Acabo de llegar de un pequeño viaje. Hemos estado en la singular isla de Madeira (Portugal). Cogimos un avión en Valencia que nos llevó hasta Lisboa, y de allí, hasta Madeira.
La isla es de origen volcánico. Y toda ella es montañosa. Montañas que se convierten en vertiginosos acantilados que penetran en el azul y bravío mar atlántico. La isla tiene en Funchal su capital, y su ciudad más preeminente. Funchal tiene 120.000 habitantes. En toda la isla se cuentan unos 260.000 habitantes. En la capital el clima es benigno. El sol domina las jornadas y la vida bulle con total normalidad. Pero nada más se sale de Funchal el tiempo cambia. Y el paisaje también. La montaña se apodera del viajero que se ve inmerso en unas nubes húmedas que ya no le abandonan hasta su vuelta a Funchal. La mayoría del paisaje es exuberante. Allí hay zonas de laurisilva verdes y densas que han sido consideradas como patrimonio de la humanidad. Hay zonas de plataneros y zonas de flores preciosas que bordean toda la estrecha y sinuosa carretera.
Visitamos unas grutas volcánicas que parecen horadar el interior de la tierra y que presentan la particularidad de no tener las típicas estactitas y estalagmitas, porque, repito, su origen es volcánico. Allí nos explicaron el proceso de formación de la isla hace millones de años.
Un día fuimos a visitar un antiguo puerto ballenero, hoy abandonado, pero que alberga un estupendo restaurante en lo alto de una gran colada de lava, frente al mar, de nombre significativo: “El cachalote”. Allí pudimos saborear platos típicos de la isla, como son el filete de pez espada, el bacalao cocido y la espetada (carne asada ensartada en una gran varilla de acero). Después visitamos las piscinas naturales que ofrecen las volcánicas disposiciones de la lava cuando llega al mar. Allí, desde lo alto de un acantilado vimos pasar un barco velero, que desapareció cabeceando suavemente tras un acantilado….
La isla es de origen volcánico. Y toda ella es montañosa. Montañas que se convierten en vertiginosos acantilados que penetran en el azul y bravío mar atlántico. La isla tiene en Funchal su capital, y su ciudad más preeminente. Funchal tiene 120.000 habitantes. En toda la isla se cuentan unos 260.000 habitantes. En la capital el clima es benigno. El sol domina las jornadas y la vida bulle con total normalidad. Pero nada más se sale de Funchal el tiempo cambia. Y el paisaje también. La montaña se apodera del viajero que se ve inmerso en unas nubes húmedas que ya no le abandonan hasta su vuelta a Funchal. La mayoría del paisaje es exuberante. Allí hay zonas de laurisilva verdes y densas que han sido consideradas como patrimonio de la humanidad. Hay zonas de plataneros y zonas de flores preciosas que bordean toda la estrecha y sinuosa carretera.
Visitamos unas grutas volcánicas que parecen horadar el interior de la tierra y que presentan la particularidad de no tener las típicas estactitas y estalagmitas, porque, repito, su origen es volcánico. Allí nos explicaron el proceso de formación de la isla hace millones de años.
Un día fuimos a visitar un antiguo puerto ballenero, hoy abandonado, pero que alberga un estupendo restaurante en lo alto de una gran colada de lava, frente al mar, de nombre significativo: “El cachalote”. Allí pudimos saborear platos típicos de la isla, como son el filete de pez espada, el bacalao cocido y la espetada (carne asada ensartada en una gran varilla de acero). Después visitamos las piscinas naturales que ofrecen las volcánicas disposiciones de la lava cuando llega al mar. Allí, desde lo alto de un acantilado vimos pasar un barco velero, que desapareció cabeceando suavemente tras un acantilado….
20 comentaris:
Me encanta Portugal. Uno tiene la impresión de que vuelve al pasado en muchos aspectos en sus imágenes de niños jugando en las fuentes, ropa colgada en las calles, fachadas roídas por el tiempo. Tiene algo de humanidad que nosotros hemos dejado atrás sumergidos en la cultura (?) de los centros comerciales y los museos vacíos de arte contemporáneo. Alguna vez he anhelado conocer Madeira, el Portugal en medio del Atlántico, Angola, Mozambique, Macao... Dicen que lo portugués va unido a la melancolía con que los lusos se quedaron viendo la nave del rey Sebastiao partió hacia el mar y no volvió nunca de su aventura africana. Me encuentro en mi casa, más que en algunas tierras de nuestra España, los siento próximos y ahítos de nuestra altanería cuando los miramos. Me alegro de tu estancia en ese país tan cálido y hermano. El mar, el mismo mar de todos los veranos se ha asomado a mi ventana y he contemplado esas rompientes que tu filmaste y quedan así incorporadas al misterio del tiempo. Bien por el bacalao. Es toda una cultura en Portugal. Feliz verano.
Joselu: Gracias por tu comentario. Tengo que decir que en Portugal uno se siente casi como en su país. Hay algo que nos une.
No he estado en Madeira.
Ni tampoco en Portugal.
Después de leer tu post me apetece mucho conocerlo.
Saludos.
Qué envida me da! (envidia sana).A mí me encanta viajar y viendo esa foto y el vídeo me entran ganas de conocer también Madeira, nunca he estado allí. Espero que te hayas quedado con esas imágenes tan bonitas grabadas en tus pupilas, para recordar cuando te apetezca.
Besoss!
Nos has dado una sana envidia; aunque he estado un par de veces en Portugal, nunca he ido a Madeira y le tengo ganas. Por aquí, mientras tanto, pasamos las tardes paseando en bici entre Castellón y Benicàssim; a ver si te veo algún día :-)
Toro: Seguro que te gustaría conocerlo.
Vanessa: La verdad es que me ha gustado mucho esta isla. Es diferente a todo lo que había visto hasta ahora.
Antonio: Seguro que te gustaría la isla. Es muy particular.
Pues yo también suelo pasear bastante por esta zona, alguna vez en bici, pero más por la orilla de la playa.
No conozco Portugal más que pequeñas incursiones desde Huelva y siempre he tenido ganas de conocer al menos Lisboa, que me han contado que merece mucho la pena... Madeira también me ha llamado mucho la atención, y a la vista de tu crónica, parece que ciertamente merece mucho la pena.
Gracias por compartir vuestra experiencia, Miguel. Tomo nota :D
Un beso y bienvenido
Los viajes son maravillosos,para disfrutarlos en todos sus momentos.
Creo que no hay duda de que vosotros lo habeis hecho.
Un beso.
He tenido la suerte de estar una vez y la verdad es que la isla es preciosa, merece la pena perderse unos días por allí!
besines
Novi: Seguro que te gustaría.
Marinel: La verdad es que sí que nos hemos pasado bien. Y ahora queda para siempr los recuerdos.
Vane: ¿a que sí...?
Pues me alegro de que lo hayas pasado mú rebien por allí.
Yo no he estado nunca, pero vaya, que no descarto la posibilidad.
:)
Besos, Miguel!!
Pues yo, mi querido MIGUEL,
debo ser la más portuguesa de todos cuantos te leemos ;-) vivo al ladito, lo que me hace visitarla a menudo por placer y por trabajo. Para mi Portugal, es como una extensión de Galicia en el mapa y una extensión de mi cariño por los gallegos en mi corazón.. aun cuando en forma de ser no tienen absolutamente nada que ver...en muchas cosas, nos dan mil millones de vueltas por más que aquí algunos les miren por encima del hombro.
A Madeira he ido en dos ocasiones, son unas islas muuuy tranquilas, para mi en exceso... ideales para envejecer en ellas... me encanta como te reciben con esas flores del paraíso y su frutas de la pasión que crecen por todas las esquinas. Se me ha hecho raro que no hayas hablado del aterrizaje y despegue jajaja ¿cómo lo llevaste? a mi aun me dura el susto y eso que volé a ellas hace más de 7 años.. yo me partía de risa cuando al aterrizar, la gente aplaudió al comandante como en los estrenos teatrales... Por si acaso alguien no sabe a lo que me refiero es que la pista de aterrizaje y despegue es súper cortita... ¿Verdad MIGUEL?
Me alegro mucho que te haya gustado... seguro que hay llegado de lo más descansado... para eso, son ideales.
Un beso muuy grande y sigue disfrutando mucho de tu verano.
Lourdes: Pues nada, ya sabes, en cuanto se tercie la ocasión la sabes... haces las maletas y... a Madeira. Te lo recomiendo.
María: Pues sí María, sí que es verdad lo de la pista de aterrizaje. Por primera vez me sirvió de algo el cinturón de seguridad, porque es que iba hacia el asiento de delante. Y al final, aplauso... Y es que es supercortita.
GRACIAS POR TRAERNOS UN TROCITO ;)
Aaron ya está matriculado en la universidad(Ingenieria Informatica)
Ya te dige que saco en todos los modulos matricula de honor?
BESAZOOOOOSSSSSSSS
Es una de mis asignaturas pendientes...
Besicos
Y yo, tras leerte, también he regresado de un pequeño viaje: a la envidia.
Sonrío.
Loli: Me ha hecho mucha ilusión lo que me has dicho de Aarón. Me alegro mucho de que le vaya bien. Él se lo merece. De veras.
Belén: Pues cuando puedas... te lo recomiendo.
Raúl: Es envidia sana...
Hola Miguel,
Estuve en Madeira hará unos diez años, es una isla preciosa, nosotros la recorrimos entera en una semana con un coche de alquiler...recuerdo que lo que más me impresionó fue la cantidad de agua y la vegetación que hay por toodo el interior de la isla, los acantilados son realmente impresionantes y bellos pero el interior es mágico por los saltos de agua que te vas encontrando dinamizando todos los verdes. No sé si viste las casitas con los tejados de paja...todavía quedan algunas? y sí, el pez espada con banana...un manjar! Ah! y en Funchal bajamos por aquellas bajadas adoquinadas encima de unas cajas jajaa...ya no recuerdo como se llamaban pero era como una especie de góndola y caja de cerillas jajaj
Un placer leerte Miguel. Me has traído gratos recuerdos.
He estado tres veces en el Portugal peninsular y una en Madeira. Me gusta este país y sus gentes y no entiendo por qué vivimos en España tan de espaldas...siendo, como son, tan buena gente.
Un abrazo, Miguel
Gemma: Gracias por visitar este blog. Sí, es todo como tú dices. Se nota que te gustó aquello. A mí también.
Luís Antonio: Es verdad, yo allí me sentía como en casa.
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