Como todos los años por estas
fechas, los alumnos y alumnas de sexto de primaria del colegio de mi mujer van
de visita al instituto.
El año que viene tienen que
cambiar de centro. Dejan la escuela donde han estado desde los cuatro años y se
van a un sitio desconocido para ellos.
El instituto se presenta a los
ojos de los candorosos pipiolos como un ignoto monstruo de torvas intenciones.
Un lugar donde los peligros acechan por todas partes. Un lugar lleno de
profesores de serio semblante y frío ademán. Hay alumnos mucho mayores que
ellos que van y vienen por los pasillos con sobrada solvencia y porte resuelto.
Los alumnos de mi mujer y su compañera van todos agrupados como un rebañito que
se junta más según se van adentrando por las galerías del instituto.
Les ha recibido el jefe de
estudios, que muy amable y solícito les ha ido mostrando y explicando las
distintas dependencias del centro docente. Los alumnos se sienten seguros en
tanto en cuanto no se separen del grupo. Y no se separan.
El jefe de estudios les conduce
hasta la sala de actos. Allí les proyecta un pequeño documental donde se ve lo
que es la vida del instituto. Los escolares miran con los ojos bien abiertos
aquellas costumbres tan diferentes de los alumnos que cursan enseñanza
secundaria. Pronto ellos formarán parte de este grupo. Y la verdad es que es
todo un reto para ellos. En el fondo les gusta este reto.
Una vez terminado el documental
toma la palabra el jefe de estudios. Y las palabras con las que lo hace son
lapidarias:
- Para empezar quiero que tengáis
muy en cuenta esto que os voy a decir: El cariño y la ternura que os han dado
vuestras profesoras en estos dos últimos años –señalaba a mi mujer y a Pepa, su
compañera de nivel- aquí no los vais a
tener. Esto quiero que lo tengáis bien claro.
Bueno. Yo creo, que llegado este punto es
momento de pensar. De pensar y de comentar. ¿Creéis que el jefe de estudios
estaba en lo cierto? ¿Qué opináis?
25 comentaris:
La impresión que tengo, Miguel, es que se sigue superprotegiendo a los alumnos hasta segundo de bachillerato, sin duda demasiado. Las tutorías suelen ser eficaces y se acostumbra a estos muchachos a que se puede triunfar sin dar un palo al agua. Hay tantos mecanismos de protección, de recuperación, de superación de materias suspendidas, que advierten que no va muy en serio, que los profesores tienen las manos atadas y no pueden ser realmente exigentes. Es un círculo vicioso que no tiene solución. El nivel de contenidos mínimos que se exige es tan mínimo que cualquier muchacho que venga a clase logra superarlo. Si no, se lo asterisca o se le pasa con tres asignaturas suspendidas, además de las asteriscadas. No creo que a los muchachos les falte atención y dedicación. Otra cosa es si se puede mantener ese clima maternal que puede darse en la primaria exenta de edades conflictivas. Cuando llegan al instituto (promocionados por inercia la mayoría) inician una travesía hormonal compleja y se acostumbran a un sistema más laxo en ese seguimiento que tenían en primaria. No obstante, veo el esfuerzo de mis compañeros tutores de primero de ESO y advierto que luchan contra viento y marea. En definitiva, se les superprotege y nunca se les expone seriamente a las consecuencias de sus actos. Esto lo aprenden cuando salen del centro educativo donde pasan la mayoría los mejores años de su vida trabajando bien poco y disfrutando a tope. Esta es la vida de un estudiante de instituto.
Un abrazo.
Cuchi, pues cuando yo terminé 8º tb nos dijeron lo mismo del instituto. Y luego no fue para tanto. Quiero decir que, no es que estuvieran tan encima de nosotros como en el colegio, pero sí se preocupaban de los alumnos. Tb es verdad, que algunos profes más que otros, claro.
Pero ea, en el colegio es que son muy críos todavía, y necesitan mucho más ese cariño y esa atención.
De todas formas pienso que en el instituto tb se puede educar y formar desde el cariño tb. Es más, no creo que sin cariño se pueda llegar a ninguna parte.
Cuando terminé la carrera, hice el CAP (Curso de Aptitud Pedagógica). Y solicité hacerla en mi propio instituto con el profe que yo había tenido. Fue un cacho de experiencia volver al instituto "desde el otro lado". Pero recuerdo precisamente una de las cosas que nos dijo ese profe:-"A los alumnos hay que tratarlos a todos por igual, y con mucho cariño tb. No se les puede hablar como adultos, porque aún no lo son, y no responden como tales. Pero sí hay que hablarles con cariño y respeto, porque son personas que se están formando"-.
Pero tb es verdad que eran otros tiempos, y que con las reformas educativas, la cosa ha ido empeorando con los años, así que...
Besos, Miguel!!
Nunca olvidaré mi comienzo en el instituto, la verdad es que iba muy asustada también, pero al final ha sido la mejor época de mi vida hasta ahora.
Creo que el jefe de estudios se ha pasado bastante, porque es verdad q es una etapa nueva y muy distinta en la que hay q espavilar para q no se aprovechen de tí, pero yo también tuve profesores q no olvidaré porque me enseñaron mucho y eran también cariñosos.
Besoss
Yo no creo que sea para tanto, siempre nos lo exageran, y cuando se llega al Instituto, no es tanto como lo ponían, aunque bien cierto es una etapa distinta, y como todo, un nuevo cambio. Pero también es cierto que el Instituto hay profesores entrañables, hay de todo, igual que de alumnos.
Un beso.
Yo siempre digo el No ya lo tienen después depende de cada cual como quieran encauzar su camino.
P.ej. los cursos de PCPI(PROGRAMAS CUALIFICACIÓN PROFESIONAL INICIAL) que en el instituto se estan impartiendo désde hace dos cursos.Ningun profesor los quería.Ya que eran de la cantera que no pudieron superar la ESO.
Se suele decir que se cazan más moscas con miel que con hiel...Pero, es que esta etapa que les espera es de otra guisa y ahí ya no vale el no puedo.Por lo que es mejor que ya le vayan viendo las orejillas al lobo.
En mí época de CAP coincidí con una estupenda compañera de origen vasco que es de matemáticas y, todas las prácticas que las hicimos en Madrid porque nos rebajaban tiempo de permanencias. Era saber que opinaban los alumnos de ella y, que mote le habian puesto.Oséa que todos necesitamos sentirnos queridos y valorados para que haya una buena praxis.-Un poco brusco puede que haya sido pero...a la larga lo entenderan.Me da la impresión que más que los alumnos han sufrido tu señora y su colega un cachete sin manos.Y no es para menos.
Un abrazo Miguel.
No Miguel, yo creo que las palabras del jefe de estudios son una barbaridad,el cariñoy la atención en la educación siempre es importante.
Es mi humilde opinión, pero no me sacan de ahí.
Un beso Miguel y felices vacaciones.
Joder pobres!! Pues opino que no tiene nada de malo el educar con cariño,yo lo he hecho con mis hijos y con tdo aquel que he tenido cerca y una cosa no quita la otra.Se piensa erroneamente que si das cariño los haces blandos o depedendientes y dime tu que conoces como le va a Aaron si mi niño no es totalmende independiente y responsable y a tenido todo el cariño del mundo y es muy educado.
Ademas tambien sé que mis hijos han aprendido mas con profesores como tu que saben enseñar con inteligencia emocional.BESAZOS
Habría sido más acertado decirles que se les va a tratar como mayores, pues ya han dejado de ser niños... Una cosa es el acompañamiento en esa nueva etapa y otra la sobreprotección...
Un abrazo
...Miguel, lo de(" no es para menos") me refiero que el disgusto que se han llevado tu señora y su compañera.Es que se puede mal interpretar y no es mí intención.Disculpa por no haberme dado cuenta...Un lapsus saludos.
En mi colegio hacemos lo mismo que en el de tu mujer, llevamos a los chavales de 6º a conocer el cercano IES, su próximo destino, antes de acabar el curso. Les enseñan las instalaciones, conocen la biblioteca, al Jefe de Estudios y algunos profesores, les regalan al final un bolsa de chuches... No les amenazan con la dureza de la nueva etapa, pero sí les adelantan las novedades: más profesores y asignaturas, mayor exigencia, más esfuerzo... Algunos se asustan, otros piensan que están exagerando. Que yo sepa, nunca les han dicho lo que tú comentas. De alguna manera ya lo saben, tienen hermanos mayores o conocen a alguien que ya ha dado el salto. Sé por los antiguos alumnos que todos notan el cambio, la diferencia es su adaptación. Los buenos siguen progresando en su línea y otros se van quedando atrás por méritos propios. No creo que la diferencia fundamental sea el cariño que reciben en el colegio. Primaria llega hasta los doce años, ¿cómo no vamos a tratarles con mimo? Eso no significa ser blandos o poco exigentes, pero, evidentemente, no podemos ser como los profesres de instituto. En Primaria realizamos cantidad de actividades y juegos que más tarde se pierden, lamentablemente, a veces sin razón. El mismo viaje de fin de curso, como tuviste ocasión de comprobar en eprsona, es irrepetible en otras etapas. En algún curso de la ESO van a París, Roma o Canadá, pero es totalmente distinto. Cada etapa tiene lo suyo. No creo que nosotros seamos blandos o que les mantengamos en una burbuja hasta que acaban 6º, al contrario, creo que les damos una mezcla de cariño y disciplina que más tarde resulta complicado mantener. No les hacemos creer que viven en los mundos de Yupi, al menos no en mi caso, a pesar de los achuchones, los regalos y los apoyos que no escatimamos. Es una lástima perder ciertas buenas costumbres, pero quizá sea inevitable. La vida es dura y nunca se lo ocultamos, sin renunciar a actividades que luego no son posibles. No creo que tenga relación con lo que dice Joselu: la falta de exigencia es una constante en todo el sistema educativo y nosotros insistimos en lo importante que es sentar bien las bases desde los primeros cursos. Si alguno va mal, que repita en Primer Ciclo en lugar de ir arrastrando la flojera hasta 6º. Lamentablemente, no todos pensamos lo mismo y pasa lo que pasa. Es una barbaridad que pasen a la ESO con alguna asignatura pendiente, pero, ¿cuál es la alternativa? Yo empecé Bachillerato a los diez años, tras un duro examen de Ingreso: quien no aprobaba, no pasaba, y punto. En 4º tenía compañeros de mi edad junto a otros que iban a la mili o un sargento ya padre de familia, pero todo era muy diferente. Hoy esa mezcla es impensable. Entonces primaban los conocimientos, hoy valoramos otros aspectos, y compaginar ambos aspectos es muy difícil. Muchos de mis antiguos alumnos se quejan del desinterés de sus profesores, pero no creo que sea culpa de ellos, sino del sistema. Todos están (estamos, y lo que nos espera...) sobrecargados de trabajo y faltos de recursos, y los alumnos pagan ese estrés injustamente.
Cada día libramos una batalla sin bandos, sin vencedores ni vencidos, pero con muchas bajas, sea cual sea nuestro puesto.
Un abrazo, colega. ¡Me encantó conocerte y charlar contigo!
Joselu: Pero la idea que se transmite es que en el instituto apenas hay cariño y ternura. Aunque yo creo que esto no depende del sistema, sino del profesor.
Lou: No, si todo depende de que uno se haga la idea que está con personitas de una determinada edad. Y a partir de ahí viene todo lo demás.
Vanessa: Sí, estoy de acuerdo contigo. Yo creo que hay profesores muy majos. Que dan cariño, pero claro, cariño dirigido a adolescentes y no a niños.
María: Es verdad. Hay de todo. Lo que pasa es que en la escuela primaria canta más cuando hay algún profesor demasiado serio, porque esta etapa requiere más cariño.
Bertha: Te diré que eso, lo que les dijo el jefe de estudios, es l que se habla entre ellas normalmente. O sea que esto no hizo más que corroborar lo que piensan.
Lore: Estoy de acuerdo contigo. Pero yo pienso que entre el cariño que se da en Primaria y el que se da en Secundaria (aunque depende del profesor) no hay color.
Loli: Gracias por tu comentario. Te doy la razón. A Aarón le recuerdo como un niño que estaba acostumbrado a recibir cariño, y que lo buscaba. Y yo me acuerdo que se lo di. Y por eso guardo de él un excelente recuerdo. Y es que tu hijo es una gran persona, de veras.
Luís Antonio: Estoy totalmente de acuerdo contigo. Se les va a tratar como a mayores. LO que pasa es que en los primeros cursos aún hay quien es muy infantil...
Yolanda: Antes que nada, decirte que fue una experiencia muy positiva conocerte. Me causaste una buenísima impresión. De verdad. Bueno, respecto al comentario te diré que estoy de acuerdo en los planteamientos que has expuesto. Y es que no es lo mismo dar cariño a un niño de Primaria que a uno de Secundaria. Pero esto no quiere decir que no haya cariño...
A mi MIGUEL, con todos mis respetos me parece que ese jefe de estudios de diplomacia entiende muy poco, de sensibilidad menos y de pedagogía cero patatero.
Me parece que la ternura y el cariño, no sobran nunca en ninguna parte y desde luego nada tiene que ver ni con el nivel de exigencia, ni la disciplina, ni la sobreprotección, ni siquiera con la dedicación que tenga un profesor, depende única y exclusivamente con como sea la persona.
Hay profesores que consigue el respeto, e incluso la admiración de sus alumnos con ese cariño y ternura que hoy parecen tan denostados en el mundo de la enseñanza y en todas partes, parece que hay que ir con cara de vinagre por la vida para que te respeten más, para imponer y a mi, con todos los respetos, quien necesita servirse del miedo para marcar distancias, amedrentar y demostrar autoridad me parece un pobre hombre, sea un profesor o Perico los palotes.
Se consigue más con una gota de miel que de hiel y eso lo sabe cualquiera... sea con niños pequeños, adolescentes o adultos... así que mi querido MIGUEL, lo siento mucho... no me gusta nada ese jefe de estudios por muy nobles y buenas intenciones que tuviera, que seguro era así.
Aunque desgraciadamente ese perfil es el que tiene la gran mayoría hoy, para mi... una pena. La forma que tienen muchos de enseñar, es parecida al tipo de medicina que se practica... enseñanza y medicina defensiva y sintiéndolo mucho y con todas las dificultades que reconozco encierran esas labores, te lo repito, a mi eso sólo me indica mediocridad, nada más.
Estoy segurísima que tú sin duda eres un profesor cariñoso y tierno...vamos, no me cabe la más mínima duda:-)
Un beso grande MIGUEL... y por favor dile de mi parte a SOLE que cuando vea a ese jefe de estudios le diga de mi parte que se dedique a plantar lechugas por favor:-)
Si se cambia eso mismo por indiferencia -algo me da que bastante común- el resultado y sin perdón, es una mierda (la palabra mierda también está en el diccionario, conste).
A mí una vez una alumna de 1º de la ESO me dijo el año pasado excusándose por su mal comportamiento de a veces: -es que profe, aquí somos tan... libres...-. Me pregunto pues, si libertad es sinónimo de indiferencia en el caso. Y tal vez anden por ahí los tiros. O igual no, no lo sé. En cualquier caso ya te digo que se pasan la secundaria -y no sé si también el bachillerato- haciendo poco o menos, y pasando de todo, o más.
Un beso, Miguel.
No me gusta el mensaje tal como lo dice aunque sea cierto.
Y es bien triste que todavía hoy en día los humanos puedan tener miedo de otros humanos.
Que pena...
Saludos.
No me gusta el mensaje tal como lo dice aunque sea cierto.
Y es bien triste que todavía hoy en día los humanos puedan tener miedo de otros humanos.
Que pena...
Saludos.
María: Yo pienso como tú. Cariño se tiene que dar siempre, pero siempre siempre. Lo que pasa es que no es lo mismo dar cariño a un niño de diez años que a un anciano de ochenta... y creo que esta es la base. Simplemente, ese jefe de estudios no supo expresarse bien.
V: Ahí le duele: que se siente demasiado libres. En secundaria no se está tan encima de ellos y entonces tienden a portarse peor que en la escuela primaria. Y lo que pasa es que los profesores de secundaria, a veces, se encuentran con alumnos demasiado "felices" y tienen que actuar con métodos, digamos, menos cariñosos.
Toro: A lo mejor la intención era esa, simplemente amedrentarlos...
Que bruto ha sido el jefe de estudios
Ahora bien, te digo que en mi caso, fue así, dejar el antiguo 8 de EGB y llegar a un centro, donde de todo, menos cariño.
Y recordando que estos niños, aún son dos años más chicos.
Se pasó tres pueblos el jefe de estudios...
Besos,Miguel.
Mar: Sí, la verdad es que hubiera tenido que ser un poco más diplomático, pero a lo mejor lo dijo para infundirles un poco de respeto.
Sinceramente, a mí,me parece que aún teniendo parte de razón, es bastante cruel pintárselo de este modo.
Es cierto que en primaria el trato es más protector,pero también es cierto que en el instituto encontrarán de todo en el profesorado y much@s,no de la misma manera porque se presupone que son más mayores, también los protegerán y demostrarán hacia ellos deferencia y cariño.
Ocurre que el cambiar a los doce años al instituto,me parece una edad temprana para hacerlo.
La mezcolanza con los próximos a los estudios universitarios, tan solventes en apariencia, puede amilanarlos un algo.
Mi hijo pasó al "insti" a los 16 y la peque hará lo mismo más o menos, que ando algo liada con los cambios de estos gobernantes tan "solícitos"...
Es una edad distinta para tomar los cambios,creo yo,claro.
Besos.
Yo tampoco estoy de acuerdo con él.
Al leer tus palabras se me ha venido a la mente mis años de instituto y yo sí diría que hubo cariño. Más de unos que de otros. Algunos también tenían una forma muy particular de mostrarnoslo, pero en general si había cariño. Cariño hacia el alumnado, hacia su trabajo, hacia la materia que se impartía...
Puede que fuera distinto a los años de colegio. Pero no menos ni tampoco peor.
Un saludo.
Marinel: Pues a lo mejor sí que se lo pintó un poco demasiado crudo. Y aunque ya no se es tan protector en secundaria, la verdad es que su dosis de cariño también hay.
Marinel: Yo pienso que todo de pende del profesor. Aunque está claro que siempre habrá más ternura y cariño en niño de infantil que en uno de primaria, y en uno primaria, que en uno de secundaria.
Bueno, esa frase es muy manida... cuando yo empecé en el insti tb me lo dijeron, y el cariño era muy parecido....
Besicos
Por mi parte, es totalmente falso. Aunque es verdad que no se les hace el mismo seguimiento pormenorizado que en Primaria - que sería contraproducente -, tienen el cariño que merecen. De hecho, hasta 2º de ESO siguen siendo unos pipiolos que van como perdices mareadas. El problema es que con ellos conviven en ese primer ciclo otros alumnos a los que la vida los ha encauzado por derroteros dificiles y que no pueden - ni quieren- ser ya tratados como niños. He visto aulas de 1º y 2º en las que niños que jugaban aún a pillar compartían el patio con otros que han conocido reformatorios, que llevan años fumando y bebiendo, con situaciones familiares que ponen los pelos de punta... No hay que asustarlos, pero conviene advertirles que el lobo no es un personaje de cuento...
Belén:Yo creo que todo depende del profesor que te toque, porque hay de todo...
Antonio: Pues sí, tienes razón. Es otro mundo. Y el cariño que se les da va en función de cada profesor. Pero indudablemente, nunca será igual que cunado estaba en Primaria (fundamentalmente porque eran más pequeños)
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