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La inercia de la tristeza


Hoy, Roberto, a sus cincuenta años, se ha acordado muy bien de un hecho puntual de su infancia. Roberto hoy estaba triste y no sabía por qué.
Su mujer ha sido quien se lo ha dicho:
-¿Te pasa algo…? Te noto tristón.
-No, no, no me pasa nada. Pero es verdad, estoy falto de alegría, triste, y no sé por qué.
Y entonces le ha venido a la memoria aquella tarde cuando estaba en la clase de parvulitos.
Roberto tenía entonces cinco años. Y la maestra, Doña Angelita, le sorprendió llorando desconsoladamente sentado en su pupitre. Sus lagrimones salpicaban el cuaderno de caligrafía Rubio y emborronaban los trémulos trazos que había escrito a lápiz Roberto. Roberto la vio venir y siguió llorando con más claridad y convicción.
-¿Por qué lloras Roberto…?
Y Roberto, mirando a su maestra, con gesto grave y seguro le respondió sin vacilar:
-…No me acuerdo…

Y gracias a este recuerdo Roberto se ha sobrepuesto a su tristeza. Porque ha pensado que hay veces en las que, como le sucedió de pequeño, la expresión de la tristeza va más allá de la propia tristeza…

30 comentaris:

Lourdes ha dit...

Pues es verdad... A veces creemos estar mucho más tristes de lo que realmente estamos.
¿Será que somos masoquistas?
¿Será que nos mola ir en plan lastimero?
Vamos, no sé... Pero algo de eso hay seguro...
:)


Besos, Miguel!!

Joselu ha dit...

La tristeza tiene mala prensa, pero es uno de los estados más creativos que existen. La alegría es expansiva pero la tristeza nos sumerge en nosotros mismos abriendo otros resortes del ser, como en este caso en que unos momentos de tristeza comunicaron con otra tristeza de la infancia. Antonio Machado escribió mucho sobre momentos de tristeza o melancolía y sus poemas nos llegan y se identifican con nosotros. No pienso que la tristeza sea algo negativo o indeseable. Como todos los estados de la conciencia humana, hay que pasar por él, y me suele pasar que veo a las personas más hondas cuando están transidas de tristeza. El otro día vi una película desazonadora y sumamente triste que se llama Nunca me abandones, pero me pareció hermosa, muy hermosa y espiritual. Eso creo que es la tristeza, profundamente espiritual. Pero también la alegría, los túneles entre una y otra son más cercanos de lo que parece. No son opuestas, más bien complementarias.

Saludos.

cristal ha dit...

Hay veces que, lo que nos ha causado la tristeza, ha sido tan profundo, que el cerebro intenta borrarlo, o al menos no hacerlo presente. Y lo que queda es un poso de dolor que sólo se puede liberar a través de las lágrimas.

Quizá eso fue lo que le ocurrió al niño de tu relato. Necesitaba llorar y no sabía por qué.

Un fuerte abrazo, Miguel.

Anònim ha dit...

Totalmente de acuerdo, hay veces que estamos tristes y no sabemos muy bien el por qué!

Besines

Miguel ha dit...

Lourdes: Es que a veces, nos cuesta deshacernos de la expresión de tristeza, y nos mostramos tristes cuando, en realidad, la causa de la tristeza ya no es motivo para ello.

Joselu: Precisa reflexión Joselu. Y estoy de acuerdo contigo. Estos estados emocionales como la tristeza son resortes que nos encaminan hacia esas galerías internas que tenemos en nuestro interior que constituyen los recuerdos y sueños. La tristeza es una buena compañera para este viaje interior, sin duda.

Cristal: Sí, a él su subsconsciente le estaba indicando un estado de tristeza cuyo origen ya no importaba, pero él seguía con la expresión triste, solo con la expresión. De ahí esta incongruencia de no saber por qué lloraba.

Vane: Sí, y yo creo que cuando esto nos pase, tendríamos que indagar y ver si hay algún motivo para la tristeza, y si no lo hay, hacer un esfuerzo para cambiar de humor.

Novicia Dalila ha dit...

Yo estoy más en la línea de lo que comenta Cristal. Triste no se está por nada. Si no hay motivo, no hay tristeza. Otra cosa es que nuestros mecanismos de defensa hagan que lo borremos - o hagamos como que lo borramos - de nuestra memoria y así no lo tengamos presente constantemente, pero el dolor está causado por algo siempre.

Un beso, Miguel, y buen fin de semana.

LOLI ha dit...

Opino como Novi y Cristal por algo está triste pero su mente lo borró para que no le haga mas daño...pero ahí en el subsconsciente está.

MIL BESAZOS

Miguel ha dit...

Novi: Es posible, puede que nuestro subconsciente nos esté recordando que hay algo que nos obliga a estar tristes.

Loli: Te digo lo mismo que a Novi, que sí, que es posible que sea nuestro subconsciente el que nos recuerde algo que ya se ha borrado del consciente.

Cris ha dit...

Dicen que no lloramos porque estamos tristes, sino que estamos tristes porque lloramos...

TORO SALVAJE ha dit...

Me ha gustado mucho el comentario de Joselu.
Lo suscribo.

Saludos.

Abbie ha dit...

¡Qué cierto! Muchas veces lo he pensado. Me miro, veo que las cosas van mal.. y acto y seguido pienso que no, que tampoco está tan mal todo! Además, ayuda ese pensamiento a ser más positivo!

Miguel ha dit...

Cris: Un pensamiento para tener en cuenta. Es posible que sea cierto.

Toro: Yo también lo suscribo.

La chica de los sueños: Sí, yo creo que ese pensamiento lo que hace es arrinconar la tristeza a su lugar y a su momento. Y no a prolongarla en el tiempo.

María ha dit...

La tristeza forma parte de la vida de las personas, no podemos valorar la alegría sin haber sentido tristeza, lo que pasa que, a veces, podemos sentir esa nostalgia que invade nuestro interior, sin saber qué es lo que nos pasa, y ahí está ese sentimiento que algunas veces nos embarga y se transmite en la mirada y en esos labios apagados.

Un beso.

Miguel ha dit...

María: Yo pienso que la tristeza, en el fondo, siempre tiene un motivo. Lo que pasa es que a veces, ese motivo se apaga, y nos queda solo la expresión de aquella tristeza.

VANESSA ha dit...

Es cierto, porque cuando no podemos expresar la tristeza es cuando más duele.
Besoss!

Belén ha dit...

No dejan de ser sentimientos, son buenos si los echas para fuera...

Besicos

Castilla ha dit...

La tristeza, como afirma Joselu, es una emoción profundamente creativa y necesaria para nuestro devenir vital. Si no experiméntasemos las sensaciones que nos trae el "estar tristes", no conoceríamos seguramente los que apareja el estado contrario. La tristeza nos hace conocer muchas facetas de nuestra mismidad y nos aporta un sentido más humano de la existencia siempre, claro está, que esa tristeza sea puntual. Cuando se instala se convierte en insania.
Y es cierto que ese contactar a través de momentos de "bajón" con tristezas pretéritas, de alguna manera, nos producen una suerte de alivio gratificante.
Saludos para todos.

Miguel ha dit...

Vanessa: La expresión de la tristeza es necesaria. Lo contrario nos conduce a un estado negativo nada deseable.

Belén: Yo creo que es bueno echar a fuera los sentimientos, pero hay que saber controlarlos.

Castilla: Pudiera ser que nuestro subconsciente, a veces, busque algún recóndito motivo en nuestro desván mental para dar forma a un deseo de expresión.

Yolanda ha dit...

Miguel, las meigas del ciberespacio se ceban conmigo. Dos comentarios han volado antes de llegar a tus manos. Qué sensación de impotencia... Ya no sé qué decirte.
Hay quien considera la tristeza como un estado anímico profundo y creativo. Cierto es que algunas obras de gran calidad se han escrito entre brumas tristes y que la melancolía propicia la profundización en el propio "yo", pero la alegría puede provocar lo mismo. Yo tengo una risa muy escandalosa y me encanta reírme, lo que no significa que rehuya las situaciones tristes o difíciles. Vende más la felicidad, desde luego. Todos los mensajes que nos llegan intentan convencernos de que hay que ser felices mediante la posesión de bienes materiales: coches, casas, belleza, viajes, dinero... Y, sin embargo, yo advierto una contradicción que quizá pase inadvertida: en las fotos de moda, o en los desfiles, los modelos, ellos y ellas, no sonríen nunca, están tiesos como palos, pálidos, lánguidos, ojerosos, agresivos, insinuantes... y casi cabreados, nada contentos. Jóvenes, guapos, famosos, ricos... ¿y no sonríen?
Yo agradezco que me emocionen las películas, el teatro, las canciones... Hace unos días me quedé en el coche escuchando las "Sevillanas del adiós", son unas estrofas que siempre me traen recuerdos de los que ya no están y me emociono sin remedio.
Nuestra vida es un continuo subir y bajar de un estado anímico a otro si estamos realmente vivos. La tristeza continuada es preocupante, pero la esporádica es casi necesaria, diría yo.
A ver si ahora... Un abrazo, colega.

Cabopá ha dit...

Que bonito texto...Ay,la memoria el recuerdo y la tristeza. Menudo trío forman.
Besicos.

Miguel ha dit...

Yolanda: Bueno, por fin salió el comentario... pues sí, yo pienso que un poco de tristeza va a ser, hasta necesario. Es un buen momento para sentirse creativo.

Capobá: La memoria, el recuerdo y la tristeza, como bien dices son ingredientes para sentirse creativo.

María ha dit...

Bueno MIGUEL, a parte de la divertida anécdota que cuentas, que me ha recordado ese chiste en el que un padre da un bofetón a su hijo y al ser preguntado por qué le pega contesta -pues no lo recuerdo pero algo habrá hecho y si no, por si acaso:-)

Creo que después de haber leído en diagonal algunos de los comentarios, creo que todos lleváis parte de razón casi siempre hay un trasfondo en le por qué de la tristeza o más bien melancolía porque tristeza es como más grave, pero también es verdad que dependiendo los días y como estés fisiológicamente en ocasiones una misma cosa te tumba más que otra y en ocasiones, es el mismo organismo el que se nos pone un poco de capa caía sin causa aparente, en las mujeres la culpa siempre se la llevan las hormonas, no sé si es verdad pero sea como sea sí que es cierto que a veces hacemos un mundo de nada y al verlo en perspectiva hasta te dice...¡¡pero cómo he podido ser tan tonto de ponerme así de pocho por tan poca cosa!! es un poco como los enfados...

Y después y para terminar mi rollo que jajaja no tengo arreglo, están los que se lo pasan de maravilla recreándose en su tristeza melancólica y no lo digo con ironía creo que Oscar Wilde quien hablaba de la belleza alegre de la tristeza...¡¡fieles defensores de esta teoría Xavi Toro y Joselu!! :-)


Yo, ya sabes, prefiero sonreir...lo siento yo de la tristeza huyo como de la peste:-)


Muuuchos besos MIGUEL.

Miguel ha dit...

María: Tus comentarios están siempre llenos de buenas vibraciones. Eres una fiesta. de veras. Y después de leer tu comentario, pues esto, me reafirmo en lo dicho. Gracias por ser así, y por ser mi amiga.

Recuerdos perdidos ha dit...

Me conmueve, esta primavera está llena de tristeza para mí, pero al contrario de lo que suele pasar yo con tristeza no soy nada creativa.
Bonito.

Balovega ha dit...

Buenas noches

Paso solamente para darte las gracias por tus bellas palabras en casa y a la vez, desearte un bello fin de semana.

Un abrazo de lindos sueños.

Luis Antonio ha dit...

Enternecedor relato. Me ha permitido evocar recuerdos que el tiempo ha embellecido desde la distancia.
Un abrazo, Miguel

Fernando Manero ha dit...

No creo que la tristeza, que nada tiene que ver con la melancolía, sea el estado de ánimo más aconsejable. Lleva al abatimiento, a la pérdida de autoestima y, si no se sabe afrontar, supone la antesala de la depresión. No. La alegría desbordante tampoco es buena. Basta simplemente con asumir con inteligencia, sensibilidad y coraje lo que representan los diferentes momentos de la vida, saberlos asumirlos y entenderlos como desafíos que ayudan a avanzar en el panorama de incertidumbres que nos ha tocado vivir. Plantearse las cosas con optimismo y confianza en las posibilidades de cada cual: esa es la actitud que yo defiendo. Lo que le pasa a Roberto es que le cuesta aceptar el paso del tiempo. Resistirse a ello y sumirse en un ambiente de tristeza es tan triste como estéril, la verdad.

Miguel ha dit...

Recuerdos perdidos: Pues dicen que la tristeza es creativa, aunque a mi no me gusta estar triste.

Balovega: Gracias por tus palabras, siempre son un regalo para mí.

Luís Antonio: Es verdad, el tiempo embellece los recuerdos.

Fernando: Debe de ser triste no saber aceptar el paso del tiempo...

Vivian ha dit...

Maravilloso el final, ahora tengo una excusa para no decir porqué lloro.
Me ha gustado muchísimo.
Saludos

Miguel ha dit...

Vivian: Es que para llorar no hay que pedir escusas...

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