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Felicidad y riqueza


En la barbería de Ángel se respira el cambio de estación. Estos últimos días de mayo es lo que tienen. Ya va haciendo calorcito y los comentarios suelen girar alrededor de este tema.
-Deja la puerta abierta Pedro, que entre un poco de aire que aquí nos asfixiamos – le dice Ángel a un cliente que acaba de entrar en la barbería.
-Pues sí, porque parece que ya estemos en verano…
-A lo mejor aún es pronto para poner el aire acondicionado…
Las palabras de Ángel no han tenido contestación, aunque hay que decir que Ángel más que una pregunta lanzó un pensamiento al aire sin esperar respuesta.
En la barbería hay tres personas. Damián, que está sentado en el sofá rojo leyendo el periódico esperando su turno, Ángel, que está cortando el pelo a un cliente, y Pedro, que acaba de llegar.
Pedro, exhalando un sonoro suspiro se ha sentado al lado de Damián.
-¡27 grados marcaba el termómetro de la Puerta del Sol! Y eso que aún no son las doce…
-Ya…
Hay a continuación un pegajoso silencio solo roto por las metálicas notas de las tijeras de Ángel que maneja con un ritmo vertiginoso.
De pronto Damián toma la palabra.
-Mirad qué máxima más lúcida hay aquí en el periódico a modo de chiste:
“La desgracia: ser pobre y querer vivir como un rico. La felicidad: ser rico y querer vivir como un pobre”

Todos se quedaron pensando sin saber qué decir.

13 comentaris:

Joselu ha dit...

Un relato breve que describe bien el ambiente de una peluquería de caballeros, el calor, los comentarios de los presentes sin más trascendencia -son puramente banales-, el sonido de las tijeras de Ángel, el silencio que conocemos los que íbamos antes a una peluquería antes de que existieran las máquinas caseras (¡pobres barberos!)... Nada esencial. Pero de pronto una voz, la de Damián, lee una máxima de esas que las redes y la prensa están llenas. Vivir como un rico, siendo pobre (¡cuántos!), vivir como un pobre siendo rico (¡curioso!). ¿Piensan, tal vez, en Amancio Ortega? ¿Para qué ser rico si uno no lo puede disfrutar? En cambio, tantos cuchufleteros corruptos que no sabían qué hacer con su dinero lo gastaban en cosas absurdas y delirantes. Es difícil administrar ser rico viniendo de ser pobre. Uno se va al exceso. Pero ¿y siendo rico? ¿es posible querer vivir como si se fuera pobre? ¡Qué absurdo! ¿Qué diablos quiere decir esta máxima? ¿Es acaso, piensa Damián, expresión del pensamiento estoico? ¿Acaso se ha creado algo más allá de lo que escribieron los clásicos ya hace casi veinte siglos? El ambiente de la peluquería se ha hecho denso. Ya no saben si hace calor o frío. Están inmersos en Séneca y Marco Aurelio, que fue emperador pero vivió como si fuera pobre. ¡Qué cosas, oye!

Miguel ha dit...

A Damián le llamó poderosamente la atención esta máxima. Y la leyó en alto a sus amigos como si estuviera leyendo su pensamiento. Porque Damián está totalmente de acuerdo con lo que quiere decir esta sentencia. Damián es un personaje peculiar. El se cree rico. Y no lo es. Y alardea de ello. Y la gente, en el fondo, admira su postura. Los que conocen bien a Damián aseguran que es un tipo feliz. Y lo es. Es rico (porque él está convencido de ello) pero vive como si no lo fuera. Por eso siempre va sobrado de dinero. Y es feliz.

Bertha ha dit...

Bueno como siempre hemos escuchado a nuestros mayores, no se debe estirar más el brazo que la manga.Y, los menos jóvenes dirán:jope, para cuatro días que vive uno para que guardar...

El ser humano tiene que comunicarse sea con el tema que sea, seguro que después del comentario de Damián se enzarzaron en opiniones y a veces encontradas porqué a quien le gusta ser precavido le desbordan esos comentarios de frivolidad ,vivir por encima de...

Miguel de cualquier cosa le sacas el mejor partido, te felicito.

Un abrazo feliz semana ya esto no tiene vuelta de hoja:)

Miguel ha dit...

Bertha: Ser rico o ser pobre son dos conceptos muy relativos. ¿Dónde está el límite? Nadie lo sabe. Pero lo que sí tiene claro Damián es que uno tiene que amoldar su vida a sus posibilidades económicas, y esto le proporciona una felicidad envidiable.

TORO SALVAJE ha dit...

Me recuerdas a Miguel Delibes.
Creo que ya te lo comenté en alguna ocasión.
Es muy entrañable lo que transmites.
Siempre.

Saludos.

Miguel ha dit...

Toro: Gracias por tu comentario. La verdad es que Delibes es uno de mis escritores favoritos, y es posible que casi por inercia intente imitarle, pero solo eso, imitarle.

María ha dit...


jaja es verdad mi querido MIGUEL, nadie como tú para dibujar estas escenas de sosegada cotidianidad con regusto feliz ;)

No sé, para mi está clarísima esta máxima porque además conozco para bien y para mal varias personas de los dos lados ... De un lado ( los supuestos pobres ) personas que viven de cara a la galería, por encima de sus posibilidades, aparentando lo que no tienen, queriendo vivir a un tren que no se pueden permitir .. del otro lado, los que teniendo y pudiendo vivir como les de la gana .. no necesitan grandes cosas para vivir, prefiriendo pasar de la ostentación innecesaria del mundo fatuo de brillos y excesos. No se necesitan grandes cosas en realidad para ser feliz a ratos... fuera, lo necesario, dentro, lo suficiente ;)

A parte de estos personajes de revista y de los locos excéntricos que hay por el mundo, a todos los niveles los que de verdad tienen y son más, de cabeza, cuerpo y jaja extremidades materiales ... menos se les nota, más humildes y muchísimo más normales que quienes sin ser, ni tener nada aparentan lo contrario ...

Mil besos mi querido hombre feliz !!! siempre te lo digo pero hoy con más motivo, en letras se nota que eres rico, riquísimo ;)

Miguel ha dit...

María: La felicidad, querida María, es gratuita. Ponerle precio es una tontería...

Lourdes ha dit...

Bueno, hay quien dice que ser rico es muy difícil, así que, no sé yo, no sé yo...
:)

Me encanta cuando empiezo a leer un texto tuyo porque estoy viendo la situación como si fuese una peli. jejejejeje

Un beso, Miguel!!!

Miguel ha dit...

Lou: Ser rico es más dificil que ser pobre. De eso no tengo la menor duda. Pero más difícil es ser pobre y sentirse rico...

Luis Antonio ha dit...

Otros, sin embargo, dicen que no aceptar lo que se es y lo que se tiene es incompatible con la felicidad. Si esto fuese así, ninguno de los dos casos expuestos en la narración está en posesión de la felicidad.

Un abrazo, Miguel

Yolanda ha dit...

La vida misma, sin pretensiones de grandeza, es lo que veo en tus escritos. No hacen falta grandes noticias para contar la vida diaria, la que de verdad importa, alejada de la grandilocuencia y el vacío que suelen acompañar a los falsos poetas. Me gusta tu estilo, claro y directo. Llega el calor y recurrimos a lo normal: hace dos días hacía falta calefacción, ya podemos ir en manga corta, apetece ir sacando el bañador... Y la jugosa reflexión final: ¿rico o pobre? Creo que la gran diferencia es que el rico nunca se sacia, siempre quiere más y más, es ambicioso y no tiene escrúpulos. ¿Y una persona "normal"? ¿Quién dice no a un sueldo más elevado, a una casa más grande, a un coche mejor? Hay muchos dichos en torno a la riqueza pero lo que creo es que quien es capaz de generarla honradamente (aunque dudo que sea posible) debería utilizar ese "don" para ayudar a los demás, y eso nunca ocurre. Cuando un rico dona millones a alguna ONG, por ejemplo, es para alardear de bondad y para evitar pagar a Hacienda, no por altruismo. Es un insulto presumir de rico teniendo cerca a tanta gente que lo está pasando realmente mal. Un rico nunca querrá vivir como un pobre; como mucho deseará la felicidad que el dinero no garantiza, de lo que hay múltiples ejemplos. Pocas personas se conforman con lo que tienen y muchas han echado a perder su vida por emplear mal su riqueza. En todo caso, yo no ambiciono más de lo que tengo, a pesar de lo poco optimista que pinta el futuro.
¡Ya queda poco para las vacaciones! Te imagino disfrutando de la playa, ¿me equivoco? Un fuerte abrazo, colega.

Miguel ha dit...

Luís Antonio: Una de las claves para ser feliz (a parte de otras) consiste en aceptarse a uno mismo, con sus limitaciones y sus virtudes. Y entonces sí que uno puede ser feliz, pero hay veces que nos engañamos y nos formamos falsas expectatica... y viene entonces la infelicidad.

Yolanda: Sí, ya estoy preparando el bañador. Mañana es posible que vayamos a la playa... Las notas ya están puestas. Ahora ya solo falta ponerlas en el horno. Y la semana que viene (el martes y el miércoles) haremos la evaluación final. Estoy muy contento del rendimiento de mis alumnos. Voy a suspender a muy pocos. Ahora, a mirar ya al año que viene...
Por otra parte, Yolanda, y yendo al tema del post, habría que matizar qué es vivir como un pobre. Las evidencias nos enseñan que vivir como un pobre no es malvivir, quiere decir no vivir como un rico. En otras palabras, gastar siempre menos de lo que en realidad podemos. Así tendremos la esperanza de que si algo se tuerce, tenemos un plan B.

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