La lluvia cae fina y parsimoniosa sobre el parque. Junto al estanque hay unos patos blancos que están de pie dejándose mojar mientras sonríen en silencio. La perrita “Lluna” los mira extrañada. No comprende la gratuita satisfacción de estas aves que los humanos tenemos por simples y estúpidas.
-¡Deja en paz a los patos. No les
molestes, “Lluna”!.
-Guau, guau, guau – responde la
perrita.
Caen gotitas a través de las
intrincadas ramas de los árboles y mojan los pequeños charcos. Cada gotita se
transforma en un perfecto redondel efímero como pocas cosas en este mundo. Las hojas
de los árboles, lanceoladas, picudas, alargadas, verdes, ocres, aparecen
perladas de redonditas y diminutas gotitas de lluvia.
“Lluna” se acerca a un pato
hermoso. Blanquísimo. Grandote. Es casi tan grande como ella. La perrita,
sigilosa y curiosamente acerca el hocico al pato. Quiere oler no sé qué. Los
perros siempre van con el olfato por delante. Y cuando está a escasamente un
metro, el pato agita con fuerza sus alas. “Lluna” se asusta y emprende la huida
con el rabo entre las patas. El pato ha mirado de soslayo a la perrita, creo
que ha sonreído, y sigue a lo suyo, allí plantado frente al estanque pensando
en sus cosas.
-¿Ves lo que te pasa, tonta, por
meterte donde no te llaman…?
La perrita ni siquiera me mira.
Los perros no tienen sensación del ridículo. Y se aleja del estanque donde
pacen los patos; eso sí, con la cola levantada y grácil. Yo creo que ya ni se
acuerda de la afrenta del ave palmípeda.
Sigue lloviendo poquito a poco.
¡Como me gusta esta lluvia amable y sosegada!
-¡“Lluna”, mira! Los peces del
estanque asoman su morrito. Parece que quieren beber el agua de la lluvia.
La perrita me mira, pero no me
hace caso. Ella va a lo suyo. Acaba de cumplir seis años. Es una perra adulta.
Mi hija le hizo un simpático
pastel con arroz hervido recubierto de jamón York el día de su cumpleaños.
Parece que fue ayer cuando nos la trajo mi hija a casa…
13 comentaris:
LLuna llego a vosotros siendo un cachorrillo y se ha convertido en una preciosa perra: ya es adulta.El tiempo pasa y las cosas cambian y lo que no se altera es el afecto cuando es de verdad como el que le procesais a LLuna y,seguro que ella lo devuelve con creces.Los perros son muy agradecidos y sobre todo fieles :cosa que los humanos hacemos aguas a veces...no todos eh, pero...es bastante frecuente.
¡¡¡Feliz cumple Lluna!!!
Un abrazo feliz día Miguel.
Bertha: Es verdad. "Lluna" se ha convertido en toda una señora perrita. El afecto ha aumentado. Y ahora es una más de la familia.
Que bonita Lluna ... ¡como no, si además es de otoño! y que feliz se va a sentir con tanto cariño el día de su "cumple". Me encantaría ver como se prepara para atacar a esa rica tarta de arroz.
Parece ser que tener perro sube la autoestima y te hace más atractivo...¡ahí es nada! lo que si está claro que se les llega a querer como a uno más de la familia.
Tierno tu relato Miguel.
Beso para ti y felicidades para Lluna.
Qué preciosa es Lluna, cuánto cariño se les coge a las mascotas ¿verdad? yo tengo una preciosa gatita, y es como si fuera una más de la familia, la queremos mucho.
Un beso dulce de seda.
Lore: Tienes toda la razón del mundo. La tarta se la racionamos. Si le hubiéramos dejado, se la habría comido de un bocado. Mi hija, desde que tiene la perrita, me ha confesado que es más feliz. Y nosotros, también. Yo tuve un perrito de pequeño y no me coge de sorpresa las muchas bondades de tener un perro en casa. Pero cada uno es distinto. Y esta, pues eso, es una pequeña maravilla.
María: Pues no haría buenas migas con "Lluna", porque les tiene una tirria a los gatos... hasta que alguno le enseñará sus uñas... La verdad es que las mascotas son una fuente inagotable de cariño...
Fijo que Lluna es el alma de vuestras vidas...
:)
Un país, una civilización se puede juzgar por la forma en que trata a sus animales. Dicen...
Un abrazo para ti y una caricia para Lluna
jaja eres la primera persona que ve sonreír a un pato jaja yo tengo ocas y patos y me parecen los animales más escandalosos, cascarrabias y menos risueño que existen, así que no me extraña en absoluto que la pequeñina Lluna saliera despavorida ante el despliegue de alas del pato.. son unos matones jaja y no lo digo por decir, a veces tengo que salir corriendo a defender a uno al que el resto se ensañan picoteándolo vete a saber por que´... resulta precioso como cuentas este episodio de la lluvia finita y Lluna .. como si ella tb fuera lluvia finita solo que con pelo y hocico .. lo digo por lo chiquitina y menudita que es ¿cómo se quiere a los animales con los que convivimos verdad? fíjate lo que he dicho de las ocas y patos que entre otros bicheros tengo y aun así, no soy capaz de darles pasaporte aunque debo desear que salgan volando cuatro o cinco veces al día jaja como los niños, a veces les retorceríamos el cuello y al instante les estás estrujando entre tus brazos... es una monada Llluna jaja y vaya tarta tan coqueta le h preparado tu hija .. en la foto parece que dice ¿se podrá comer esto? jaja... felicidades por vivir estos momento felices y contárnoslos ,es lo que mejor se te da MIQUEL admiro la cantidad de tarjetas postales de la felicidad que nos regalas...
Muchos muchos besos para ti y caricias a Lluna .. jaja es como un juguetín! imagino cómo disfrutareis con ella... seguro que ella sí que sonríe ... porque ¿sabes qué? los perros sí que sonríen y tb lloran...yo que soy medio perruna lo sé ;)
Ay, los animalitos, qué graciosos son.
Mi Frida le tenía fijación a los pájaros. No veía a los perros, no veía a los gatos... Pero los pájaros... Menos mal que la llevaba de la correa, si no habría tenido que salir detrás de ella dándole "berríos" como una posesa. Porque eso era otra, se hacía la sorda de bien... jajajajaja
Un beso, Miguel!!
Toro: Pues la verdad es que las ha llenado de mucho cariño. Esa es la verdad.
Luís Antonio: Yo estoy convencido de ello.
María: Yo estoy convencido que los perros ríen, y lloran... Y que escuchan lo que pasa en casa. Y que se sienten felices y contentos cuando nos ven a todos así, y al revés. Yo estoy encantado con nuestra "Lluneta". Mi hija ha ido esta tarde a ¡un pase de modelos! pero no creas, así en plan informal, y nos la ha dejado toda la tarde. Ahora mismo está estada en el sillón junto a la mesa donde escribo. Está medio durmiendo, pero cada vez que me giro me mira como diciéndome que ya es hora de ir a merendar. Es una perrita hiperactiva. No para nunca. Y no pierde detalle de lo que hacemos. A lo mejor le hemos contagiado esa manera de ser porque nosotros también somos así...
Lou: Pues "Lluna" tiene fijación por las ardillas. Cuando la llevamos al pinar del Grao se lo pasa pipa persiguiéndolas, pero nunca coge ninguna porque suben a los árboles. Entonces sse queda en la cepa del pino ladrándole. Los pájaros, la verdad, no le llaman mucho la atención. Yo creo que cada perro es diferente a todos los demás. Y eso es algo porque le cogemos especial cariño a cada perro.
Nunca he tenido animales y no puedo aquilatar el valor que tiene para vosotros Lluna. Puedo acercarme, sí, pero no habiéndolo experimentado no puedo comprender el afecto que se tiene por esos seres de cuatro patas, sean perros o gatos. No digo que no me atraiga, pero en casa no hay consenso al respecto. Si yo tuviera una perra y se contagiara de mí, sería muy filosófica. Mis hijas dicen que siempre estoy abstraído y perdido en mis pensamientos. Tal vez sería un buen complemento para nosotros.
Fuerte abrazo.
Que preciosa es y que divertida y olisqueadora, como todos los perros, que como bien dices, son olfativos por demás.
Si supiera leer, seguro que se ensancharía de orgullo ante letras tan bonitas y sentidas.
Dale un besito de mi parte por su cumple.
:)
Besos.
Joselu: Estos animales son extraordinarios. Son el vivo reflejo de su dueño. Un espejo donde ver nuestros defectos. Y un mar de afecto.
Marinel: Se lo voy a dar el besito. Pero ella no sabe leer, ni hablar. Pero es muy intuitiva, y a asu manera lee las intenciones.
Publica un comentari a l'entrada