Son las siete de la tarde de un domingo de mayo. Estoy en la salita sentado frente al ordenador. Mi mujer está en la sala de estar recostada plácidamente en el sofá leyendo el periódico. Le encanta embeberse toda la prensa dominical que yo le traigo por la mañana mientras ella está terminando de arreglar la casa. Los domingos por la mañana solemos ir a casa de mi hija y sacamos a pasear a la perrita por los parques de alrededor. Cuando volvemos a casa, ya es hora de hacer la comida. Así es que es por la tarde cuando emprende la lectura del periódico. Y ahora, allí está ella armoniosamente tendida en el sofá leyendo la prensa.
Ha puesto la tele, pero no la ve, la deja hablar sola. No le hace caso. Me parece que están poniendo un reportaje donde aparecen unos monasterios en tanto que una voz en off cuenta cosas peregrinas… pero mi mujer sigue absorta en su lectura.
Me acerco hasta donde está ella. “¿Te apetece un café?” “…Bueno”
Se levanta perezosamente y nos vamos hasta la cocina. La voz en off se queda sola en la sala de estar. Mientras se llenan las tazas de café, mi mujer me pregunta. “¿Qué estás escribiendo?” Yo, un tanto sorprendido, le contesto que estoy “bloggeando” un poco. Que ahora mismo no estaba escribiendo nada. Yo sé que Sole (Sole es mi mujer) no es muy de blogs. Me confesó un día que no le acababan de gustar. Pero ella sabe que a mí sí que me gustan los blogs. Y sabe que siempre que puedo me paso un rato frente al ordenador visitando los blogs amigos. A veces, yo le cuento cosas de vosotros. Algún post que me ha llamado la atención. Algún comentario que me habéis hecho… ya casi os conoce a todos los que me visitáis más asiduamente. Pero me ha extrañado mucho que me preguntara si estaba escribiendo algo. Sí, porque lo normal es que yo le cuente cosas del mundo de los blogs. No al revés. Por eso, esta tarde, cuando me ha preguntado si estaba escribiendo algo, me he quedado mirándola esperando que me dijera algo más. Una sonrisita traviesa (como sólo ella sabe poner) ha sido su respuesta. Y yo me he turbado sin saber qué decir. Entonces, ella, segura de sí misma y sin perder esa sonrisa que ella sabe que me vuelve loco, me ha espetado sin piedad: “…a ver si no cuentas tantas mentiras en los posts que escribes…” enseguida se me han subido los colores. Pero ¿qué está pasando aquí? ¿Sole lee mis posts? Pero… si me había dicho una y mil veces que esto no le iba, que no le encontraba sustancia a los blogs… y, claro, yo escribía sabiendo que me podía leer cualquiera… ¡cualquiera menos mi mujer! Y haciendo referencia al post de "Amor fugaz, amor eterno” me dijo que de todo lo que cuento allí sólo era verdad la primera parte, el resto era mentira. Y yo, rojo como un tomate, me apresuro a decirle atropelladamente: “que no, que no, que lo del muelle también era mentira, que no nos llegamos a besar… lo que sí era verdad...” Entonces ella, picarona, me sacó del aprieto dándome un beso con sabor a café recién hecho.
Te quiero.
Ha puesto la tele, pero no la ve, la deja hablar sola. No le hace caso. Me parece que están poniendo un reportaje donde aparecen unos monasterios en tanto que una voz en off cuenta cosas peregrinas… pero mi mujer sigue absorta en su lectura.
Me acerco hasta donde está ella. “¿Te apetece un café?” “…Bueno”
Se levanta perezosamente y nos vamos hasta la cocina. La voz en off se queda sola en la sala de estar. Mientras se llenan las tazas de café, mi mujer me pregunta. “¿Qué estás escribiendo?” Yo, un tanto sorprendido, le contesto que estoy “bloggeando” un poco. Que ahora mismo no estaba escribiendo nada. Yo sé que Sole (Sole es mi mujer) no es muy de blogs. Me confesó un día que no le acababan de gustar. Pero ella sabe que a mí sí que me gustan los blogs. Y sabe que siempre que puedo me paso un rato frente al ordenador visitando los blogs amigos. A veces, yo le cuento cosas de vosotros. Algún post que me ha llamado la atención. Algún comentario que me habéis hecho… ya casi os conoce a todos los que me visitáis más asiduamente. Pero me ha extrañado mucho que me preguntara si estaba escribiendo algo. Sí, porque lo normal es que yo le cuente cosas del mundo de los blogs. No al revés. Por eso, esta tarde, cuando me ha preguntado si estaba escribiendo algo, me he quedado mirándola esperando que me dijera algo más. Una sonrisita traviesa (como sólo ella sabe poner) ha sido su respuesta. Y yo me he turbado sin saber qué decir. Entonces, ella, segura de sí misma y sin perder esa sonrisa que ella sabe que me vuelve loco, me ha espetado sin piedad: “…a ver si no cuentas tantas mentiras en los posts que escribes…” enseguida se me han subido los colores. Pero ¿qué está pasando aquí? ¿Sole lee mis posts? Pero… si me había dicho una y mil veces que esto no le iba, que no le encontraba sustancia a los blogs… y, claro, yo escribía sabiendo que me podía leer cualquiera… ¡cualquiera menos mi mujer! Y haciendo referencia al post de "Amor fugaz, amor eterno” me dijo que de todo lo que cuento allí sólo era verdad la primera parte, el resto era mentira. Y yo, rojo como un tomate, me apresuro a decirle atropelladamente: “que no, que no, que lo del muelle también era mentira, que no nos llegamos a besar… lo que sí era verdad...” Entonces ella, picarona, me sacó del aprieto dándome un beso con sabor a café recién hecho.
Te quiero.
36 comentaris:
Unas vivencias hermosas los domingos.
Sole te sigue, aunque no le gusten los blogs, porque es Sole, con su prensa de los domingos y con el sabor a café.
Un saludo.
Una cosa es que no le encuentre sustancia a los blogs, y otra cosa es que se la encuentre a tu blog que por ser tuyo lo verá de manera muy distinta. Seguro que a partir de ahora le gustan más!
Un cordialísimo saludo para Sole. tu esposa. Se palpa que hay buen "rollo" entre vosotros. Que dure.
Un abrazo para ambos
Recuerdos perdidos: Sí, Sole me sigue, y yo no lo sabía.
Vanessa: Seguro que sí.
Luís Antonio: Sí, la verdad es que hay buen rollo entre nosotros.
Un post metaliterario que cuenta una historia -que puede ser inventada- sobre una lectora imprevista de tu blog. Me da igual si es cierto o no lo que se cuenta en los posts, lo importante es que suscite interés. La verdad, la verdad, ¿a quién interesa? Somos farsantes y contar a veces hermosas mentiras forma parte de nuestra condición, más siendo blogueros. ¿Tendré yo lectores ocultos? Un cordial saludo.
Sabes, Miguel, me ha conmovido tu entrada.
Sole debe ser una gran mujer y mejor persona, se lo puedes decir de mi parte.
Un abrazo para los dos.
Ay amigo! Si es que nos sorprendería a veces enterarnos de la gente que nos lee...
Yo me he llevado algunas veces algunas bastante grandes y gratas...
Así que ahora a ver que vas a contar de ella! Que todavía te llevas un tirón de orejas!
Un beso
Bueno, a Sole no le gustan los blogs. Pero le gusta lo que tú escribes, no? Ea! Como debe ser!
jejejeje
Qué arte!
Y sí, sí, en mi casa tb os conocen ya, aunque por aquí no lean los blogs tampoco. Ni siquiera el mío.
:)
En lo que acabo de caer es que ahora, quizás te cueste más contar algunas cosas, si sabes que ella te lee. O lo que dirías de una manera, a partir de ahora lo dirás de otra precisamente porque sabes que ella está ahí pendiente...
jejeje
Un beso grande, Miguel!
Y cómo no, otro para Sole!
Buenos domingos pasas...
(No como los míos)
Besicos
Lo mismo tu mujer se está empezando a aficcionar con los blogs, y este es el comienzo, lo mismo nos da una sorpresa y empieza a crear un blog.
Un beso.
hermosa gráfica de un domingo placentero que tuvo un aprendizaje!!
era tu lectura secreta...
un abrazo..
Maravillosa Miguel. Me parece maravillosa la complicidad que teneis.
Es lógico que ella te siga, aunque sea "en secreto". Siempre es bueno tener una cierta idea de dónde anda el otro. No soy partidaria ni muchísimo menos del marcaje exhaustivo, porque considero que cada uno debe tener su espacio propio, que puede compartir o no, según elija cada uno, porque entre otras cosas, es sano para la salud individual y de pareja. Pero también creo que es muy importante tener una cierta idea de los pasos que da el otro....
Me ha gustado mucho cómo lo has planteado - con un hecho real -.
Un beso para ti y otro para Sole (tenemos mucho en común)
Miguel, qué preciosidad, adoro a tu mujer!!! me parece un gesto tan hermoso y lleno de amor, no te imaginas cómo me he emocionado leyendo tu post, se me han puesto los pelos de punta conforme iba leyendo y es que así es, eso es amor. Nos cogemos cariño sólo por las letras y es algo alucinante, sin conocernos, sólo leyéndonos, pero por eso es tan maravilloso este mundo "blogger". Me ha encantado esta entrada, quizás la que más pq me ha llegado, ya que mi pareja tampoco lee mis post, me sorprendería mucho que me pasara como a ti jaja, seguro que no tengo esa suerte. Un besazo y enhorabuena por teneros...
Joselu: Seguro que tienes lectores ocultos. Por lo que respecta a la verdad, qué es la verdad, yo puedo decir que tengo mi verdad, como tú tienes la tuya. Y sí, si, Joselu, todos somos un poco fardsantes, me ha gustado esta afirmación.
Cristal: Es una gran mujer. Puedo dar fe. Estoy orgulloso de ella. Aunque no me guste presumir, esta vez había que deicrlo.
Cactus girl: Pues, fíjate que yo siempre había tenido en el fondo la ligerísima impresión que ella leía mis posts. Pero la verdad es que me da un poco de vergüenza (fíjate que tontería) porque yo a ella la admiro mucho y tengo un cierto temor de que sus críticas no me sean favorables. Ya ves que tontería.
Lourdes: Me alegra saber que Sole, mi implacable crítica, está detrás de todos mis escritos. Así, en alguna ocasión le puedo mandar mensajes subliminales je, je, je.
Belén: Mis domingos 8si no tenemos alguna comunión...) en verdad son plácidos.
María: No, María, a ella no le va eso de escribir en los blogs. Es un poco temerosa de airear sus sentimientos. Que yo me la conozco. Y eso que escribe muy bien.
Adrisol: Y fue un gran descubrimiento para mí.
Novicia: Si de algo estoy contento y orgulloso en mi matrimonio es de esa complicidad que tú has adivinado. No tenemos entre nosotros ningún marcaje. De hecho pasamos mucho tiempo cada uno por su lado, pero... hay complicidad... ya me entiendes.
Rachel: Si leyera tus posts, te querría más. por tus post desbordan amor.
Que apuro da saber que te lee tu pareja y lo que opina al respecto,¿eh?
Cuando escribimos;lo hacemos pensando en esos pocos que vienen normalmente a visitarnos.En qué pensarán,qué comentarán,que sentirán si es que sienten lo que tú has escrito...
Pero de repente un día llega tu pareja y te dice:
Me ha encantado lo que has escrito.
Y te quedas...bueno,acabas de describirlo a la perfección...
Un besazo a Sole,por si lee los comentarios.
Y otro para ti,faltaría más.
Muy bonito.
Marinel: Pues sí, es verdad, me da apuro. Porque, como tú bien has dicho, cuando escribimos un post, lo hacemos pensando en estos amigos y amigas que asiduamente nos visitan, pero... ya ves... Bueno, en el fondo me he alegrado.
A lo mejor tu mujer hasta te deja comentarios bajo otro nombre... que esto del internet genera cosas muy curiosas.
Recuerdo una noticia de un matrimonio, del este creo que era, que chateaban por separado, cada uno a su rollo... Casualidades de la vida se encontraron en el mundo virtual y se enamoraron sin saber quienes eran. Cuando se dieron cita en el mundo real para conocerse en persona, descubrieron que se habían sido infiel con ellos mismos. No sé porqué acabaron divorciándose, no todo el mundo puede decir que se ha enamorado dos veces de la misma persona.
un saludo
Hermoso post que habla simple y sensillamente del amor.
Si alguien me preguntara que es el amor le diría: lee el post de Miguel, así es...
Besos a los dos!
Janet: ¡Qué curioso! Pero no creo que éste sea mi caso. Aunque es posible que haya estado leyendo mis posts sin que yo lo supiera, pero lo de comentarme con otro nomre, yo conozco a mi mujer, no lo haría.
Miriam: ¡Que bonito comentario...! gracias.
Tu matrimonio rezuma dulzura y confianza. Os felicito, pues...
Abrazos
Naturalmente que te sigue. Te sigue con sigilo, con prudencia, con la discreción propia de una persona inteligente. Te sigue, te lee y te admira. ¿Cómo no iba a hacerlo si todo lo que viene de ti le entusiasma? Es tu principal seguidora, la que vigila tus palabras, controla tus excesos, analiza tus sensaciones, está al tanto de quienes te escriben. Lo hace en silencio, pero con gran sensibilidad... porque te admira y porque te quiere. Un abrazo
Sommer: Gracias por tus palabras.
Fernando Manero: Un comentario muy entrañable. A lo mejor tienes razón...
Pero que post más dulce!!!!!!! y que lindo es que te lea Sole,mi marido no lee nada de lo que escribo lo de él no es la lectura,a veces yo le leo y también me pasa que le cuento de mi mundo aquí y conoce a todas las personas que son mis amigos en los blogs y en el facebook,y si un día me cuenta que me ha leído me voy a poner dichosa,sobre todo si lee mis poemas que son todos pensando en él,Miguel que hermoso post me he encontrado,que bonita sonrisa tiene tu esposa es la misma de Marta,que preciosa familia son,mandales un abrazo de mi aprte a las dos!
Tu blog es tan precioso que yo la entiendo que lo lea aunque los blogs en si no le gusten,es que tu narras todo de una manera especial tus textos abundan en palabras,son coherentes,emotivos,con sentido,llegan,es un placer leerte,disfruto el rato que paso aqui,lastima no tener tiempo para venir seguido.
Te mando un abrazo y te deseo una buena semana!
Qué bonito, Miguel, qué estupenda relación de complicidad hay entre tu mujer y tú, como debe ser... Me ha recordado en cierto modo a "Un ramito de violetas", una de las más tiernas historias de amor jamás cantadas. Yo no sé si mi marido lee lo que escribo, nunca se lo he preguntado, pero me gustaría que lo hiciera. Gracias a él disfruto de libertad y de bienestar.
Creo que decimos pocas veces "te quiero", aunque lo sintamos. Se da por supuesto y olvidamos expresarlo, y las formas son muy importantes.
Enhorabuena por tener una mujer tan maravillosa. Un abrazo, colega.
Miguel, el comentario lo he hecho en clave de humor, ya se ve que tenéis una relación estupenda. Es muy bonito todo lo que cuentas.
otro saludo
Que bonito relato de un día de domingo! y más bonito aún es que después de los años os sigáis sorprendiendo y sigáis teniendo tanto entusiasmo!
Besines
Hada Isol: ¡Qué bonito comentario! recibiendo comentarios como el tuyo a uno se le llena el espíritu. Muchas gracias.
Yolanda: ¡Es verdad! "¿Quién le escribía versos, dime quién era...?" Lo pensé. En serio. Lo pensé. Y estuve a punto de ponerlo en el blog. Has captado la esencia de lo que escribí.
Janet: Ya lo entendí así, querida Janet.
Vane: Me alegro de que te gustara este relato de un domingo cualquiera, un domingo cualquiera en mi vida.
Soleeeeee!!! Qué tal!!!
jajajajajaja!
Qué bonita historia, casi más que las anteriores, tan románticas al uso tradicional.
Un beso para los dos!
Cris: ¡Qué te parece...! y yo sin saberlo...
Qué post tan entrañable, Miguel.
Mi marido también me lee, pero nunca me comenta nada, y casi prefiero que no lo haga.
Qué lindos son los domingos cuando siguen una rutina.
A mí me encantan.
Saludos a Sole y un abrazo para tí.
Amiga: Gracias por tu comentario. Le doy un beso a Sole de tu parte.
muy bonito ;)
¡¡No quiero ni imaginar,
LA SONRISA TAN ENOOOOOOORME, que se le habrá dibujado a SOLE, si te ha leído esto, MIGUEL!!
¡¡Vamos, que cacho besazo que te habrá dado al llegar, después de ver el amor con el que hablas de ella...
si has aquí, se nota que te derriiiiiiites!! jaja
Y, es verdad, tiene una sonrisa muy dulce, parece toda ella muy dulce...
¡¡enhorabuena a los dos, da gusto veros!!
Ahora, ya conozco la familia al completo...
Marta, Sole, Miguel y...la perrita :))
Muchos besos para todos, es un placer.
PD. En mi casa, espero que no se le ocurra mirar a nadie mi blog, no son tan prudentes como Sole al calificar a los blogs ;-) en el fondo, yo creo que somos un poco, unos incomprendidos jajajaja
Fernando: Me alegro de que te guste.
María: Si es que es una chica maravillosa... y qué me dices de la perrita de mi hija... Esta foto está sacada el día que le dieron la perrita a mi hija. Ahora está un poco mayor.
Miguel, te deseo a tí y a tu mujer un feliz fin de semana.
Besos.
María: Gracias. Yo también te deso un feliz fin de semana.
Publica un comentari a l'entrada