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Constancia


Ayer dejé a mitad un libro. No me gustaba. Lo empecé con mucha ilusión, pero me aburría. Y lo tuve que dejar. Mi mujer advirtió mi abandono. Le dije que me estaba resultando muy pesado, que no quería seguir leyéndolo, que iba a por otro. Mi mujer se quedó seria. Y sentenció: “Yo nunca dejo un libro a medias. Yo siempre que empiezo un libro, lo termino.” Es verdad. Y es verdad también que yo suelo dejar los libros que no me “enganchan” sin acabar de leerlos. Sin más preámbulos. Y en seguida, voy en busca de otro. Y si hablamos de películas, lo mismo. Y así, en todo.
Pero esa simple cuestión va más allá de la pura anécdota. Es que mi mujer cuando empieza un crucigrama, no lo deja hasta que no queda ni una casilla por rellenar. Yo, las pocas veces que empiezo uno, lo suelo dejar sin terminar. Tengo librillos de esos de crucigramas con decenas de crucigramas empezados, y no acabados. Pero si me pongo a pensar, también diré que tengo un montón de proyectos empezados y no terminados. Y es que no soy constante (algunos a la persona constante le llaman cabezota). Me gusta ir de aquí a allá. Un poquito de eso, un poquito de lo otro. Y si algún escollo entorpece seriamente el ritmo de trabajo, pues se aparca el proyecto sine die.
Ya sé que la constancia es una virtud. Ser constante te abre muchas puertas, porque “el que la sigue la consigue” según reza el refrán. Y al revés. Pero esa asignatura, la de la constancia, es una materia que la llevo desde hace años para septiembre y algún día puede que la apruebe…
¿… y vosotros, sois constantes en vuestras actividades, o los obstáculos os hacen abandonar el proyecto?

33 comentaris:

Lourdes ha dit...

Pues yo sí que soy constante. Pero para todo. Bueno, más que constante, cabezona. Mú cabezona. :)
Yo empiezo un libro y hasta que no lo termino, no empiezo otro. Así me aburra como una ostra con él, pero no puedo.
Mis amigos siempre coinciden en ese aspecto de mi carácter: la constancia.
Luego coinciden en alguno más tb, es verdad, pero aquí sólo estábamos hablando de ése en concreto. jejejeje



Un beso enorme!!!

Belén ha dit...

Bueno, la verdad es que de normal soy muy constante pero priorizo, hay cosas que no pasa nada si no acabo un crucigrama...

Besicos

Luis Antonio ha dit...

Yo soy constante en según que asuntos, pero encuentro absurdo pretender acabar un libro que no engancha, aunque sea considerado bueno por los demás.

Como bien dices, hay infinidad de libros esperando y, como en botica, hay de todo...

La letra impresa no significa forzosamente calidad. Lo bueno y extraordinario no abunda.

No tengas mala conciencia, el que más y el que menos abandona proyectos por falta de constancia o de motivación.

Lo que sí me deja mala conciencia es dejarme comida en el plato. Procuro evitarlo a todo trance por principios. Hasta cierto límite, claro.

Un abrazo

VANESSA ha dit...

Yo soy constante y cabezona, lo tengo todo!!
Pero también es verdad que no me gusta hacer nada obligada, y si un libro no me gusta dejo de leerlo, no voy a terminarlo obligada sólo porque lo haya empezado!Cojo otro y sigo con mi constancia,jeje.

Miguel ha dit...

Lourdes: Conozco ese tipo de personas, mi mujer es así.

Belén: Pues sí, hay cosas que no pasa nada si las dejamos a mitad, pero ciertamente hay cosas que no es bueno abandonar a las primeras de cambio, creo que se debe ser un poco "cabezota".

Luís Antonio: Pues eso es lo que debe ser: ser constante en según qué cosas. Hay cosas (como el crucigrama, o el libro) que para mí no son prioritarias.

Vanessa: Pues eso, hay que saber administrar la constancia.

Joselu ha dit...

Cuando un libro no logra interesarme, lo intento y lo intento, pero al final lo dejo. Hay muchos libros que he iniciado pero que me han resultado insoportables. Creo que es sano. No pasa nada. Hay mucho que leer y yo no quiero perder el tiempo en algo que no me interesa. Podría hacerse una biblioteca peculiar con mis textos abandonados, a veces cuando iba por la página 740 de 850. Cuando llego a una ciudad que no me gusta, que no me produce buenas vibraciones, pues puerta y ancha es Castilla. Esto es más bien referido a cuando era viajero. No pasa nada. Soy constante con lo que me interesa. Fíjate en el blog, pero muy poco con lo que no me llega a motivar. Debería entender, pues, a mis alumnos. No creo que ser un mérito terminar un libro que te ha aburrido como una ostra. ¿Qué sentido tiene?

V ha dit...

Yo soy constante según para qué.

Como algo me guste, me engancho a lo bruto. He llegado a ir al trabajo sin dormir por no poder dejar de leerme un libro, imagina :S Burradas, vaya. Con lo que sea -que me guste, ya digo-. En el caso, es que no tengo medida. Y es algo que me resulta un tanto problemático a veces, porque según en que ocasiones el asunto roza la obsesión -alejándome de la definición de salud mental según la OMS XD- y no es nada bueno, lo aseguro. Principalmente porque el paso siguiente es que termino aborreciendo la cosa. Ése es mi tope. Y vueeeelta a empezar cuando se me pasa.

Pero como algo me aburra o no me llame la atención, paso y a otra cosa, sin remordimiento y sin pena ninguna. Ahí sí cambio y corto en un plis-plas.

La única excepción serían las personas. De ellas no me canso :) Y aún con esas algunas excepciones sí hay, sí. Me aburren igualmente las discusiones ad nauseam. Y a algunas personas les encanta discutir y discutir y discutir, casi diría que por norma. No puedo con esto. Me cansa. Me parece absurdo al fin. Será que para discutir tengo poca paciencia, no sé. No suele pasarme ya digo, pero con algunas sí me ha ocurrido y me ocurre, sí.

En fin, no sé, cada cual... :)

Besos, Miguel.

Anònim ha dit...

Pues sí, yo tengo que decir que me pasa como a tu mujer, aunque no me guste un libro lo sigo leyendo hasta el final, acabo todos los crucigramas y todos los sudokus... en fin, que siempre que empiezo algo y me lo propongo sigo hasta el final! Vamos, que soy muy cabezota!
besines

Miguel ha dit...

Joselu: Pues yo pienso como tú. Si algo te aburre, para qué seguir. Mejor buscar otros caminos.

V: Ya veo que eres mujer de extremos. Cuando algo te gusta de verdad llegas hasta el fin, pero a mí me parece un poco demasiado eso de estar toda una noche sin dormir por acabar un libro, ¿no?. Yo sería incapaz. A mí me gusta el cambio. No puedo estar mucho tiempo haciendo una misma cosa.

Vane: Pues mira, te diré que esto es una cualidad positiva.

zim ha dit...

Pues creo que mi virtud, más que la constancia, es la voluntad y, con ella, la disciplina. Soy incapaz de acabar un libro que no me engancha ni de llevar a término proyectos que pierdan el sentido; pero a cambio, es muy raro que desfallezca en el empeño de lograr algo que de verdad deseo, o algo que estoy obligada a hacer.
Un saludo, Miquel.

Novicia Dalila ha dit...

Bon dia, Miguel :D
Bueno, yo soy bastante constante en las cosas que me propongo, pero necesito ver resultados a corto, como mucho medio, plazo... Trabajar duro para tener beneficios a muy largo plazo, me desanima mucho.
Respecto a los libros, soy de la opinión de que hay un momento para cada libro. He empezado algunos que no podía seguir... no me centraba, no me enganchaba, y lo dejaba para en otra ocasión, devorarlos del tirón. No era aquel el momento de leer ese libro (por la historia, por la forma de narrarlo... por lo que sea).
Yo no soy capaz de hacer un crucigrama. No sé por qué. Sin embargo, me encantan los autodefinidos... debe ser porque son más fáciles o algo así. Y la verdad es que en pocas ocasiones lo he terminado al 100% por mí misma. Siempre hay alguna definición que se me atraviesa. Pero lo que hago en estos casos, es ir a mirar las soluciones... más que nada para saciar mi curiosidad.

Un beso y buen finde, Miguel.

Marinel ha dit...

Yo lo soy para algunas cosas,que no para todas,la verdad.
Como tú,casi nunca acabo los crucigramas.
No lo hago en cuanto me quedan algunas palabras sueltas.
En cambio,jamás por muy aburrido que me resulte,dejo un libro inacabado.
Y en el resto de las cosas igual,aunque podría decirse que soy bastante cabezota y empecinada.
También te digo,que por mucha constancia que se tenga,no siempre es cierto el refrán.
Besos.

Toni Solano ha dit...

Suscribo las palabras de Joselu. Por ejemplo, en las lecturas, cuando era joven, aún me obligaba a terminar los libros que empezaba; con los años, pienso que no vale la pena insistir en actividades de ocio, que precisamente lo divertido es poder renunciar cuando a uno le apetece.

Recuerdos perdidos ha dit...

Miguel, creo que puedes ser constante para unas o cosas y para otras no. Yo hay libros que he dejado a medias, por ejemplo, nunca he podido ir más allá de la página 20 de "El lobo estepario", y eso que mucha gente me dice que es una gran novela.
Seguro que hay cosas de tu vida en las que sí eres constante...
Un saludo.

Miguel ha dit...

Zim: La disciplina es una gran virtud. Ojalá yo fuera más disciplinado...

Novicia: A mí me pasa lo mismo que a ti, tengo tendencia a ir a saciar mi curiosidad en las soluciones. A lo mejor es que soy un poco ansioso.

Marinel: Pues yo, si un libro no me engancha, soy incapaz de seguir con él.

Antonio: Yo, de pequeño, pensaba que dejarme a medias un libro era poco menos que un delito, pero esto ya lo he superado...

Recuerdos perdidos: Pues estamos de acuerdo. Yo, según para qué cosas, soy más constante...

Yolanda ha dit...

Miguel, los tauro tenemos fama de cabezotas y persistentes, pero yo no me siento culpable si dejo a medias un libro que no me engancha o una tarea sin terminar. Por pura curiosidad acabo siempre los crucigramas o veo la solución al día siguiente, pero en lo que respecta a los inútiles y soporíferos cursos que he tenido que hacer no me ha dolido nada dejar alguno colgado, consideraba que eran una pérdida de tiempo y de energías y que tenía cosas más interesantes que hacer.
¿Disciplinada? Bueno, muy cumplidora sí soy, herencia de mi padre militar, pero no rígida. La voluntad es un gran valor, como la constancia, pero sin obsesionarse. Creo que los años suavizan los extremos, aunque hay quien piensa lo contrario, que se acentúan los defectos. En cualquier caso, lo fundamental es no martirizarse inútilmente. Si algo no te gusta o no te llena, lo dejas y a otra cosa, mariposa. Anda que no acumulamos cosas inservibles, fascículos estúpidos, colecciones absurdas... ¿Hay que acabarlo todo? Pues no.
Un abrazo, colega.

Fernando Manero ha dit...

Depende, amigo Miguel. Coincido con Luis Antonio. Convencido de que el tiempo es un bien muy escaso, que, si se pierde, no se recupera, procuro culminar las tareas que me resultan gratas (libros, pelis, teatro) o que considero importantes desde el punto de vista profesional. Cuando observo que un libro me aburre o que no me dice nada que, a mi juicio, merezca la pena, lo dejo. En cambio me sumerjo hasta el final en aquellos que me satisfacen. No se trata de una disyuntiva entre la constancia y el abandono, sino entre la satisfacción y el aburrimiento. Hay tanto que leer, tanto que ver, tanto que aprender, que necesariamente debemos ser selectivos para no acabar con la sensación de que nos han tomado el pelo. Y en esto de la literatura abunda el gato más que la liebre. Un cordial saludo

Miguel ha dit...

Yolanda: Sí, sí, la disciplina 8que no la rigidez) son muy convenientes para llegar a buen puerto. Y a eso es a lo que aspiro.

Fernando: Pues sí, el tiempo es un un buien escaso y por lo tanto no debemos perderlo con cosas que no nos satisfacen.

Diana Puig ha dit...

A veces si y otras no tanto, la verdad, según. Yo he acabado cabreada porque he empezado un libro que no me gustaba y lo he acabado porque pensaba que no estaba bien dejarlo a medias, sin embargo también soy consciente de que si el libro aquel no me gustaba, no me transmitía ni me aportaba tal vez lo que necesitaba en ese momento, mi sensación es, "he perdido el tiempo". Después depende mucho del tiempo del que dispongas, reconozco que en lo que me gusta como todo soy bastante constante, lo que no me termina pero que he de hacerlo, intento serlo lo máximo posible aunque cueste, que le vamos hacer, la mayoria de las veces no hay más remedio ;(.
Buen post para la reflexión.
didi.

Diana Puig ha dit...

Por cierto si no te sabe mal, podrías pasar por mi blog y si estás de acuerdo, colaborar con tu firma para hacer frente a una de las partes importantes de la pobreza.
Muchas gracias.
didi.

cristal ha dit...

En general suelo ser constante en aquellas cosas que me gusta llevar a cabo, pero cuando el balance entre el esfuerzo y la satisfacción es negativo, suelo abandonar sin ningún complejo, ni sentimiento de culpa.

Hay tantas cosas que hacer, libros que leer, etc... que tampoco es cuestión de malgastar el tiempo.

Un abrazo, Miguel.

Miguel ha dit...

Didi: En cuanto pueda me paso por tu blog. Y por dejar un libro no hay que estar de mal humor, hay libros que no merecen la pena, y como tú dices, es una pérdida de tiempo.

Cristal: A mí me pasa lo misomo. Lo considero una pérdida de tiempo hacer algo que no me llena.

María ha dit...

Vaya MIGUEL, te diré que a mi con los libros me ocurre como a ti pero por otro motivo muy diferente, verás.

Yo soy una adicta de la lectura, y una curiosa enfermiza, la mayoría de las veces que comienzo un libro, me surgen mil dudas que resuelvo en otros, de manera que voy pasando de unos a otros como una rana, no es que no los termine porque no me enganchan, que en alguna ocasión sucede, la mayoría de las veces es porque tengo mil empezados y todos a medias. Si vieras la habitación de mi casa donde suelo leer, es una auténtica locura, tengo torres de libros, todos señalados...Las torres suben y bajan en función de por donde empiezo.
Sólo cuando llega le verano soy capaz de organizarlo un poco y liquidar algunos.

En la vida soy un hibridaje de constancia y dispersión. Suelo hacer mil cosas a la vez, exactamente igual que me ocurre con la lectura, con casi todo. En el trabajo, lógicamente empiezo y termino, es más soy terriblemente luchadora, difícilmente doy nada por perdido y de hecho tengo la infinita suerte de perder poco, más por tenacidad y entrega que por ser más o menos buena.

En el resto de las cosas, pues me es imposible, si el día tuviera 100 horas quizá fuera como tu mujer, pero así me es imposible ¿tú sabes donde podría comprar tiempo?

Y bueno, en el fondo pienso que en algunas cosas es bueno ser constante, en otras es más inteligente abandonar a tiempo:-)


Muchos besos MIGUEL y feliz semana

¿Ha desaparecido la entrada anterior? :))

María ha dit...

Con los libros me pasa lo mismo, tengo uno que dejé de leer por la mitad, y resulta que le empecé de nuevo, y otra vez le volví a dejar por la mitad, o sea que, soy constante pero cuando veo que no me gusta, por mucho que lo intente, abandono, igual me pasa con los crucigramas, yo lo intento, una y otra vez, que veo que no puedo con ellos, entonces abandono.

Un beso.

Miguel ha dit...

María: Veo que eres una persona capaza de hacer muchas cosas a la vez, de abrir varios frentes de trabajo, y de asumirlos. Te admiro.

María: Pues mira, yo estoy convencido que una retirada a tiempo es una victoria. Yo creo que las cosas hay que hacerlas con ganas, sino, más vale dejarlas.

LOLI ha dit...

Pues si Miguel soy como tu...que se le va a hacer...

Hablando de otra cosa he visto que hay niños de oropesa que se han ido al instituto de Benicasin,no sabia que se podia hacer eso¿no piden que esten empadronados en Benicasin?
Tengo mi e-mail en mi perfil me gustaria hablar de ello.

UN BESAZO

Miguel ha dit...

Loli: No, no pude venir al instituto de Benicàssim alguien que está empadronado en Oropesa. Pero aquí en el instituto tenemos gente que viene del Grao. Y también hemos tenido alguien que venía de Castellón. ¿Qué pasa? pues que tendrán a alguien (algún familiar) que sí está empadronado en Benicàssim y se hará cargo de él y que en la solicitud matrícula habrá hecho constar que se encargará de tutorizar al alumno durante todo el curso. Aun así, te he de decir que en principio no se aceptan estan matrículas así como así.

Un beso.

Raúl ha dit...

A los libros no se les debe fidelidad. Sino todo lo contrario.
La obligación de intentar que nos guste es de quien lo escribe, no de quien acepta leerlo.
Yo, por ejemplo, tengo tres o cuatro libros en mi mesilla de noche, y voy cambiando de uno a otro según mis apetencias... como los canales de la tele.
Un abrazo, Miguel.

cactus girl ha dit...

Suelo ser bastante constante en mis proyectos y los obstáculos, si cabe, me dan más fuerzas para seguir.

Pero respecto a los libros, soy como tú. Como no me guste y no me llene, lo dejo y voy a por otro. No me gusta perder el tiempo y que el acto de leer sea una obligación más que un placer.

Cómo va el curso, compañero?

Un abrazo

Cris ha dit...

Yo normalmente empiezo las cosas pata terminarlas, pero hay veces, que lo que quiero es simplemente saber que las puedo hacer, así que lo dejo a dos pasos del final... Como un puzzle de mil piezas al que le faltan 20 piezas por colocar, o un solitario de cartas cuando esta resuelta la estrategia y sólo queda ir llevándolas a su sitio una a una...

Besos!

Miguel ha dit...

Raúl: Pues te pasa lo mismo que a mí. Yo revoloteo de un libro a otro, hasta que alguno me atrapa, y entonces lo termino.

Cactus: Pues sí, en el fondo leer algo que no te guste no es otra cosa que una pérdida de tiempo. Pues el curso ya ha empezado y estoy muy contento porque me han dado un horario extrordinario (los jueves acabo a las once de la mañana, no te digo más). Y los alumnos parecen bastante llevaderos. Ya veremos.

Cris: Me ha llamado la atención eso de empezar una cosa sólo para demostrarte que eres capaz de hacerlo. Es una manera de afirmar tu voluntad.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO ha dit...

Yo suelo ser constante, pero en el tema de libros, no. Es decir, si un libro no me gusta en sus primeras 50 páginas, lo dejo. un abrazo.

Miguel ha dit...

Fernando: A mí me pasa lo mismo. Me parece una tontería seguir con un libro que no te gusta hasta el final.

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