Como todos los sábados, después
de recoger la mesa y fregar los platos, me dispuse a hacer la siesta. Mi mujer
está plácidamente acomodada en el sofá viendo como quien no hace la cosa, un
partido de la liga inglesa. Yo prefiero la cama. Me llevo algún libro para que
me haga compañía en mi progresivo letargo, lanzo un beso volandero desde la
puerta de la sala de estar a mi mujer y me voy al dormitorio.
La luz mortecina de la tarde
invernal crea un cálido ambiente crepuscular. Un escenario muy proclive al sueño.
Al sosiego. A la paz.
Me acuesto sin prisas. Mi libro
de hoy es uno de Julio Verne. Me encanta este particular y originalísimo autor
francés. Un autor que me abrió las puertas de los libros allá en mi temprana
adolescencia. Estos días estoy leyendo el interesantísimo “20.000 leguas de
viaje submarino”. Parece mentira este Verne, allá por el siglo XIX los
conocimientos que tenía sobre este tema tan apasionante que es el mar en todos
sus conceptos.
Estaba cautivado por el relato
sobre el paseo submarino que estaban llevando a cabo el capitán Nemo y
compañía, cuando algo rozó mis pies bajo la sábana.
No me dio tiempo a preguntarme
qué era aquel extraño roce, porque a mi lado, de entre las sábanas apareció el
rostro de una bellísima joven de cabello rubio, largo y revuelto, que me miraba
con simpatía.
-¿Quién eres…? ¿Cómo has entrado
aquí…?- logré balbucear.
-No hagas preguntas…
Su voz era suave. Sensual.
Mimosa. Divina.
-¿Estás desnuda?
-Mira…
Se despojó de la sábana y me
mostró un cuerpo perfecto de mujer.
-Pero… no comprendo… -Estaba tan
aturdido que no sabía qué decir.
-No digas nada. He venido para
estar contigo. Las nereidas somos así de caprichosas.
-¡Eres una nereida!
-¡Claro, bobo…!
-Pero, yo no…
-¡Calla! Después de hacer el amor
conmigo te sentirás bien. Y nadie sabrá nada…
Sole nunca supo nada de lo que
pasó aquella tarde de mi encuentro con aquella nereida. Y es más, no se lo pienso
contar nunca. Será mi secreto.
12 comentaris:
Jajaja, que bueno.
El sueño es un intruso que se introduce suavemente en nosotros y nos lleva de su mano al mundo, donde otros sueños toman relevancia...
Y hasta que punto,¿no?
:)
Besos.
Voy a comprar ese libro ahora mismo.
Saludos.
De los sueños, los que sin duda prefiero son los sueños eróticos. El erotismo tiene una fuerza increíble en ellos. Cuando he de despertar, maldigo ese momento. Las imágenes quedan aleteando en mi inconsciente queriendo salir a mi capaz cerebral externa, al córtex. Pero cuando se pierde el hilo de un sueño es imposible reanudarlo. Y estos sueños se producen en mi caso muy de tanto en tanto. Son tan reales... que uno no entiende cómo pueden serlo tanto, incluso con personas que en tu vida normal no hubieras sospechado. Yo no eligiría a una nereida sino a alguien real dotada en ese sueño de un erotismo formidable. A la vez que una delicadeza sorprendente.
Un abrazo.
Y, causará el mismo efecto si lo lee una mujer...?;))
Miguel que bien te lo pasas jajaja.
Un abrazo y muchas gracias por esta entrada tan simpática.
Los sueños, sueños son, decía el clásico, pero a veces tienen una fuerza muy superior a la realidad. Los sueños eróticos son agradables si no suponen sufrimiento, no controlas tus sensaciones y puedes experimentar un orgasmo sin esfuerzo. Si ocurre en verano es más agradable, por la relajación que conlleva el descanso. Benditos sueños que nos transportan a lo más alto con el solo poder de la mente. El deseo no duerme, y eso es bueno. Pero, ¿por qué no contarlo? Puede resultar muy excitante compartir ciertas experiencias.
Un fuerte abrazo, colega.
Buenisimo Miguel, que hariamos sin los sueños...un beso fuerte
"Voy a hacer un post que mejor no leas...Te pondrás celosa...Bueno, haz lo que quieras..." Vamos, que querías que lo leyese a toda costa. Pues eso he hecho.
Primero te comento el post: el sueño, o mejor dicho, la fantasía que cuentas, aunque escrita con esa hermosura formal tan tuya, no es nada original. Me apunto al gusto de Joselu, mejor que una nereida es un ser real irresistiblemente erótico.
También me extraña que lo escribas en tu blog. Si cuando hablamos "animadamente" de ello siempre me has dejado sola con las mías y no verbalizas nunca ni la más "ñoña". Por eso pienso que la creación es hermosa pero...
Por último, si lo que querías, espero que sí, era provocar celos, pues te diré que de celos nada. pero me ha gustado la provocación: eso si que es para mi una fantasía interesante.
Bueno, ahora es NUESTRO secreto.
jajajajajajaja
Joé, a mí Julio Verne nunca me ha ocasionado estos "traumas", de verdad.
:)
Besos, Miguel!!
Nunca cuento mis sueños. Quizás porque sean inconfesables...
Un abrazo
jajaja qué fantástico efecto te causa Julio Verne a ti Miguel y fíjate todas estas tontas de capirote que han tenido que esperar a leer 50 Sombras de Grey para levitar y tienen desde hace siglos segurísimo en sus estanterías muerto de asco 20.000 leguas de viaje submarino y sin prestarle la más mínima atención... jajaja MMm qué maravilloso invento es la imaginación... a mi si me lobotomizaran preferiría que me dejaran lela perdida con imaginación a medio lista son ella... la mitad de nuestros momentos felices se los debemos a ella.. en realidad no necesitamos nada para despegar en realidad seguro que te hubiera visitado la nereida si hubiera estado leyendo la guía telefónica jaja ¿ a que sí? ;))
Un segundo que le voy a dar un recado a Sole...
Soleeeeeee no le dejes dormir sientas solooo !!!!
jajaja Muuchos muchos besos capitán Nemo ;))
Oh! pero si no hacía falta que estaba aquí jaja perdón.
Un besito SOLE...no te preocupes MIGUEL jamás te daría celos con nada ni nadie todos sabemos aquí que tú no tienes competencia ni real, ni imaginaria:-)
!Cuidado con esas ninfas,Miguel!,son hermosas pero más putas que las gallinas! ¡no te enamores más de lo justo!
Ja já, broma aparte está muy bién echar un poco de picante a tus relatos, realmente me has sorprendido gratamente, si señor, hay que tocar todos los temas y el erotismo está omnipresente en nuestras vidas, ¡te felicito!
Publica un comentari a l'entrada