pueblo el que gobernara, pero la transición sería la dictadura del proletariado en que el Partido sería el que dirigiera férreamente el país. Este fue el comunismo y su fracaso. Era un sistema monolítico. La democracia posee otra flexibilidad. Al menos podemos echar a nuestros gobernantes que llegan allí por nuestros votos y se van igualmente. Pero ¿los que llegan a gobernar son los más aptos? Lo cierto es que no. Ganar unas elecciones no supone una real capacitación para gobernar. Una cosa es llegar al poder y otra ejercerlo. Y una regla fundamental es que no se puede gobernar para agradar a los gobernados. El que está arriba tiene que tomar decisiones difíciles que pueden no ser comprendidas y que contraríen el sentir de la gente. La cabeza de la serpiente ha de elegir el camino que puede no ser el que desea la cola. Pero a veces la cola se rebela. Lo hemos visto en Ucrania, en los países árabes. En tal caso se establece otras reglas de poder pero puede llegarse al caos. No, no tengos solución. Creo que el cuento zen abre un gran interrogante, aunque parece concluyente.

Un abrazo.

Lourdes ha dit...

Hombre, yo no me veo capacitada para gobernar. Eso lo tengo muy claro. Seguramente por eso no se me ocurre ni intentarlo.
Pero sí que algunas veces no puedo evitar pensar que los que lo hacen tampoco tienen ni idea, y ahí están. Se presentan, los votamos y se dedican a (supuestamente) llevar el timón del país.
Pienso que hay que tener ganas y valor de hacerlo, las cosas como son.
¿Que quizás no están capacitados ellos tampoco? Pues seguramente. Pero alguien tiene que hacerlo.
:)

Besos, Miguel!!

V ha dit...

A mí me sugiere que nos gobierna una serpiente sin cabeza y con dos colas.

Un beso, Miguel.

Bertha ha dit...

Pero si nos remontamos a la Edad Media cuando se dio origen y se construyó Europa; nunca ha existido un mandatario que unificara nada si no todo lo contrario cada uno ha arrimado su ascua a su sardina...

Una buena reflexión: esta claro que la unión hace la fuerza.

Un abrazo Miguel.

Miguel ha dit...

Joselu: La serpiente le contesta a la cola: "las cosas como son. Hay cosas que no pueden cambiar". Esto podría ser una declaración de intenciones de tinte conservador. Pero es una gran verdad. La cola no puede dirigir a la serpiente porque no tiene ojos. Es decir, no solo basta tener ansia de poder (como pasa actualmente, y le pasaba a la cola del cuento) sino que además, se tiene que estar capacitado para ello. Y este es el quid de la cuestión. ¿Cómo se puede determinar la capacitación para ser un gobernante prudente y bondadoso...? ¿A base de votos? ¿A base de encandilar al público con una brillante oratoria?
Lo único que tengo claro es que la cola no puede dirigir a una nación. No sé si me entiendes. Creo que sí.

Lou: Es verdad. Alguien tiene que hacerlo. Pero fíjate que eso mismo lo dijéramos de los médícos o de los arquitectos, o de los ingenieros... no, no, solo pueden hacer puentes, y operar tratar de alguna enfermedad, personas supercapacitadas para ello. Y en política, ¿qué? Solo el que tenga más labia y potente oratoria es válido...

V: Vamos en una nave sin rumbo. Y al final, si no lo remedia alguien (la cabeza, tal vez) nos la podemos dar.

Bertha: Si encima, lo que buscamos es el interés particular, pues ya ves el resultado.

Luis Antonio ha dit...

Es posible que últimamente estemos gobernados por la cola...

Tampoco sé quiénes son los mejores para gobernar, pero sí tengo clara una cosa: no votaré a los que vienen demostrando su ineficiencia...Parece una simpleza, pero algunos erre que erre siguen ahí votando a los que una y otra vez vienen gobernando solo para beneficio de unos pocos...

Un abrazo, Miguel

MAR ha dit...

Que nos gobiernan cabezones...eso me sugiere.
Bss

TORO SALVAJE ha dit...

El cuente me sugiere que no saldremos del pozo jamás.
Este pozo va a ser muy largo y muy doloroso.

Miguel ha dit...

Luís Antonio: Yo también sé a quien no voy a votar, el problema es que tampoco sé a quien voy a votar.

Mar: Y más cabezones son los que les votan...

Toro: A lo mejor ya hemos caído al pozo... pero hace muchos, muchos años... y a ver quién nos saca de ahí.

Novicia Dalila ha dit...

Una sola persona es imposible que gobierne a un pueblo. Es imposible. Siempre tendrá carencias que se lo imposibiliten. Sin embargo, un buen equipo de gobierno, sí podría hacerlo bien. Pero claro, la palabra clave aquí es "BUEN" equipo, algo que yo no he conocido es toda mi vida. Los intereses individuales y personales les contaminan y les pierden.

Un beso, Miguel

Miguel ha dit...

Novi: Mientras los intereses individuales y personales prevalezcan sobre los colectivos no tendremos buenos gobernantes. Y desgraciadamente esto es lo que está pasando en toda la historia de la humanidad.

Myriam ha dit...

Creo que la Ciudadanía debe se participativa y los Dirigentes elegidos en virtud de sus méritos y no acomodos y demás.

Un abrazo, Miguel

Miguel ha dit...

Myriam: Pues en estas estamos. Nos ha de dirigir la cabeza, no la cola.

Yolanda ha dit...

Miguel,a la vista está que en muchos casos, demasiados, elegimos a los peores gobernantes: ineptos, incultos, sinvergüenzas, ladrones, incompetentes, chulos, maleducados, prepotentes... ya sea para alcalde, director de colegio o presidente de la nación. Unos nos engatusan con bonitas palabras (y eso que cada vez hablan peor, válgame el cielo), otros nos prometen la Luna, la felicidad perpetua o la libertad sin límites, una vida en el edén o la vida eterna. Y una y otra vez caemos en la trampa de participar en ese juego porque nos han convencido de que es lo mejor. Hartos estamos de desengaños, falsedades, promesas incumplidas, ineficacia sin fin... ¿Quién forma a los dirigentes? Algunos no tienen ni un mísero trabajo en su currículum, no saben lo que sinifica cumplir un horario y ganar un sueldo miserable. Consideran natural hospedarse en el Palace, tener un despacho de puta madre y faltar a las sesiones parlamentarias o a los plenos municipales sin recibir ni una reprimenda. La mayoría de los concejales aparecen un par de días al mes por su ayuntamiento, y gracias. ¿Merece la pena mantener este sistema? ¿Quién tiene el descaro de pedir el voto sabiendo que significa una patente de corso para hacer lo que mejor sirva a sus intereses o a los de quienes le han colocado ahí? No sé cómo aguantamos, la verdad. ¿Hay que exigir títulos universitarios, pertenecer a una ONG, saber idiomas? No lo sé, pero sí sé a quién no quiero que me represente, decida mi futuro o administre el dinero que me quita. Seguimos en la caverna de Platón: vemos y oímos lo que quieren, sin posibilidad de escape. Es cómodo dejarse llevar, sin duda, delegar en otros las decisiones. Lo terrible es que en el panorama actual no hay mentes lúcidas, líderes capaces de hablar con sinceridad y realismo. Claro que si un candidato reconoce que no sabe por dónde hay que tirar para solucionar el desastre actual no lo vota nadie, aí que preferimos creernos las mentiras porque las necesitamos, necesitamos ilusiones, y la ilusión es por definición ficticia e irreal. De momento, con unas cuantas guillotinas al menos acabaríamos de raíz con algunos indeseables. ¿Demasiado drástica? Quizá, pero ya vemos que la justicia brilla por su ausencia: un juez mete las narices donde no debe y lo mandan a Siberia. Normal: quien lo puso ahí no le va a consentir que muerda la mano que le da de comer. Ya conoces el refrán: "Si quieres conocer a Fulanito, dale un carguito". Y no hay nada más peligroso que un tonto o un malvado con poder, basta con repasar la Historia de un vistazo. Mal vamos si seguimos sin aprender las muchas lecciones que llevamos ya experimentadas en nuestras carnes... Dicen que la voz del pueblo es la voz de Dios, pero parece que hay demasiadas interferencias en el mensaje.
Un fuerte abrazo, colega.

Marinel ha dit...

Pues qué quieres que te diga Miguel...creo que esta serpiente de ahora no hace más que discutir con su cola,se la muerde en la refriega para conseguir el poder y mientras tanto...andamos absolutamente desgobernados o mejor dicho, mal gobernados.
Lo peor es que esto es así desde hace ya tanto, tanto, que la rabia se nos va apoderando por completo ante la visión de esa batalla del reptil en su propio interés...
Yo ya decidí hace mucho que no votaré ni a la cabeza ni a la cola aunque habré de rebuscar bien la parte idónea y eso se me antoja una heroicidad ya que todos son serpientes de distinta piel.
:(
Besos.

Miguel ha dit...

Yolanda: Tienes razón en todo lo que dices. La cabeza es quien tiene que dirigir al pueblo. La cola, por muy lenguaraz y lista que sea siempre nos llevará al pozo, porque no tiene ojos. Y la gente cuando vota, mira a la cola y no a la cabeza.

Marinel: Pues eso es lo que hay. La cola está gobernando el país, y esto sucede porque no hay gente que crea en la cabeza, pues se deja impresionar por las palabras de la cola.

Gemma ha dit...

Muy buena tu interpretación del cuento en la respuesta a Joselu. A mí me sugiere el cuento que no deberíamos estar gobernados por una serpiente porque ya hemos visto lo que pasa...es capaz de dejarle la razón en la cola sabiendo que no tiene ojos y que no está provista de razón...

Besos, Miguel.

Miguel ha dit...

Gemma: Así pasa, que las personas se fijan más en la cola (en las palabrerías y en las ambiciones de poder desmesuradas) que en la razón. Y así nos va.

María ha dit...

Verás mi querido MIGUEL como a mi no me gustan nada las serpientes, con tu permiso me la salto y me voy al meollo de la cuestión ¿quienes podrían gobernar un país? desde luego cualquiera menos los que lo hacen ahora, por una razón a parte de las obvias, ninguno ha llegado avalado al poder por una trayectoria de servicio desinteresado a la comunidad, para mi este debería ser el requisito indispensable para dedicarse a la política de élite.

Los técnicos para asuntos técnicos, para gobernar además de cualificación intelectuales sobre todo se necesita cualificación humana. Las palabras se las lleva el viento, hechos, eso es lo que deberían llevar los candidatos a las elecciones, un curriculum con sus logros reales, que han dado al pueblo, que han hecho por él en ámbitos como el municipal o comunitario, después saltar a las plazas grandes.

No vale lo que ocurre ahora, maquinarias de partido que coloca a sus candidatos a su conveniencia y para sus propios fines...las listas cerradas general el cáncer de nuestro sistema democrático y hasta que no se cambie eso, me temo que da igual cola que cabeza de serpiente, serpiente al fin:-)

Muchos besos y perdón por el retraso, ando de viajes y mil cosas, en fin,,, gracias por tu cuento... aquí te dejo el mío:-)

Miguel ha dit...

María: Pues en esto estamos. Que hay mucha cola de serpiente por ahí suelta, y muy poco de cabeza, así nos va.
Gracias por tu comentario, María.

Alís ha dit...

Me sugiere que es un cuento escrito por la cabeza.
En todo caso, supongo que lo ideal no es que dirija una u otra, sino que ambas trabajen juntas, porque la cabeza tendrá sin duda habilidades y unas cualidades, pero la cola también tiene las suyas. Metafóricamente hablando, claro.
Supongo que estoy pensando en una palabra muy mencionada en los últimos días: consenso, y tan difícil de alcanzar, porque lamentablemente quienes nos dirigen tienen intereses, y no necesariamente comunes.
Eso sin tener en cuenta que lo que es adecuado para uno, no lo es para otro, que para algo tenemos la libertad de pensar diferente.

Un beso, Miguel

Miguel ha dit...

Alís: Posiblemente este comentario sea de los más acertados. Consenso, esa es la palabra.

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