Desde la ventanilla de la nave
espacial se veía nítidamente el geoide planeta azul.
Otra vez de vuelta a la Tierra.
Los cuatro tripulantes de la nave
G3M24-OO no era la primera vez que venían al planeta Tierra. Y es que su misión
no era otra que velar por el desarrollo y evolución de la especie homo sapiens
sapiens. Por eso, cada cuatrocientos o quinientos años terrestres venían a la Tierra.
Ellos, los cuatro tripulantes,
habían sido quienes habían ingeniado el prototipo “homo sapiens sapiens”.
Después de diversas manipulaciones genéticas habían presentado ante el Comité Supremo
de Sabios de su planeta la propuesta de un ser humano casi perfecto. En cierta
manera parecido a ellos. De hecho fue concebido a imagen y semejanza de ellos.
Con características mentales fantásticas. Capaces de razonar. Capaces de sentir
emociones. Capaces de realizar obras de arte casi como las de ellos. Con
posibilidades de utilizar casi el 20% de su capacidad craneal. Nada parecido a
aquel homínido que llamaron australopiteco que apenas llegó a conseguir la
bipedestación; ni el posterior engendro llamado homo habilis que logró
construir toscas herramientas y poco más. Tampoco fue un éxito precisamente el
que se conoce con el nombre de homo erectus, que sí, caminaba erecto y
construía herramientas, y que logró controlar el fuego, y poco más, por lo que
resultó también fallido el experimento. Tuvieron que afinar la nota para
concebir un ser humano como el homo neanderthalensis, que aceptó que había otra
vida después de esta. Por eso fue el primer ser humano que enterró a sus
muertos. Pero tampoco les satisfizo. Fue hace unos cuarenta mil años terrestres
cuando surgió la idea del actual ser humano. Y consiguieron ponerlo en la Tierra. Era una persona
inteligente. Desarrolló el arte. Mejoró para su uso y disfrute todo lo que
estuvo a su alcance. Y se convirtió en el dueño y señor de su planeta.
Aparentemente, un éxito. Pero en el planeta de origen de los cuatro tripulantes
les habían dado la orden de regresar a la Tierra. Tenían noticias de que
aquello no funcionaba. Aquel ser humano concebido para ser feliz en aquel
lejano planeta azul, les había salido raro. Era arrogante. Violento. Y hasta
envidioso. Mataba a sus semejantes. Empleaba su inteligencia para construir
bombas que mataban a seres humanos. Una aberración.
Y era una lástima. Porque su
eficaz cerebro había sido capaz de desarrollar algunos hitos como el control de
la luz eléctrica. O la posibilidad de poder hablar con un congénere que se
halle en el otro extremo del planeta. O enviar imágenes por todo su mundo. O el
no va más de la comunicación: Internet y los móviles. Por no hablar de los
logros en medicina. Hay que reconocerle cierto mérito a esa especie humana, la
verdad.
Pero después de ver el último
telediario, sus creadores dijeron basta. Aquello no podía continuar así. En
algo habían fallado. Y si no intervenían pronto, aquello acabaría mal, muy mal.
La nave se posó en un lugar
solitario. Tal vez se trataba de la estepa rusa. Poco importaba el sitio
exacto.
Su misión acababa de empezar…
20 comentaris:
Un" animal racional" pero; mientras razona va evolucionando y cuando toca techo se desmadra: que pena que con todo lo que ha evolucionado llegue a destrozarlo todo de un plumazo: la ambición es una mala consejera.
Miguel: me encanta esta reflexión dentro de esta historia de Ciencia ficción.
Un abrazo
Yo siempre digo que vamos "desevolucionando" cada día más. Hasta nuestros creadores lo saben, y claro, tienen que venir a intentar arreglar el desaguisao.
Como no se den prisa...
:)
Me ha encantado el relato, Miguel.
Un beso!
Jo Miguel!, ahora tienes que escribir el segundo capítulo, quiero saber si nos exterminan a todos o solo a los políticos, asesinos y ladrones. ( Mas que nada para ir cavando mi bunker).
Estupendo relato amigo
Muy buena reflexión Miguel. ¿Hay una segunda parte? ¿La llegaremos a leer?…¡Qué empiecen por orden alfabético! Jaja.
Un beso
Bertha: Alguien nos tiene que decir que la evolución está ahí, y que el que no se preocupa de evolucionar seguirá igual. Y no adelantará nada.
Lou: Pues si se enfada, igual vienen con cajas destempladas a ponernos en nuestro sitio.
Clara: La segunda parte me la reservo, porque más de uno se pondría las manos a la cabeza.
Vivians: Pues a lo mejor algún día me animo y lo escribo.
Siempre he pensado que debemos evolucionar, pero Miguel...¿ves hacia donde nos está llevando esta evolución? Bueno tal no sea eso, tal vez sean unos cuantos desalmados que gobiernan esta evolución.
Muy buena entrada y muy diferente a las que nos acostumbras...
Un beso grande.
Pues que se den mucha,pero mucha prisa, porque esto-y se me revuelven las tripas-se acaba en un tris.
Parece rocambolesca tu historia, además de aleccionadora-no puedes evitarlo, eh profe?-pero lo cierto y con todo el dolor de corazón, no veo salida a lo que está ocurriendo.
Estoy cada vez más plof. Por los hijos se ha de continuar luchando en pos de la esperanza.
No sé...
Besos.
Lore: Pues sí, los gobernantes nos están llevando a un punto de evolución sin sentido y de autodestrucción. Algo tendremos (o tendrán) que hacer.
Marinel: Tienes razón Marinel. Si pudiéramos llenar de poesía las mentes de los gobernantes, a lo mejor otro gallo nos cantara. ¿verdad?
Ooooh! MIGUEL ¡¡qué maravilla te ha salido!! además me ha sorprendido muchísimo tu faceta literaria en modo ciencia ficción, tú que siempre te mueves en letras en la descripción dulce y entrañable de la cotidianidad de las cosas pequeñitas... ¡¡qué bieeeen se te da despegar!! Mmmm de verdad me ha encantado esta amalgama tuya de clase de historia, fantasía y cruda realidad ... ojalá fuera verdad que han aterriado nuestros creadores para echarnos una mano a ver si reconducimos el funcionamiento de nuestro cerebro a esa parte mágica y grandiosa que tiene y no a donde parece que nos llevan las ideas y mezquinos pensamientos de unos pocos que nos manejan a todos... dentro todos tenemos esa parte de oscuridad de la que hablas, es inevitable convivir y pelearnos cada día con ella, pero que esa oscuridad sea la que parece se esté apoderando de nuestro precioso planeta azul... es terrible, verdaderamente terrible...sigue pensando mi querido MIGUEL, sigue contándonos esta historia tuya.. seguro que se te ocurre como solucionarnos las gravísimas averías que sufrimos por dentro los sapiens estúpidus en que nos hemos convertido:)))
Un beso inmeeeeeeeenso de graande, como tú... fíjate!, fuera llueve a mares y yo me voy sonriendo con tu solecito... graaciaaassss!!
Qué bueno Miguel!!!
Daría para una buena novela de ciencia ficción.
Genial.
Saludos.
Por momentos pensé que estabas haciendo una reseña de la película GRAVITY...
Cada vez cuestiono más la racionalidad de los seres humanos.
Si una de esas naves espaciales estuviera a mi alcance, a lo mejor me animaba a buscar espacios más gratificantes...
Un abrazo, Miguel
Que haya segunda parte¡
Bss
María: Me ha gustado tu comentario, María, de verdad. Lo que tú no sabes (ni nadie sabe) es que esto que cuento no es nada producto de mi imaginación, no. Es algo real. Algo que sé desde hace años. Y algo que poco a poco os iré contando confidencialmente a mis lectores favoritos, como tú.
Toro: En esta novela cabría Justiniano y Terremoto Crazy y alguno de los psicópatas... porque esta vida es de locos, Xavi, es de locos.
Luís Antonio: Pues a lo mejor tienes la oportunidad de ser abducido. Nunca se sabe.
Mar: La habrá, la habrá.
Muy bueno, Miguel, como mis antecesores ya te han dicho, que bien se te da despegar y daría para una novela de ciencia ficción.
Además, a mi me gusta este ángulo ¿Y si fuera verdad?
Besos desde Paris
La visión metafísica me asusta. No sé de dónde venimos ni hacia dónde vamos. Pero los que nos dirigen me tienen harta. Se supone que son los elegidos, por tanto los mejores. Entonces, ¿no será que nos llevan directamente a la destrucción de este nuevo prototipo fallido? parece que la misión la tienen muy clara. ¡Uf!
Myriam: Es que es verdad Myriam, es verdad. La ciencia ficción, a veces, no es tal.
Sole: Inteligente visión la tuya, Sole. A lo mejor, al ver que les salió fallida, pretenden, como tú dices que seamos nosotros mismos quienes acabemos con el prototipo homo sapiens sapiens.
Cada vez somos más animales y menos racionales, Miguel. Vamos a la deriva, cuesta abajo y sin frenos, sin horizonte, sin planes claros... Ojalá unos seres más inteligentes que nosotros vinieran a poner orden en este caos, pero, si existen, quizá ni se atreven a asomarse por aquí, no sea que también les engulla la ambición, la apatía y la desgana que nos dominan. Alguien, en algún lugar, sabrá qué hacer, digo yo. Ayer estuve viendo la entrega de los premios Príncipe de Asturias sólo por asegurarme de que aún hay personas inteligentes entre la chusma que nos rodea, mentes lúcidas que saben qué decir y cómo decirlo, con corrección y sensatez. De todas maneras, estoy convencida de que el ser humano acabará con la Tierra, su casa, mucho antes de que el Sol se extinga o caiga un meteorito mortífero. El hombre busca su autodestrucción, por eso nadie podrá salvarnos. Es lo que pienso hoy, no veo nada que me contradiga con argumentos convincentes.
Un fuerte abrazo, colega.
Yolanda: Pues sí, en esas estamos. Se nos dio la inteligencia y mira a dónde nos ha llevado. Yo pienso, ya lo he dicho en el post, que algo ha fallado. Y a lo mejor, ya es hora de rectificar.
Estaría bien que nos hicieran un arreglito y nos dieran una segunda oportunidad, aunque algo me hace intuir que vienen con la intención de sustituirnos por un modelo nuevo.
Espero que sigas la historia
Un abrazo
Alis: Seguro que lo que pretenden es eso: borrón y cuenta nueva, conque ¡cuidado!
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