No le apetecía escribir un nuevo
post. Apagó el ordenador y se fue a la cocina. Una cerveza me hará bien. Eso
pensó. Abrió la nevera y se sirvió una copa a rebosar de cremosa cerveza. Cuando
acabó de escanciar el espumoso líquido, se quedó mirando la cerveza. No dijo
nada. Su compañera, más bien diríase su amante, estaba en el salón leyendo un
libro totalmente concentrada en su lectura. Es lo que tienen los libros, que no
hay quien los pare cuando atrapan a un lector o lectora entre las fauces de sus
líneas. Su amante estaba, pues, presa de una historia. No le importó saber de
qué iba la historia.
La cerveza se veía fría.
Apetitosa. Crujiente como el otoño que caía suave sobre la ciudad.
Me la voy a beber de un trago. No.
La voy a saborear como hacen los buenos bebedores.
Dudaba.
La duda, dicen, es un buen síntoma.
No quiso ahondar más en esa estúpida sentencia. ¡Qué sabe nadie…!
Su amante seguía en silencio. Su
cerveza languidecía frente a él menguando su fulgurante borboteo a ojos vista. No
quiso esperar más. Cogió la copa con una mano y sintió el refrescante tacto del
cristal bañado en tostado alcohol. Lentamente y con infinita fruición puso los
labios en el vidrio… y entonces oyó una voz que venía del salón:
-Cariño, estás ya empezando a
hacer la cena… ¡sabes que hoy te toca a ti…!
19 comentaris:
Y se la tomó, o no? mira que me la bebo yo...
Bss,Miguel
Ay...¡por dios...!Si es que las mujeres hacemos la vida tremendamente divertida y sorprendente... pero eso si, querido hombre, debes estar siempre dispuesto a esperar lo inesperado.
Jajaja, romper un momento tan erótico.
Un beso Miguel.
Así se rompe un momento de magia, sí señor...
Ole por ella, que encuentra siempre el momento oportuno.
jajajaajajajaaja
Besos, Miguel!!
Que corte!. Adiós al momento "placer". Eso le pasó por recrearse tanto en lugar de bebérsela.
Si es que hay quien no aprende nunca......
Un abrazo Miguel
Un momento de placer, unos instantes de relax, una duda metafísica: ¿me la bebo? ¿No me la bebo? El tacto frío de la copa, el dorado de la cerveza, el silencio... y de repente la voz de la realidad hecha mujer. Ay, somos tan prosaicas, estamos tan pendientes de los detalles indispensables para el día a día que se nos olvida la magia de dejar la mente en blanco. Se acabó el paréntesis. Hay que cenar.
Me ha encantado tu difícil sencillez.. Un fuerte abrazo, colega.
No pasa nada, aún hay tiempo de saborearla y paladearla. La vida son pequeños momentos de placer en medio de otros de actividad y trabajo. No sucede nada por detener un poco el tiempo, saborearla y empezar a hacer la cena diez minutos más tarde, y todo puede empezar con un besito a la lectora embebida en su libro.
Saludos.
Mar: Seguramente lanzaría un "¡joder...! es verdad." Y se tomaría la cerveza de prisa y mal. La realidad manda.
Lore: Sí, tienes razón. Porque primero era ponerse a tono con la cerveza (que además es de alta graduación) y después vendría lo otro...
Lou: A veces la rutina es buena. No lo niego. Pero otras...
Clara: Pero es que beberse una cerveza no es cualquier cosa. Compréndelo. Requiere una pausa, un ritual, una concentración... Y claro, bebérsela así, a palo seco, pues no.
Yolanda: La vida es eso. Sorpresas mil. En mitad de la nada surge la chispa soñadora. Y a veces, pues pasa al revés.
Joselu: Yo, desde luego, tomaría tu ejemplo. Le daría un besito, después de saborear la cerveza (para que mi boca supiera a alcohol) y después me quedaría mirándola, a ver qué pasa...
Nadie le quita el placer de ese pequeño instante , y le sigue el placer de preparar una deliciosa cena para seguir el disfrute! Me encanta como escribes,que lindo,están en otoño! como me encanta esa estación!
Pero el primer sorbito si que le dió tiempo: luego mientras prepara la cena la va saboreando a tiempos que tambien sabe jeje:)
Que rica antes y después para acompañar lo que haya preparado!
Estos pequeños placeres que cada uno le save sacar su momento... verdad?
Un abrazo feliz semana Miguel.
Hada Isol: La cena seguro que la preparó con todo su amor (después de beberse la cerveza, claro)
Bertha: La cerveza, si se bebe con tino, es un placer. Hay un momento para cada tipo de placer.
No se debe ser excesivamente veleidoso ante un regocijo placentero o ya ves...la realidad aplastante llega,ja,ja,ja
Besos.
Se jodió la alegría de la cerveza...
Saludos.
Marinel: La realidad en forma de... mujer ¡qué placer...!
Toro: Bueno, pero mirando por el lado positivo hay que decir que bueno es que alguien esté siempre pendiente del hilo de la realidad ¿no?
jajaja MIGUEL, todo esto se debe a que la amante no tenía conectada la frecuencia modulada con la mente del que vivía semejante momento crucial de esperado placer cervecero por culpa de su ensimismamiento en la lectura... espera un segundo, por favor... Peroooo...
¡¡SOLEEEEEEEEEEEEEEEEE!!
¿¿¿¿cómo puedes haberle hecho esto???? jajaja
Muaaaaaaaaaaaaaakss!! graaande para los dos...
Aah! y conste, hoy le toca a la amante hacer la cena rica, una cena ¡¡riquísima para compensar!!:-)
Muuuy feliz finde.
María: Placer, con placer se paga... je, je, je...
¡Ah!, una cosa María, Sole no sabe nada de lo de la cerveza, de verdad. Hoy mismo me lo ha confesado. Y no he sabido qué contestarle.
Quédate con la palabra "cariño" y obvia el resto de la frase. Y por supuesto, sigue paladeando el líquido ambarino. Sería una descortesía engullirlo sin más...
Un abrazo
Luís Antonio: Seguiré al pie de la letra tus consejos...
Jajajaja, pobre hombre, qué modo de fastidiarle ese inminente placer. Eso es lo que coloquialmente se llama cortar la meada. No me esperaba ese final.
Un abrazo
Alís: Al final le atrapa la realidad.
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