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Pensamientos a propósito del cambio de año



Siempre que se acerca el fin de año tengo tendencia a mirar hacia atrás. Y hacia delante. Y también me gusta recrearme en el momento sublime del paso de año, es decir, me gusta el presente.
Por eso en estas fechas soy muy proclive a poner encima de la mesa los tres estadios del tiempo: el pasado, el presente y el futuro.
Yo me paso mucho tiempo echando la vista hacia etapas de mi vida pasadas. Pero lo hago sin nostalgia. Pretendo soñar aquellos tiempos pretéritos en el mejor sentido de la palabra soñar. No es bueno anclarse en el pasado y decir aquello que cualquier tiempo pasado fue mejor. Porque esto no es así. Lo que sí es cierto es que cualquier tiempo pasado, fue anterior. Y ya está. Y desde ahí se puede recordar. Es bonito recordar y transformar en material somnoliento estas vivencias. A mí, por lo menos, me gusta.
También soy partidario de aferrarme a los hechos cotidianos, a los aconteceres actuales. Y vivirlos como si fuera lo último que voy a vivir. Cada momento tiene su magia, y el presente te ofrece la posibilidad única de hacer uso de este devenir, de este vertiginoso presente que no tiene vuelta atrás.
Y por último, amo el futuro. Me ilusiona y me apasiona mirar a lo lejos del tiempo y verme allí. Y me gusta crear espacios y circunstancias que conviven conmigo. Unas son buenas y agradables, y otras, no tanto, pero me veo vivo y feliz junto a los míos, y esto me lleva a un estado de fortaleza mental difícil de explicar.

Y vosotros, ¿en dónde os quedáis, en el pasado, en el presente, en el futuro… o en los tres…?

29 comentaris:

Joselu ha dit...

Apenas doy relevancia al paso del año, me abstraigo; el paso del tiempo me inquieta y en estas últimas horas es exuberante el hincapié que se hace en que el tiempo no se detiene y que hay que estar muy alegre de que cambiemos de año. Y brindar y desearnos buenas perspectivas. Es una ceremonia necesaria pero que yo evitaría si pudiera. No he pasado Nochevieja más hermosa que una que pasé en el hospital cuidando a mi mujer ingresada por neumonía. Ya le habían bajado la fiebre y descansaba. Me comí un bocadillo de jamón barato y me sentí inmensamente enamorado de esa soledad y de esa compañía íntima en que nos encontrábamos los dos en no demasiado buenas circunstancias. No me gustan las conmemoraciones ni las celebraciones del paso del tiempo. El tiempo es la entraña secreta de nuestra vida, cada vez que alentamos es un signo de vida que sabemos que se apagará en algún momento. Vivo el tiempo subsumido en él, vibrando con él, soñando despierto, abstraído como lo hacía en mi niñez. No vivo en el pasado, creo que estoy demasiado enamorado del presente y solo ansío llegar a conocer los ordenadores cuánticos que vendrán en una década tal vez. Todo lo que conocemos ahora será tan anticuado como las máquinas Singer de coser que tenían mis tías.

Feliz año.

Perséfone ha dit...

Por lo que veo, compartimso un mismo punto de vista.

Yo también me considero una persona muy nostálgica, aunque en el buen sentido. Echar la vista hacia atrás me sirve normalmente para coger fuerza e impulso. Incluso los momentos negtivos me sirven para decirme a mí misma que si fui capaz de salir de aquella, podré salir de muchas otras.

También veo la felicidad en los pequeños detalles y la belleza en la cotidianidad del día a día. Intento tener os ojos bien abiertos para no perderme ni un solo detalle.

En fin, Miguel ¿qué más añadir? Sólo enviarte mis mejores deseos para ese 2012 que a punto estamos de estrenar.

Un abrazo enorme.

TORO SALVAJE ha dit...

Yo me quedo en el futuro.
Pero no en el inmediato sino en el futuro común que tendremos todos.
Y me apena.

Saludos.

Vivian ha dit...

Me gusta el futuro, tal vez por la incertidumbre de lo que vendrá o por mis propósitos ambiciosos para él. (Digo ambiciosos desde la sencillez de lo pequeño, pero cosas que sé me harían feliz)
El pasado no figura, no quiero verlo en el otro lado del espejo.
Y el presente es lo que soy Miguel, mi ahora, mi yo, mi locura (Ando media Neruda hoy jaja)
Un abrazo grande. Que este año nuevo te traiga cosas hermosas junto a tu familia.

Miguel ha dit...

Joselu: Veo que eres persona que ama el presente profundamente y que vive profundamente ilusionada en el futuro inmediato. Son dos ingredientes perfectos para alcanzar la felicidad. Sin duda alguna.

Perséfone: Yo también te deseo que tengas un muy feliz año 2012, y que tengas trabajo. Sé que te encanta tu profesión de maestra. Y en otro orden de cosas tengo que decir que a mí también me mueve esa nostalgia amable que me hace recordar hechos pasados. Y el presente, y el futuro.

Toro: Hombre, yo creo (es que soy optimista por naturaleza) que de aquí solo se puede cambiar para mejorar, peor no se puede...

Vivian: Te deseo lo mismo para ti. Y sí, el futuro es algo sublime. ¿Tú sabes la de cosas que nos depara hoy el nuevo año...?

LOLI ha dit...

Pues yo lucho para permanecer en el presente porq si pensamos en el futuro o miramos el pasado nos perdemos lo que de verdad importa.

BESOS Y FELIZ AÑO ♥

Belén ha dit...

Yo soy muy egoísta... quiero decir, necesito el pasado para disfrutar del presente y mirar con calma al futuro...

Besicos

Miguel ha dit...

Loli: Sí hay que tener los pies en el suelo y saber qué terreno pisamos, pero a mí también me gusta mirar atrás y hacer planes de futuro.

Miguel ha dit...

Belén: Me parece muy prudente tu visión...

Abbie ha dit...

Yo en estas fechas miro el presente, y para cambiarlo intento mirar al futuro. Un beso y feliz 2012 :)

Nelita ha dit...

Hola Miguel pasé a saludarte y desearte un buen año con salud, paz y prosperidad.
Mi padre siempre me enseñó que vivamos el presente pensando en el futuro, y que del pasado solo aprendamos de los errores para no volverlos a cometer.
saludos y feliz año

Angie ha dit...

Miguel, a veces merece la pena echar un vistazo al pasado, aunque solo sea con el cuerpo mirando al frente y la cabeza ligeramente girada hacia atrás para ver el punto en que te encuentras y después mirar hacia adelante, siempe hacia adelante pisando fuerte el presente. La vida me ancla al presente, a las miles de cosas que hay a mi alrededor, pero somos el producto de lo que fuimos y la proyección de lo que seremos, en un continuo a veces un poco sinuoso.

Muchos besos y feliz año.

VANESSA ha dit...

Yo me quedo con el pasado y el futuro. El pasado porque me da fuerzas, me da la esperanza de que puede venir un tiempo tan bueno como aquel. Y el futuro porque está por venir y hay que esperarlo con optimismo.
Besoss y Feliz Año Nuevo!

Yolanda ha dit...

Miguel, confieso recurrir demasiado al pasado para justificar o comprender situaciones y personas, sobre todo yo misma, o porque me siento insegura y me asusta la novedad, lo desconocido. Soy cobarde, lo sé. Debería archivar de una vez hechos pasados porque no conduce a nada recordarlos una y otra vez. El presente se escapa rápidamente, apenas reparas en él se convierte en pasado y entra el futuro sin pedir permiso.
Ls ritos del cambio de año, tan manidos y aburridos, me causan hastío, pero no hay modo de escapar de ellos. Toca hacer el payaso, soportar a familiares inaguantables y comer y beber hasta reventar. Ya pasó, pero es una pérdida de tiempo considerable. Me gustaría haber visto alguna buena película, pero apenas llegué al final de "Siete novias para siete hermanos", la habré visto decenas de veces pero me sigue gustando, qué le vamos a hacer. ¿Es importante un minuto más o menos, el cambio simbólico de un año a otro? Creo que no, pero es la parafernalia que hemos montado. La vida está hecha de ritos más o menos importantes, es lo que hay.
Feliz año y un fuerte abrazo, colega.

Miguel ha dit...

Little: El futuro muchas veces es producto de lo que hacemos en el presente.

Nelita: Tu padre tenía mucha razón.

Angie: Totalmente de acuerdo contigo. No podemos dejar de mirar a ninguno de los tres estadios del tiempo.

Vanessa: Pero del presente no podemos huir, porque es precisamente la vida. lo que estamos viviendo.

Yolanda: Sí, las personas estamos hechas de ritos. Y tendemos a magnificar y ritualizar todo. En el fondo todo está en nuestra mente. Y ella es la que dispone.

Lourdes ha dit...

A mí, el cambio de año siempre me pone una miaja nerviosa. No sé por qué, pero desde siempre.

Me gusta mirar el pasado. Me encanta recordarlo y sonreír cuando por mi mente pasan personas, momentos, gestos... Sí, es que de lo malo me acuerdo menos.
Y el presente, pues lo vivo al día. Estamos aquí y ahora, no? Pues a aprovecharlo!
En cambio el futuro me da una miaja de "yuyu". Quizás porque nunca sé qué me voy a encontrar. Pero bueno, ahí estaremos para vivirlo tb, no?
:)


Muchos besos, Miguel!!!

Anònim ha dit...

Y tiene que ser así porque uno crea su vida, no la vida fija y manipula la vida de uno.
Aún asi, particularmente yo soy un aférrimo amante de la nostalgia. Sé que quizá no sea bueno en dosis excesivas, pero con control...
Desde luego, el presente es el que se nos escapa de las manos y el mayor reto es ese: vivir cada segundo como si fuera el último.
Se lo atribuyen a James Dean: "Sueña como si fueras a vivir para siempre, vive como si fueras a morir mañana".Un abrazo, Miguel.

María ha dit...

Me encaanta tu equilibrio perfecto mi querido MIGUEL. Siempre que te leo, noto a una persona muy serena, con mucha paz por dentro y eso es muy agradable de sentir... a los que les estresa el tiempo, se les nota y eso no es bueno.

Yo, si te digo la verdad, odio el reloj con toda mi alma, pero el tiempo en sí mismo no me preocupa nada de nada. No suelo mirar al pasado más que para recordar a la gente que quiero y no está, por precioso que haya sido, pasó y en en ese pasado duerme felizmente acurrucado, tampoco pienso demasiado en el futuro, hubo un tiempo en el que me agobiaba mucho porque corría demasiado pensando en mis hijos... me los imaginaba en él y me ponía a temblar jajaja ¿te quieres creer que eso me ocurrió cuando mi hijo tenía 5 años? después me situé y me di cuenta de lo boba que era...no se puede correr tanto, mejor disfrutar al 1000x1000 cada segundo por pequeñito que pueda parecer... cada segundo que vivimos debe ser el mejor de nuestra vida, aun cuando lo estemos pasando de pena, hasta cuando es terrible es bueno vivirlo... ¿sabes por qué?... porque es nuestra vida y eso por topicazo que pueda sonar, es el mayor regalo del que disfrutamos mientras estamos vivos :-)



Un beso muuuy grande MIGUEL...que los trescientos sesenta y tres días que quedan de este año estén llenos de todo lo mejor para ti y los tuyos... surtido, variado y sobre todo ... ¡¡muuuy rico, como tú!! :-)

Miguel ha dit...

Lou: A ti te pasa un poco como a mí. Lo que pasa es que a mí no me da miedo el futuro porque lo veo siempre de color de rosa.

Diego: Yo también creo que me paso un poco de nostálgico. Pero amo el presente, y el futuro.

María: Como siempre, cada vez que apareces por aquí un torrente de buenas vibraciones de apoderan de este blog del mismo nombre.
Pues sí, no hay que descuidarse porque estamos hecho de tiempo (ya lo dejó dicho el poeta) por eso no podemos descuidarnos ni del presente, ni del pasado d¡ni del futuro.

Hada Isol ♥ ha dit...

Me pasa igual que a ti,sueño el pasado sin nostalgias,sin extrañarlo o consiederalo mejor,me gusta estar en el hoy y sentirme segura de que el futuro es la consecuencia de lo que hago hoy entnces me tomo el día a día con esa responsabilidad ,vivir como siento asi mañana esté cómoda ,a veces me sale mal pero basicamente mi vida es así de sencilla! te deseo un 2012 pleno ,con momentos tan bellos que engrosen tus sueños en el futuro! un abrazo a ti y tu familia! dile a Marta que la recuerdo con cariño!

Miguel ha dit...

Hada Isol: A mí me pasa algo muy parecido a ti. El pasado es imprescindible para vivir, pero también el presente y el futuro.
Un beso de parte de Marta.

Marinel ha dit...

Soy así como tú en lo del pasado que no siempre es mejor y sólo es parte de vida formando recuerdos bonitos o no.
Me encanta vivir el presente lo mejor que puedo junto a los míos y me chifla imaginarme el futuro como un serie de retos e ilusiones,metas y obstáculos que aún me quedan por vivir y ahí anida la esperanza,el misterio,la magia,etc,etc,etc
:)
Besos, Miguel.

Luis Antonio ha dit...

Siempre he hecho como tú, pero de un tiempo a esta parte evito repetirlo. Ni hago balance ni lista de propósitos... Esta actitud, un tanto pasota, me resta expectativas, pero también sinsabores...

Un abrazo

Miguel ha dit...

Marinel: Pues, por lo visto pensamos igual. El tiempo para nosotros es lo mismo. Es nuestro amigo.

Luís Antonio: Pues sí, en este mundo todo tiene su contrapartida. Nunca se sabe cuál es la mejor posición.

Marian ha dit...

Difícil pregunta. O, más bien, difícil respuesta...Querría decir que no me importa el pasado, pero es inevitable mirarlo, incluso demasiado a veces. Quizás influye la pérdida no muy lejana de seres queridos, hecho que hace considerar el paso del tiempo de forma distinta, pues te encuentras de golpe con un presente distinto y un futuro con certezas y ausencias que no esperabas. Sin tener en cuenta esta inevitable consideración nostálgica del pasado, me gusta mirar el presente. Y el futuro no me inquieta; más bien me inspira y me motiva el no saber qué nos depararán los días venideros. Saludos, y mis mejores deseos para el nuevo año.

Raúl ha dit...

Varado. Yo muchas veces me quedo varado en un espacio atemporal.
Feliz año, Miguel.

Miguel ha dit...

Marian: Te deseo también lo mejor para ti en este año que ya ha empezado. Por lo que respecta al tiempo, yo pienso que es mejor mirar hacia todos los lados. Siempre el tiempo está presente.

Raúl: Feliz año, paisano. No creo que haya que buscar espacios atemporales (porque no existen) el tiempo lo aglutina todo.

V ha dit...

Sin duda me quedo con el presente. Aprendí a vivir en él a la fuerza. Me lo enseñó mi padre.
Desde que ya no está algunas veces se me olvida y entonces siento que le estoy fallando. Por suerte son las menos porque siempre tuve una memoria más que buena.

Y lo agradezco. Las dos cosas.

Me gustan los gerundios.

Besos, Miguel.

Miguel ha dit...

V: "Me gustan los gerundios" me gusta esta frase. Pero la vida es algo más que el presente. También es bonito pararse a mirar hacia delante y hacia atrás.

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