(año 15 a.M)
(año 15 antes del móvil)
(Una cochera del tren
con solo dos personas que están sentadas una junto a la otra. El tren está
parado)
1-¿Es usted de Barcelona?
2-No.
1-No, si es que en cuanto le he visto me he dicho, este señor
tiene que ser extranjero.
2-¿Y usted como sabe que soy extranjero?
1-Porque lo lleva escrito en el billete.
2-¿En qué billete?
1-No se alarme usted caballero que yo no soy ningún revisor
disfrazado. Ya sé que usted ha subido al tren sin billete.
2-¿Y cómo sabe usted que yo soy un ladrón?
1-Me lo ha dicho el revisor.
2-Los revisores no tienen ni idea de a qué nos dedicamos los
extranjeros.
1-Por cierto ¿a qué se dedica usted?
2-Yo soy pastor. ¿Qué no se me nota?
1-Un poco, es verdad. Pero podría pasar usted tranquilamente
por un ladrón de billetes falsos.
2-No es por presumir, pero ayer me confundieron con Sofía
Loren.
1-Pero Sofía Loren no es una ladrona. Sofía Loren paga
religiosamente su billete de tren.
2-Ya, pero nosotros los pastores tenemos el deber de cumplir
con nuestra obligación.
1-Por cierto, me ha dicho usted que es pastor. Pero, ¿pastor
de almas?
2-No. De gambas.
1-¡Ah! Bonita profesión. Pero, permita que insista, ¿de
gambas de mar o de las otras?
2-De las otras, de las otras…
1-A mi me encantan las ostras…
2-Pues nada, en cuanto lleguemos, le invito a unas gambas a
la plancha.
1-Ahora que lo dice, ¿falta mucho para llegar a Lugo?
2-No lo sé, porque este tren no va a Lugo. Es más, no va a
ninguna parte porque está parado.
1-Y ¿por qué se sube usted a un tren que no va ninguna parte?
Y además, sin billete.
2-Porque tengo aquí en este saco un kilo de ostras que he
traído para el revisor.
1-Me encantan las gambas…
2-Pues nada, en cuanto lleguemos, le presento a Sofía Loren,
y le invita usted a unas ostras…
1-Lo malo es que este tren no funciona. Y así no vamos a
llegar nunca.
2-Pues coja usted un taxi.
1-Es que los taxis son más caros. Y como yo soy pobre…
2-¡Ah! ¡Es usted pobre! ¡Qué calladito se lo tenía!
1-No, que no me gusta presumir.
2-Pues esto hay que celebrarlo.
1-Eso. Le invito a una ración de gambas.
2-Perdone, pero se me había olvidado decírselo, como soy
extranjero no hablo su idioma. Y claro, no le he entendido nada de lo que me ha
dicho.
1-Ah no importa yo hablo extranjero perfectamente.
2-Menos mal porque si no, a ver qué hago yo con este saco de
ostras…
1-Lo malo es que este tren no funciona. Ya le digo.
2-Entonces, ¿cuándo calcula usted que llegaremos a Barcelona?
1-No sé, no sé… a lo mejor dentro de quince años arreglan el
tren y…
2-Pues voy a mandarle un washaap a mi nuera.
1-¡Pero qué dice usted! Si los móviles aún no se han
inventado.
2-¡Caramba, es verdad! ¿Y cree usted que tardarán mucho en
inventarlos?
1-Pues más o menos dentro de unos quince años tendrá usted el
móvil.
2-Bueno, pero entonces ya habremos llegado a Barcelona. Y, ¿para
qué quiero yo un móvil si mi nuera ya sabe que he llegado?
1-Tiene usted razón.