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Paseo matinal


Durante el verano, todos los días allá a las ocho y media de la mañana me voy a pasear a la playa. La playa está muy cerca de mi apartamento, a escasos cien metros. Me marcho solo. A mi mujer la dejo durmiendo en la cama.
A estas tempranas horas, el sol empieza a dar muestras de consistencia y solidez. El calor aún se puede soportar. Voy ligero de equipaje. El bañador, una camiseta, y una gorra. Nada más.
Las calles no están desiertas. Hay muchas personas que no quieren desaprovechar la bonanza de estos momentos y salen a la calle a pasear, a pedalear con la bicicleta, o a deslizarse con los patines. El tráfico de coches y motos, espeso y atronador en otros momentos, es ahora escaso y liviano. Hay en el aire un silencio delicioso y amable.
Cuando llego a la playa y me quito las chanclas, noto la tibieza de la arena que aún no ha sido calentada por el sol. La brigada de limpieza acaba de pasar. La playa está impoluta. Los más madrugadores ya han plantado la sombrilla. Algunas personas están paseando tranquilamente por la orilla de la playa. Hay calma. La brisa marina aún no se ha levantado. El sol riela entre las claras aguas del Mediterráneo. Sumerjo mis pies en las frescas aguas mañaneras y asusto a un puñado de minúsculos pececillos que andaban jugueteando tranquilamente en los rompientes arenosos de las leves olas. Sigo mi camino. Mi mente se abre de par en par y deja entrar a borbotones pensamientos de la más diversa procedencia. Es mi voluntad ahora la que selecciona los pensamientos que quiere soñar. Soñando vivencias y razonando cavilaciones hago camino chapoteando despreocupadamente entre las aguas cercanas a la orilla.
Miro el horizonte, de un amarillo casi cegador. Algunas nubes lechosas parecen alargar sus dedos rugosos sobre la mar. La superficie marina parece una inmensa llanura verdosa y azulada. Me gustaría caminar sobre ella y hundirme en las más recónditas galerías de mi alma donde discurren felices todas mis vivencias.

22 comentaris:

Toni Solano ha dit...

Me veo reflejado en tus impresiones (aunque mis paseos en bici son al atardecer, y el sol tiñe de rojo las montañas) y me siento afortunado de poder disfrutar de esa bendición natural tan cercana. Un saludo.
P.D. Es posible que alguna tarde vaya a pasear por esa vía verde que acabáis de estrenar.

Unknown ha dit...

que maravilla!!
me alegra que puedas disfrutar de ese verano.....
te felicito!!

besos

La Vero ha dit...

Tiene que ser fantástico.
A mi tambien me encanta dar largos paseos por el mar con los pies metidos en el agua y dejar que las cosas fluyan por mi cabeza y por eso de vez en cuando se me puede ver como sonrio. Es genial, me encanta. Una pena que viva en un lugar de interior y que sea de una isla.

Sigue disfrutando de esas mañanas tan relajantes mientras nos das envidia a algunos.

Abrazos

Perséfone ha dit...

Qué envidia me das.

Tiene que ser genial poder pasear por la playa todos los días del año (incluidas las mañanas nubladas del invierno más crudo).

¡Te cambio un mar de asfalto por otro de agua salada! ¿Aceptas? jeje

Un saludo.

María ha dit...

¡¡Hola Miguel!!

Algunas veces, leyéndote parece que hacemos versiones sobre los mismos temas, vamos a tener como tú decías un día. hondas telepáticas o algo así...ja.ja.ja.
Da gusto ver como relatas una mañana de verano paseando por la playa.
Conozco muy bien esas sensaciones, ya sabes que yo soy de mar y de hierba...ja,ja,ja.

¡¡Sigue disfrutando!!
Pero un día, le dices a tu amorcito, que se levante y que disfrute contigo. No puedes dejar que se lo pierda ¿vale?

besos para los tres.

Angelosa ha dit...

Que envidia que me das Miguel, como me gustaria vivir cerquita de la playa para poder hacer como tu y dar largos paseos cuando no hay casi nadie, aquí salgo por un parque cercano pero no puedo ir descalza que es lo que me gusta, me alegra muchisimo que lo disfrutes de esa forma. Un abrazo

Miguel ha dit...

Antonio: Es lo que tiene esta tierra, que tiene mar, pero la montaña la tenemos a un tiro de piedra, y uno puede disfrutar de mar y montaña.
Esta semama que viene me voy con mi mujer y mi hija a estrenar la vía vedrde que une Oropesa con Benicàssim. Ya veremos qué tal está.

Adrisol: El verano tiene (para mí) la ventaja sobre el invierno, que son vacaciones. Pero a parte de eso, las mañanas de verano son afables y tibias, cosa que en otra estación no ocurre.

La Vero: Sí es super relajante y a mí me sirve como recargador de energía. Algún día me explicarás eso que dices que eres de una isla. Yo tenía entendido que eres de tierra adentro.

Perséfone: En invierno no salgo a pasear por la playa. Esto es algo propio del verano. El tiempo es el que te invita a salir tan temprano. En invierno se busca más los momentos cuando el sol está en su apogeo.

María: Así que eres de hierba y mar. No sé muy bien a qué te refieres, pero suena bien. Yo soy más bien de mar. Aunque hay que decir que veo los toros desde la barrera (no salgo a navegar desde hace tropecientos años, desde que mi padre se jubiló y vendimos la barca) Pero me gusta mirar el mar. Otra cosa, mi querida Sole (mi mujer) prefiere levantarse un poco más tarde y arreglar algunas cosas de la casa. Cuando regreso ya tiene hecha hasta la comida, y así, nos podemos ir a la playa con toda tranquilidad. Es que es un sol. A ella le gusta más salir a pasear al atardecer.

Miguel ha dit...

Angelosa: Es verdad, la sensación de andar con los pies delcalzos es algo inigualable. Y la sensación de pasear por un sitio casi solitario, que sabes que pronto se va a llenar de gente es genial.

Lujo ha dit...

Hola Miguel,
Leí tu entrada anoche vía Reader....., me hizo meditar sobre las sensaciones que tengo cuando hago esas visitas por la tarde/noche a la playa. Veo que muchos las sentimos.
Estoy emocionada pues pronto conoceré el Cantábrico. Ojalá me traiga las buenas vibraciones que tengo con el mar que ambos miramos.
Abrazotes gigantes para ti, Marta y TODA la family

Miguel ha dit...

Lujo: Veo que también te rindes ante el embrujo del mar. Ya me contarás qué cara tiene el Cantábrico. Yo las pocas veces que lo he visto lo he visto fuerte y algo encrespado.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO ha dit...

La idea es muy buena, pero para mí es demasiado madrugar ;)

un abrazo.

Arwen ha dit...

Felicidades por esa maravilla que estas disfrutando Miguel, desde luego eres afortunado, y a esas horas parece como si el mar te estuviera saludando y te acaricie con su calma mas relajante, preciosa entrada amigo, besitos y recuerdos para la familia...

Marinel ha dit...

Es un placer inmenso pasear por la orilla del mar a esas horas,¿verdad?
Es casi mágico notar,cómo se pelean los pensamientos por envolverse de vivencias y salir a la luz en esa hora en la que el astro rey aún se está desperezando.
Ganan las que ganan,y nos salen al paso acuoso de las olas,bañando nuestros pies y subiendo al corazón...
Bonita entrada y magnífico final.
Besos.

Esther ha dit...

El mar es especial, tiene la capacidad de envolvernos de cualquier sentimiento y acabar por convertirlo en tranquilidad, en silencio, quizá sea por eso que a menudo cuando casi no se ve nadie, me gusta pasear por él.

Miguel ha dit...

Fernado Sánchez Postigo: La verdad es que a esta hora es a la hora que yo me despierto (sin despertador) por eso para mí, esto no es madrugar. Es invierno es distinto.

Arwen: El mar, efectivamente, me saluda todos los días a estas tempranas horas. El momento es único.

Marinel: Poético comentario. Los pensamientos son como las perezosas olas que van y vienen, sólo hay que estar pendiente de este ritmo para poder atrapar sus razones.

Esther: También es bonito escuchar el mar cuando éste declina sus cuidados al atardecer. Son momentos mágicos.

Natacha ha dit...

Desde luego es un privilegio poder disfrutar de esos momentos, pero sobre todo del entorno, que tanto ayuda.
Uno puede reflexionar en un atasco... pero no es lo mismo...
Un beso de mar, cielo.
Natacha.

misticaluz ha dit...

Maravilloso paseo, además de buenisimo en todos los sentidos.

Recibe un generoso y cálido abrazo para tu ser

Beatriz

Miguel ha dit...

Natacha: Efectivamente uno puede reflexionar en cualquier circunstancia, pero en algunos momentos es la circunstancia la que te hace reflexionar.

Beatriz: Gracias por tu relajante comentario. Te recomiendo estos paseos matinales.

Miriam ha dit...

Casi he sentido la brisa, la sensación de caminar en el arena, el agua fresca... calma, mucha calma y placer... a eso me llevaron tus palabras.
Besos

Hada Isol ♥ ha dit...

Cuando estoy de vacaciones en Colonia Caroya (donde vive mi cuñada ) me levanto temprano tomo mate y salgo a caminar por una avenida llena de viejos plátanos, como a las 8 de la mañana ,en ese horario el paseo es como más intimo ,como ir con uno mismo y los sueños fluyen,hoy al leerte recordé mucho estos paseos míos,también me imaginé en la playa,jamás caminé por una ,por lo que al leerte ya sabes que voy conociendo e imaginando las sensaciones que me traerían la playa y el mar,me he sentido como caminando por allí en un día tibio y eso es genial porque por aquí hace frío,me hiciste llegar un poco de sol Miguel,gracias,sabes? siempre me relajo mucho en tu blog,me dás paz con tus letras escribes precioso! un abrazo amigo mío y que tengas una bella semana,dale saludos a Marta de mi parte!

Anònim ha dit...

Que maravillosa sensación el pasear descalzo por la orilla del mar, y dejándote llevar por tus pensamientos.
Besos y a seguir disfrutando de estos momentos!

Miguel ha dit...

Miriam: Son momentos de paz, de realajación, de pensar en cosas apacibles...

Hada Isol: ¡Nunca estuviste en una playa paseando! pues te puedo asegurar que la energía positiva que desprenden las olas al llegar al mar es maravillosa.

Vane: Sí, dejar las chanclas en la arena y pasear descalzo por la orilla de la mar es como una relajación.

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