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Solidaridad


Esta semana pasada hemos dedicado las clases a hacer el último examen. Es un examen de tres temas. Un examen que abarca tres sesiones. O sea, toda la semana.
En realidad son dos exámenes.
Uno de 25 preguntas (cortas y concisas) que he formulado yo. Y otro, de 50 preguntas de la misma naturaleza, que han propuesto mis alumnos y alumnas de 1º y 2º de ESO. Para ello les hice formular a cada uno 10 preguntas con sus correspondientes respuestas. El viernes las recogí. Si multiplicamos 10 preguntas por 150 alumnos, sabremos cuantas preguntas había que tener en cuenta. Y digo esto porque de ahí tuve que seleccionar las 50 preguntas más idóneas. A cada alumno que le elegí una pregunta le puse un positivo.
Pues bien, todas las cuestiones estaban sacadas del libro y de la libreta (apuntes que yo les expliqué y que no están en el libro). Un ejemplo de estas preguntas podría ser “¿Qué enfermedad padecía Carlos II El Hechizado?” o “¿Cómo le llamaban al hijo que tuvo Cleopatra con Julio César?”. O “De dónde viene la expresión castellana a buenas horas, mangas verdes?” Aquí puedo evaluar varias cosas. Y una de ellas es la capacidad de organización mental del alumno. Porque han de saber donde tienen que acudir para elaborar cada respuesta, amén de que también es buen momento para comprobar si la libreta está completa, o no. Pero como los datos son numerosos, en este examen está permitido tener a mano el libro y los apuntes. Aquí veré quién es capaz de ordenar sus conocimientos y alimentarlos con información que ellos han buscado en el sitio adecuado. Es decir, que es una prueba, no memorística, sino todo lo contrario.
Total, que el lunes pasado empezamos con los ejercicios o exámenes.
A unos les di las 25 preguntas mías y a otros las 50 elegidas por ellos. Terminadas unas, les repartiría las otras.
En un principio, expectación y muestras de alegría entre el alumnado al ver que se había escogido una pregunta de las suyas, después, concentración a tope.
Las hojas de la libreta volaban literalmente. Los libros se abrían y se cerraban. Caras de contradicción. Caras de satisfacción. Tensión. Labios apretados. ¡Esta pregunta no está en el libro! ¡Esto no está en la libreta…!
Pasa la hora de clase y los alumnos se aferran a su examen.
Tranquilos, mañana continuamos. Y el otro, también.
Me dan los exámenes inacabados.
Al día siguiente continuamos.
El ambiente empieza a relajarse.
Hay quien me pide alguna pista por alguna pregunta. Se la doy. “Página 224, donde habla de la sociedad…”
Poco a poco aumenta el deseo de perfeccionar sus respuestas. Acuden a mí. Yo no niego la ayuda. Y es más, a veces, me es más fácil remitirles a algún compañero que ha tenido la misma duda. El compañero es tan eficaz, o más, que yo.
Según pasa el tiempo, veo que hay alumnos que se levantan. Van a consultar con sus compañeros. Miro y no digo nada. Escucho conversaciones muy interesantes. “Oye, ¿tú tienes en la libreta lo que dijo Marco Poncio Catón…?” “¿Cuantos años tenía Julio César cuando le asesinaron?” “¿En qué página está lo de las características de la monarquía absolutista?"...
Yo les dejo hacer. Y no lo digo a nadie, pero estoy disfrutando como un enano en un campo de setas.
Todos, absolutamente todos, trabajando y ayudándose unos a otros.
La solidaridad es patente. Nadie niega nada a nadie. Ni siquiera yo. Yo también contribuyo al general estado de colaboración.
Ya por fin llega el viernes. Hay que entregar ya los ejercicios. Todos los han terminado, y por lo que he estado viendo, de forma satisfactoria.
Pablo, un alumno de primero de la ESO es de los últimos en acabar. Termina ya sonando la música que indica el cambio de clase. Se levanta y cuando está a mitad del pasillo, enarbola su examen completamente alegre y relajado y me dice:
-Miguel, este examen que hemos hecho ha sido el mejor de todos. Le podríamos llamar “El examen de la solidaridad”.
Le cojo el examen y le sonrío pleno de alborozo.

Y es que en esta profesión nunca se termina de aprender…

15 comentaris:

Bertha ha dit...

Leyendo esta entrada, motivas mucho encanto, porque han sido todos compañeros y sobre todo bien avenidos sin zancadillas.Y ellos de tontos no tienen nada, el dejarles esta libertad o ese voto de confianza seguramente es lo que les ha motivado tantísimo y más en la recta final.Un aplauso por generar esta buena praxis.-Y como bien dices en esta profesión nunca se acaba de aprender...

!Muchas felicidades a todos!

Un abrazo Miguel

Miguel ha dit...

Bertha: Pues este ea el objetivo. Fomentar la autonomía. Y que cada cual busque la solución que más se adecue a sus necesidades.

Lourdes ha dit...

Eh, qué chulo. Yo tb hice una vez un examen así, con los apuntes y el libro a mano, y pudiendo poner en común las cosas con los compañeros. Tiene razón Pablo: Tb para mí fue el mejor examen de todos.
:)
Qué arte tenéis algunos profes...

Un beso, Miguel!!

Joselu ha dit...

Bueno, es una opción de las posibles. No puedo enjuiciarla. Está muy en línea con las tendencias pedagógicas de los trabajos colaborativos y a distancia de los exámenes competitivos. Es una formulación rica en valores solidarios, y si a ti te ha servido, genial.

Un cordial saludo.

miguel ha dit...

Lou: Gracias por tu comentario. La experiencia no ha salido mal del todo. Lo malo es que me ha supuesto un trabajo mastodóntico. Pero ellos se lo han pasado genial, de veras.

Joselu: Yo lo considero una opción más. He evaluado otras cosas. La posibilidad de la solidaridad ha sido una de ellas. Y el resultado ha sido satisfactorio. De cara al año que viene, es posible que haga algún examen de esos "raros", un examen que será de preguntas que tendrán que investigar ayudados de su móvil. Ya veremos.

Myriam ha dit...

¡¡Emocionante!!

Qué buen profe eres, Miguel.
El aprender de memoria, sin razonar,
y repetir como un loro, no sirve de
gran cosa en la vida.

Y fomentar la solidaridad, genial.

Besos y felicitaciones

Yolanda ha dit...

Me parece una idea estupenda, Miguel. Estamos hartos de pruebas clasificatorias,competitivas y absurdas que colocan al alumno y al profesor en situaciones más que incómodas. Parecemos policías, no docentes. Quienes defienden el sistema actual (la LOMCE incrementa considerablemente el número de pruebas) argumentan que la vida es en sí competitiva y que hay que demostrar continuamente que eres el mejor para conseguir algo. En ocasiones será así, sin duda, pero los alumnos deben llevar consigo un bagaje más basado en valores que en conocimientos, y ayudar a los demás es un valor importantísimo que se nos olvida con frecuencia, además del aspecto nada desdeñable de saber buscar y organizar la información. En la facultad el profe de Teoría de la Literatura nos ponía exámenes así, con los apuntes delante, lo que exigía saber al menos qué habíamos dado en clase, y no eran nada fáciles porque no nos pedía datos concretos sino ideas. Me alegro del buen ambiente que has sabido crear entre tus alumnos.
Tendrás el libro ya a punto, o casi, ¿no? Yo celebro el día 10 la jubilación con mis compañeros, pero aún me quedan informes por rellenar y otras tareas poco gratas, especialmente recoger mi clase, que ahora mismo me parece peor que escalar el Everest a la pata coja, y con este calor ni te cuento... Es el final, colega, que parecía tan lejano hace nada y ya ves, aquí llega... Un fuerte abrazo. ¡Disfruta de la playa!

Marinel ha dit...

Creo que es un excelente método para que el alumnado se incentive, no pierda la ilusión por aprender e incluso se entusiasme, como Pablo.
Estoy segura de que a mi hija que pasa a segundo de la ESO, le encantaría esta manera tuya de dar clase; siempre que hacen trabajos cooperativos o si quieres, solidarios, los hacen por grupos no en general y ella se enfada mucho por con quienes la ponen...y es que según en qué colegios, a los mejores alumnos los ponen con los que van peor y claro, ella dice que no es justo, que nunca puede sacar las notas a las que acostumbra por ayudar al resto.
Yo le digo que eso es ser solidario con los compañeros y Sandra alude siempre a lo mismo:
Pues que el trabajo grupal, sea comunitario, de toda la clase y cada uno consulte con quién quiera.
Así que ya ves...sería fan tuya.
:)
Besos, profe.

Miguel ha dit...

Myriam: Gracias. La experiencia fue formidable. Para mí ha supuesto un trabajo grande, pero ha valido la pena.

Yolanda: Así que te jubilas... ¡Enhorabuena! a mí aún me queda poco más de un par de años...
Bueno, pues nada. que cada día me doy más cuenta de que la solidaridad es un buen valor que hay que fomentar.

Marinel: La verdad que a los críos les encanta ayudarse. Tenemos que darnos cuenta de eso...

Luis Antonio ha dit...

Nadie mejor que tú y tus alumnos para juzgar las bondades de esta modalidad de examen. Si todos estáis satisfechos, hay que felicitaros encarecidamente. Yo me muevo en un terreno más clásico. Las Pruebas de Selectividad de 2º de Bachiller condicionan bastante...

En los cursos anteriores hay más libertad para probar innovaciones. Cada vez doy más relevancia a los comentarios de textos...

Un abrazo

miguel ha dit...

Luía Antonio: Tienes razón. La selectividad condiciona mucho, pero estarás conmigo que es bueno que los alumnos sepan indagar y valorar las informaciones, sin, claro dejar a un lado la dosis pertinente de memoria (indispensable).
Pero en este tipo de examen lo que más me ha sorprendido es la capacidad que tienen los alumnos para ayudarse si se les da la opción.

María ha dit...

¡Mi más sincera enhorabuena para ti sobre todo y todos tus alumnos, mi querido MIGUEL!

Siento haber tardado tanto en pasarme, me despisté de clase ;)) Qué maravilla lo que cuentas...y cómo me alegra leer que por fin a alguien le da buenos resultados el sistema elegido y al final además de objetivo cumplido, felices y satisfechos tanto alumnos como profe.. Además, por las preguntas que muestras seguro que pocos niños de este país podrían contestarlas. Creo Miguel que has descrito una fórmula sencilla y por tanto fantástica para trabajar con los alumnos estimulando no solo la solidaridad, que está muy bien, por supuesto, muchísimo más...El interés, la sistemática de búsqueda, la organización y capacidades tanto individuales, como colectivas de todos los alumnos ... algo esencial en un mundo cada vez más especializado donde todos los procesos de producción tecnológicos, intelectuales o creativos son ejecutados por equipos multidisciplinares, cuyo éxito depende no del trabajo individual, si no sobre todo de la cohesión y buen hacer de todos los miembros del equipo.

Duele ver cómo en este país - por más sistemas pedagógicos, corrientes educativas de la más diversa índole y qué se yo cuantos estudios y teorías - al final, nada! seguimos enseñando como hace cien años, chapar como papagayos individualmente, acumulando datos casi nunca digeridos, empachando por saturación y excesiva diversificación sin dominar nada nunca ... ejecutando al dictado de lo que mandan y fin. Sin posibilidad de aportación,iniciativa ni colaboración creativa por parte de nadie.....seguir haciendo esto en la era de las telecomunicaciones y los más sofisticados cerebros electrónicos es como si fuéramos a clase a aprender a fregar de rodillas el suelo... sabiendo que hace mucho alguien inventó las fregonas y eso es lo que usaremos cuando vayamos a fregar ;))

Lo dicho MIGUEL.. un gusto enorme ver/imaginar no solo los buenísimos resultados de tu sistema, sino la satisfacción que se te/os nota al final.

Muchos muchos besos... y muy felices vacaciones de verano para ti y tus chic@s!! :))

miguel ha dit...

Gracias María por tus palabras. Mi chica (mi hija marta) lee la tesis doctoral este viernes, y estamos con unos nervios que no veas. Luego, el lunes coge el tren y se va hacia el norte. Pasará por Madrid y luego se va a Gijón. Y creo que luego quiere irse por Cantabria. La perrita Lluna se quedará con nosotros. Y mi mujer, pues un poco agobiada con el final de curso. Y yo, pues ya ves, hoy acabo de dar las notas y les he regalado uno de mis libros (Memorias del Grao de Castellón II) a los que han sacado un diez en mi asignatura. A ver si el año que viene les puedo regalar un ejemplar del libro que estoy escribiendo ahora. Un libro que trata sobre historias que les cuento (historias de la historia, claro) a mis alumnos. Ya voy por la mitad. Este verano intentaré darle un empujón. Ya os contaré.
Por otra parte, te diré que este último examen (el examen de la solidaridad que dijo mi alumno Pablo) me ha demostrado algunas cosas. La más importante de todas, que los alumnos responden si se les enseña el camino y se les da la ocasión de ayudarse.

Toni Trilles ha dit...

A mi me parece que todo el sistema educativo debería estar basado en este método solidario, cooperativo y participativo donde cada alumno aporte algo suyo personal y donde no haya competitividad ni comparaciones, sin tests ni interrogatorios, solo cooperación y participación, desaparecerían el estrés, el miedo, la frustración y la comparación que no hacen más que crear individuos neuróticos. Por supuesto la asistencia a la escuela sería voluntaria, pero creo que pocos se quedarían fuera y habría ilusión auténtica por crear y aprender unos de otros.
¡Felicidades Miguel por tu conato de humanizar la escuela!

Miguel ha dit...

Toni, este tema ya lo hemos hablado tú y yo en muchas ocasiones. Los dos somos profesionales del tema y sabemos que lo académico va por otros derroteros completamente diferentes. Tú te acordarás de la enseñanza que recibimos cuando éramos pequeños. Y yo, hoy, cincuenta años después, veo que solo han cambiado las formas, en el fondo es lo mismo. Niños válidos, y niños no válidos... Y esto es una aberración superlativa.
Todo el mundo es válido. Todos. Lo que pasa es que en el sistema educativo se trata de pasar todos por el mismo camino, por el mismo perfil de niño obediente, sumiso y bueno intelectualmente hablando. El resto es chusma. Y si a eso le añadimos el individualismo de las notas... pues no veas el ambiente competitivo e insolidario que se forma.
Yo en seis cursos (120 alumnos) he suspendido a dos personas. Y las he suspendido porque al final no se han presentado a los exámenes porque quieren hacer un ciclo formativo. Pero el resto han aprobado. Y han aprobado porque a cada uno le he encontrado su punto fuerte, y este punto lo he desarrollado. Ya sé que a lo mejor no sabrá explicar bien la diferencia entre la sociedad feudal y la sociedad capitalista, bueno ¿y qué...? Pero este niño ha pasado un curso feliz conmigo y ha hecho cosas, y ha aprendido cosas. Y le he ayudado yo o algún compañero a hacer aquello que no podía...
En fin, la sociedad está tan lejos de la realidad...

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